“Juntos se pudo”. El 10 de julio de 2015 estallaba la huelga en Cervecería Nacional S.A., propiedad de la transnacional británico-sudafricana SABMiller.
Fueron 18 días de protestas, de cortes de avenidas, de paralización de tareas. La lucha derivó a las calles como sucede hoy ante los atropellos del gobierno de José Raúl Mulino. Involucró a sindicatos nacionales, entre ellos al SUNTRACS (construcción), organizaciones populares y estudiantiles.
Fuera de fronteras la Rel UITA y sus afiliadas jugaron un papel protagónico dando notoriedad internacional al conflicto a través de una intensa campaña.
Los dos sindicatos existentes en la planta: el STICP* y el Sitrafcorebgascelis** −ambos afiliados a la UITA− dieron dura batalla sabiendo además que AB InBev estaba avanzando en la fusión con SABMiller.
Un poco de historia
La prepotencia de SABMiller
El 23 de julio la Regional enviaba una nota al presidente de la República, Juan Carlos Varela Rodríguez donde se manifestaba su preocupación por la situación en Cervecería Nacional. “La intransigencia, arrogancia e irrespeto hacia la organización sindical y los propios trabajadores (por parte de la transnacional) explican el conflicto existente”, mencionábamos.
Agregando “hay antecedentes de conductas antisindicales y de graves violaciones a las normas laborales de parte de Cervecería Nacional en Panamá. En 2012, por ejemplo, después de haber negociado un Pliego de Incumplimiento al Código de Trabajo ante las autoridades estatales, la empresa dejó cesantes a sus empleados afiliados al Sindicato.
No sólo eso, pretendió obligarlos a firmar un documento en el que figuraban aceptando el despido. Los trabajadores se negaron a hacerlo, SABMiller dio instrucciones a sus agentes de seguridad para que no se les permitiera salir de la empresa. Así, el personal después de haber terminado su jornada laboral, permaneció retenido en contra de su voluntad durante varias horas”, denuncia la misiva.
Un arbitraje con movilización social
La presión no se detuvo
La huelga finalizó el 27 de julio cuando las partes acordaron presentar solicitud formal al Ministerio del Trabajo para iniciar el arbitraje. Alejandro John, secretario general del Sitrafcorebgascelis en vísperas de iniciar el arbitraje, explicó que el proceso será acompañado por una constante movilización social. “Vamos a exigir que el proceso de arbitraje se apegue estrictamente a la legislación laboral nacional. Tampoco será algo que se dirimirá entre cuatro paredes de una oficina. Vamos a acompañar el proceso con una constante movilización de los trabajadores de Cervecería Nacional”, enfatizó.
El proceso duró casi siete meses. El 15 de abril de 2016, el tribunal arbitral entregó al Ministerio del Trabajo el nuevo Convenio Colectivo que entró en vigor el 1 de mayo y que tendrá una vigencia de tres años. De esta manera los sindicatos pudieron asegurar el pago del salario mínimo legal a unos 450 trabajadores del área de distribución y un aumento del 3 por ciento en las demás áreas. Además, alcanzaron beneficios sociales que no tenían antes.
Dídimo Meléndez, secretario general del STICP, recuerda aquellos momentos, “la empresa SABMiller irrespetaba a los trabajadores con un maltrato creciente, estableciendo listas negras y los sindicatos unidos logramos vencer. Como dijimos en aquel momento: ¡Sin lucha, no hay victoria!, destacó el dirigente.
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