Un poco con los salarios y otro poco con Kicillof

Un poco con los salarios y otro poco con Kicillof

La estrategia actual es sumar gremios que pugnan por romper el techo paritario. Movilizarán el 24 de mayo para apoyar al gobernador bonaerense, el elegido de la central obrera.

Por Felipe Yapur.

Pocos días antes del último paro general del 10 de abril, la CGT se había planteado rediscutir la estrategia de medidas de acción directa. No se trata de abandonar las tradicionales sino darle más espacio a las nuevas herramientas de comunicación que puedan generar contenido, presencia y mejorar el grado de injerencia en la opinión pública. Es un proceso que recién está comenzando. Pero los tiempos político apremian y los gremiales también. Por estos días la central obrera apuesta a que la sumatoria de conflictos paritarios generen una presión tal que logre romper el techo impuesto por el gobierno de Milei que impide que los trabajadores mejoren su poder adquisitivo. Algunos consideran que esta multiplicidad de conflictos puede tener más impacto que una convocatoria a un nuevo paro general. Pero allí no termina el juego de la CGT que mira con interés el terreno de la política. Por caso, el próximo 24 de mayo pondrá la estructura y militancia de las 32 regionales que tiene la central obrera en la provincia de Buenos Aires para participar de manera activa en el acto que el gobernador Axel Kicillof presentará su espacio político. La CGT lo quiere disputando una candidatura presidencial y en esa línea trabaja. Una tarea que incluye ubicar dirigentes tanto en las lista de legisladores provinciales como en la renovación de los Concejos Deliberantes. 

Desde el inicio de la gestión libertaria la central obrera cumplió, según su leal saber y entender, de manera sobrada con el rol que les cabe a la hora de defender los intereses de los trabajadores. Hubo acciones muy visibles como las marchas y los dos paros generales durante el año pasado. También hubo otras acciones menos comunicadas (o menos visibles) como el recurso de amparo que le puso un freno al capítulo laboral del destructivo DNU 70/2023 y, vale resaltarlo, la tarea de convencimiento en el Congreso, sobre todo en el Senado, para eliminar empresas del Estado que estaban en la ley Bases lista para ser malvendidas y desguazadas.

Todas estas acciones siempre fueron acompañadas por una queja y es que en la central obrera afirman que en los tiempos en que el peronismo es oposición, la dirigencia política le cede el protagonismo a los sindicatos porque son los que saben llevar la pelea callejera. Sin embargo, aseguran, ese trabajo luego no se recompensado a la hora de armar las listas de candidatos. Y no quieren que se vuelva a repetir.

La tarea sindical 

No lo dicen en voz alta, pero hubo más de un comentario entre la dirigencia sindical sobre el paro del 10 de abril. La circulación de colectivos debilitó el impacto visual del paro. No es lo mismo mostrar las calles absolutamente vacías que una foto que tenga colectivos circulando. La maniobra del gobierno de presionar a la UTA y que este gremio se dejara presionar, generó en la conducción de la CGT un malestar que todavía permanece.

El paro de la semana pasada de la UTA, que mostró que Roberto Fernández --el titular del gremio-- está lejos de controlar a todos los colectiveros del AMBA. Es día, como el 10 de abril, se vieron ómnibus en las calles. Ese día también fue notorio el silencio de la CGT. Una devolución de favores. 

Más allá de este caso, lo cierto es que poco a poco los gremios han comenzado a resistir cada vez más el pie del gobierno sobre las negociaciones paritarias. El caso de Comercio es uno de los que está mostrando este proceso de resistencia al intento del presidente Milei de dibujar una cierta estabilidad económica a costa de destruir el poder adquisitivo de los sueldos. 

El gremio que lidera Armando Cavalieri resiste la negativa de la Secretaría de Trabajo a homologar el acuerdo que supera el 1 por ciento mensual que Milei asegura que es más que suficiente. El gremio más numeroso del país logró un incremento para el segundo trimestre de un 5,4 por ciento acumulativo.

Similar situación vive, por ejemplo, la Federación Gráfica Bonaerense que acordó un incremento de 11 por ciento para el segundo trimestre del año que Trabajo se niega a homologar. Hay otras más. Muchas encuentran entre las organizaciones patronales muy poca solidaridad con los trabajadores, son las que prefiere la Rosada.

Sin embargo, en los pasillos de la CGT se cree que la proliferación de conflictos terminarán perforando o debilitando ese techo que impuso Milei. Tal vez, consideran algunos, recién ahí habrá un escenario más propicio para un paro general potente y efectivo.

La tarea política

Mientras tanto, este proceso de conflictos salariales se desarrolla en medio de un año electoral. Y eso no es ajeno a la central obrera. 

Curiosamente, la normalización de las casi 80 regionales de la CGT ha provocado que la central sindical gane presencia y potencia en sus distritos. Es otra la relación que sienten que tienen con gobernadores e intendentes y --afirman-- algo de eso se nota en la incorporación de dirigentes sindicales en las listas de candidatos de esas provincias. Algo de eso está sucediendo en la provincia de Buenos Aires donde la CGT ve al gobernador como el líder político a seguir.

Mucho antes del final del gobierno de Alberto Fernández, la CGT ya venía tenía puestos sus ojos sobre Kicillof. Lo prefieren antes que a Cristina Kirchner. No todos, pero una buena parte si. Hay algo de machismo, tal vez más de lo que parezca, en esta elección. Muchos dicen que es necesario dejar atrás la experiencia CFK. Es por lo menos curioso porque los gobiernos de CFK fueron buenos años para los salarios de los trabajadores aunque un importante sector del sindicalismo, de los más fuertes, se distanciaron por el impuesto a las ganancias. 

La simpatía con Kicillof incluyó, casi desde un primer momento, una presión que fue creciendo con el tiempo para que se "independice" de CFK. Los dirigentes sindicales ya no lo ocultan. Acompañaron en tropel al gobernador junto a sus compañeros de las dos CTA que también respaldan al mandatario provincial.  

El gobernador nunca le escapó al vínculo con la CGT. Es más, lo tomó y lo agrandó. En este último tiempo visitó en más de una oportunidad del edificio de Azopardo 802. La última vez fue el 30 de abril luego de la marcha por el día del trabajador. 

Esta alianza político sindical sirve para que Kicillof frene cualquier avance libertario en las Cámaras legislativas, pero también en los Concejos Deliberantes. Y en eso la CGT ofreció sus 32 regionales bonaerenses para hacer esta tarea. Como contrapartida habrá lugares para las listas de legisladores, concejales e incluso algunos hablan de algún lugar en el gabinete provincial. 

Todo esto se irá concretando en las próximas semanas, pero la previa será la participación masiva de los gremios en el acto del 24 de mayo donde Kicillof realizará el lanzamiento formal del Movimiento Derecho al Futuro. No es una acto tradicional. Será una jornada con debates en por lo menos diez ejes temáticos para luego pasar un plenario que tendrá como último orador a Kicillof.

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