La pandemia evidenció las desigualdades de género en el mercado laboral o las profundizó, según un informe oficial

La pandemia evidenció las desigualdades de género en el mercado laboral o las profundizó, según un informe oficial

Un relevamiento de la Comisión Tripartita de Igualdad de Oportunidades (CTIO) aseguró que la pandemia de coronavirus evidenció “las desigualdades de género existentes en el mercado laboral y su profundización, lo que afecta a los sectores más feminizados y expuestos”, y sostuvo que las actividades “más feminizadas” son la salud, educación, casas particulares y telecomunicaciones, entre otras.

 

El estudio sobre los efectos de la pandemia en el empleo de las mujeres se centró en los sectores “más feminizados”, informó el Ministerio de Trabajo, que advirtió sobre la desigualdad de derechos entre quienes tienen más protección en las tareas registradas y los más vulnerables en el empleo informal.

Los sectores más feminizados son salud (71,1%), educación (73,1%), casas particulares (99%), comercio minorista (45,6%), actividades esenciales con tasa marginal de feminización como suministro de agua y energía (16,8%), Fuerzas Armadas (19%) y telecomunicaciones (26,2%), y estacionales y no esenciales interrumpidas, como el turismo y la gastronomía (45,9%) y deportivas (48,9%).

“Para las mujeres significó una sobrecarga la superposición de la jornada laboral por las tareas domésticas y de cuidado y los bajos niveles de corresponsabilidad. A ello se suma el improvisado trabajo remoto, ya que se implementaron clases no presenciales en todos los niveles y se cerraron espacios de cuidado de primera infancia, lo que implicó la extensión del horario de tareas”, señaló Trabajo.

Un documento de la cartera que encabeza el ministro Claudio Moroni añadió que el trabajo remoto significó la superación de dificultades a partir de la ausencia de equipamiento adecuado, conectividad y espacios apropiados como consecuencia de “la situación de aislamiento y sin capacitación y prevención”.

Están más expuestas al contagio por las condiciones laborales las mujeres de las actividades de salud, casas particulares y quienes realizan tareas voluntarias, o los docentes en comedores escolares, barriales o comunitarios, añadió.

El estudio aseveró que otra de las dificultades es “la disminución de los ingresos, incluso en el sector formal, en especial de las trabajadoras de actividades no esenciales, por suspensiones y eliminación de presentismo y horas extras”.

“Sindicatos, cámaras empresarias y Estado realizaron acciones para preservar el empleo femenino durante la pandemia y contribuir a reducir las desigualdades e inequidades laborales. Los gremios acompañan a las mujeres y sus familias en la crítica situación y distribuyen alimentos, definen protocolos de seguridad para el regreso al empleo, capacitaciones, acuerdos antidespidos, participación en Comités de Crisis y entrega de insumos de cuidado y seguridad”, puntualizó.

Según el informe, entre las medidas adoptadas para preservar el empleo y los puestos de trabajo figura el acuerdo para evitar cesantías que firmaron la CGT y la UIA, que estipuló el cobro del 75 por ciento del salario para los trabajadores suspendidos que no pueden cumplir tareas por el estado de confinamiento.

El Ministerio de Trabajo, por último, realzó la decisión estatal de implementar el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), concluyó el relevamiento oficial.

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