Daniel Funes de Rioja se refirió en una nota publicada por el portal político Letra P, a la polémica que involucra a las grandes alimenticias por la formación de precios,

Según el empresario, la concentración es una falacia y las empresas productoras de alimentos son víctimas y no responsables de la inflación.

La ‘multicausalidad’ como vía de escape

El presidente de la Copal no permaneció ajeno a la discusión por los aumentos de precios y las acusaciones contra las grandes alimenticias que las señalan como responsables, en buena medida, de la creciente inflación.

«Las empresas productoras han soportado en los últimos años aumentos permanentes de costos en la producción local, tanto de materias primas, insumos, costos laborales, incluso los aumentos registrados en los precios internacionales de algunos commodities que forman parte de su matriz productiva», sostuvo el actual presidente de la UIA.

Además de despegar a las empresas de la responsabilidad de los aumentos de precios, Funes de Rioja se aventuró a indicar el camino a seguir para terminar con el flagelo de los aumentos de precios que erosionan los salarios: «Con seriedad y compromiso, la inflación es un problema real que debe ser afrontado por la sociedad y la dirigencia con el diagnóstico adecuado, participando el conjunto de actores que deben ser parte de la solución y sobre la base de un trabajo integral para dar una respuesta efectiva y sustentable a cada una de las causas que originan este proceso.»

De Rioja, agregó un condimento a la receta para enfrentar la inflación: «es importante superar dilemas que derivan en falacias como la concentración de la producción y comercialización».

En deuda con las alimenticias

El empresario que representa a las grandes empresas productoras de alimentos, aprovechó para destacar el rol que juegan las alimenticias en el país y la necesidad de que se las reconozca y no se las enfrente: «se continúa atacando a un sector que siempre estuvo comprometido con las familias argentinas, haciéndose cargo de su carácter esencial en los momentos más duros que atravesó el país por la pandemia, conservando los casi 400.000 puestos de trabajo que genera y facilitando diariamente el acceso de los hogares argentinos a toda la variedad de productos alimenticios y bebidas».

Al presidente de la Copal le faltó mencionar que en plena pandemia; las trabajadoras y trabajadores arriesgaron su salud y las de sus familias para que las empresas puedan seguir produciendo y comercializando sus productos.

Es que la industria alimenticia fue declarada esencial y los empleados quedaron marginados del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio dispuesto por decreto presidencial para proteger a la población del Covid-19.

Tampoco dio detalles de los indicadores que revelan que los alimentos aumentan más que la inflación y de las posiciones oligopólicas de grandes empresas y multinacionales que deciden los precios de los alimentos.