La memoria como bandera de lucha

La memoria como bandera de lucha

Este 28 de mayo se conmemoró, en la Plaza “Mártires de la Carne”, a la entrada del emblemático barrio del Cerro, donde se encuentra la sede de la Federación de Obreros de la Industria de la Carne (FOICA), el “día de los mártires” de este sector en Uruguay.

“Esos trabajadores marcaron el rumbo de una organización gremial que tiene sus raíces en lo que fue la industria frigorífica tradicional y marcaron la historia del movimiento obrero”, dijo en su alocución sobre la fecha Sixto Amaro, histórico dirigente de la Federación y actual integrante de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de la FOICA.

Amaro recordó uno por uno a los compañeros caídos: “Ruben Paleo, César “Coco” Muñoz, Justo Páez, Walter Motta, Raúl Denis y Nuble Yic, perdieron la vida peleando por mejores condiciones laborales para la industria y por mantener las fuentes de trabajo en un escenario que desde entonces ya plateaba la extranjerización del sector”.

La lucha de los obreros y las obreras de la carne cimentó primero la organización sindical en las décadas del cuarenta y cincuenta, además de edificar el logro de la ley de los Consejos de Salarios como conquista de todo el movimiento sindical y la creación de la primera Caja de Compensaciones por Desocupación.

“El 28 de mayo se recuerda a seis obreros de la industria frigorífica que dieron su vida en defensa de los derechos de todos los trabajadores y las trabajadoras. Hoy, como siempre, humildemente los recordamos porque gracias a ellos podemos gozar de los beneficios que tenemos”, destacó por su parte Martín Cardozo, actual presidente de la FOICA.

Aunque la Federación celebra el reconocimiento desde 1958, fue recién a partir del 2005 que se presentó un proyecto de ley que estipula la fecha como Día de los trabajadores de la industria frigorífica, siendo aprobado en la sexta ronda de los Consejos de Salario en 2017.

La histórica FOICA reivindica la memoria de sus mártires como una bandera de lucha que se sostiene en el tiempo, porque poner el cuerpo y la vida por una causa sigue mereciendo el mayor de los respetos.

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