La inflación volvió a subir en junio y golpea fuerte en los barrios populares

La inflación volvió a subir en junio y golpea fuerte en los barrios populares

El leve alivio que venía mostrando la inflación en los últimos meses se frenó en seco: en junio, el costo de vida volvió a subir, especialmente en los barrios más humildes, donde los aumentos en alimentos duplican el promedio general.

La situación enciende luces de alerta sobre la estrategia económica del gobierno de Javier Milei, justo cuando se acercan las elecciones legislativas de octubre.

Según el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), la Canasta Básica de Alimentos en el conurbano bonaerense aumentó 3,41% en junio. Dentro de esa suba, los productos de almacén treparon 4,1%, los cortes de carne 3,6% y las verduras 1,26%. “Hay subas en productos y servicios indispensables que mantienen las dificultades de los hogares para prever el manejo de presupuestos que no se incrementan en la proporción de los aumentos que se producen”, advirtió Isaak Rudnik, director del Isepci.

Esa suba se sintió fuerte en los bolsillos. Una familia necesitó en junio $186.330 más que hace un año para comprar los mismos productos de almacén, $110.000 más para adquirir los mismos cortes de carne y $75.000 adicionales para acceder a la misma cantidad de verduras.

Pese a la baja interanual de la inflación (que pasó del 84,5% en enero al 43,5% en mayo), esa desaceleración no se tradujo en alivio real para la mayoría. En paralelo, los salarios, las jubilaciones y las pensiones se desplomaron. Con menos dinero en los bolsillos, la gente no volvió a consumir. “La baja de los precios no devolvió a la gente a los comercios”, graficó un informe reciente.

A nivel nacional, las consultoras privadas estiman que la inflación de junio rondó entre 1,5% y 1,8%. Sin embargo, el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) marcó un 2,1%, rompiendo con la tendencia del mes anterior, que había sido la más baja en cinco años y motivo de festejo para el oficialismo.

El Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), vinculado a la Universidad Metropolitana (Umet), también midió un 1,8% y señaló que se trata de una aceleración del 50% respecto a mayo. Para Nicolás Trotta, exministro y actual director del Centro para la Concertación y el Desarrollo, esto marca un agotamiento de la estrategia oficial: “El alza en los alimentos cuestiona la estabilidad cambiaria y la estrategia gubernamental basada en el ancla del dólar y el control de paritarias”.

La consultora Analytica, por su parte, informó que en la segunda semana de julio los alimentos subieron 0,8% y proyecta un alza mensual del 1,9%, con las verduras y las carnes por encima del promedio.

El escenario se complica aún más con la presión cambiaria. Entre el 18 de junio y el 5 de julio, el dólar oficial subió un 10,3%, lo que impactó directamente en el precio de los alimentos. Además, la caída de las liquidaciones del agro, la dificultad para sumar reservas en el Banco Central y la fuga de divisas aumentan la incertidumbre.

Marina Dal Poggetto, directora de la consultora EcoGo, alertó que “las expectativas inflacionarias volvieron a moverse en el trimestre previo a las elecciones”. Aunque aclaró que la presión del dólar en años electorales no es novedad, señaló que la falta de resultados tras el retiro parcial del cepo, el final del período de cosecha y la falta de ingresos por exportaciones son elementos que complican cualquier intento de estabilización.

La consultora LCG, que responde al radical Martín Lousteau, aportó una mirada más política al señalar la fragilidad del oficialismo, que según indican, empieza a perder apoyo entre los sectores con los que había logrado algún tipo de acuerdo.

Todo este combo hace que la inflación vuelva a colocarse entre las principales preocupaciones de la población. Según la encuesta regional Latam Pulse, solo es superada por el miedo al desempleo. Y ese dato no es menor para un gobierno que apostó su capital político a una baja sostenida de precios como carta de triunfo electoral.

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