Tapejara es un término tupí guaraní que significa “señor de los caminos”. El municipio se encuentra al noreste del Estado de Rio Grande do Sul, a unos 300 kilómetros de la capital Porto Alegre. En la sede del sindicato hablamos con Josimar cómo la política de precarización salarial y la conducta fuertemente antisindical de Lactalis están influenciando negativamente en el resto de las compañías de la alimentación.

-¿Cómo es negociar con Italac en el momento actual?

-Desde 2014, luego que adquiriera la planta de LBR (ex Lácteos Brasil SA) aquí en el municipio, mantenemos una buena relación con Italac.

Realizábamos asambleas con los trabajadores y trabajadoras y capacitación dentro de la planta −algo que no es común en Brasil− y en las negociaciones logramos, por ejemplo, aumentos reales de salario hasta este último año, cuando se produjo cierto estancamiento.

-¿La mala influencia de Lactalis…?

-Efectivamente.

Hemos notado que la transnacional francesa con su postura intransigente en su relacionamiento con las organizaciones sindicales y su planteo de no dar siquiera 100 por ciento de la inflación, está condicionando todas las negociaciones del sector lácteo en el estado y en el resto del país.

Vemos que varias empresas están aguardando cómo será el desenlace con Lactalis, para también negociar a la baja.

-Por ello vuestra presencia solidaria con los trabajadores de Lactalis en los actos de Tres de Maio y Santa Rosa la semana pasada…

-Exacto. Somos un sindicato solidario, muchos compañeros y compañeras de Tapejara viajaron a esas localidades junto a otros sindicatos que integran la federación estadual (FTIA/RS).

Es muy necesario estar presentes en estas manifestaciones porque el accionar de Lactalis tiene implicancia directa para el resto de los trabajadores y las trabajadoras del sector lácteo en todo Brasil.