Paritarias: Funes de Rioja, líder de los industriales, instó a no pedir cifras “fuera de la realidad”

Paritarias: Funes de Rioja, líder de los industriales, instó a no pedir cifras “fuera de la realidad”

El presidente de la Unión Industrial Argentina opinó sobre los reclamos sindicales que empiezan a dispararse sobre el 100% a causa de la inflación. Qué está haciendo la entidad ante falta de dólares para importar.

Por Florencia Ripoll

La carrera salarios-inflación es una de las variables que atraviesa la economía con mayor tensión creciente. La disparada de los precios rezaga los sueldos y ya empezó a generar acuerdos paritarios interanuales por encima del 100 por ciento (Sanidad, Seguros) y el gremio de Camioneros, cuya negociación suele oficiar de testigo en el espectro, redobló la apuesta solicitando un 131 por ciento.

Desde la vereda de los empleadores, Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), asegura seguir con preocupación este recalentamiento.

El dirigente, que acumula larga experiencia en la discusión y rúbrica de paritarias por la “patronal”, pasó por Córdoba como disertante en el 14° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC). En ese marco, dialogó con La Voz.

–La inflación disparó las paritarias y Camioneros busca un nuevo techo pidiendo 131%. ¿Qué piensan los empleadores?

–En nombre de la UIA yo mismo insistí en que no queríamos que se suspendieran las paritarias en el sector privado y se dieran aumentos de suma fija. Debían seguir y así se hicieron, hemos ido ajustando. Ahora hay determinados sectores, como Camioneros o Bancarios, por ejemplo, con estos pedidos. Moyano (Pablo, líder de Camioneros) no integra la industria, pero su sector sí impacta en nuestros costos vía el flete. En producción de alimentos, por ejemplo, el costo salarial impacta 15% sobre no perecederos, 20% sobre perecederos y 30% sobre bebidas.

–¿Pero ve predisposición a otorgar esos aumentos?

–El impacto puede ser muy alto y yo creo que hay que tener mucho cuidado con pedir cifras que están distantes de la realidad. Primero, porque los que tenemos memoria histórica sabemos que hubo otros momentos en los años ‘70 en que las paritarias precipitaron una aceleración de expectativas de inflación con el resultado fuertemente de negativo. Y segundo, porque las paritarias son de actividad.

–¿Eso qué significa?

–Que incluyen a grandes, pequeñas y medianas empresas. Y hay algunas que tienen mayor incidencia de tecnología y por ende menor de costo de mano de obra, pero muchas otras no; son mano de obra intensivas, en especial pymes. Ese cóctel de salarios que peguen un salto muy fuerte, con inflación, retracción también del consumo, altas tasas de interés, anticipos que está pidiendo Afip (Administración Federal de Ingresos Públicos) y otros factores es peligroso. Los aumentos salariales que escalen claramente por encima de cierto nivel son peligrosos.

–El secretario de Industria, Ignacio de Mendiguren, sugirió un techo en torno al 90% marcado por la previsión oficial de inflación. ¿Coincide?

–Yo no quiero hablar de cifras porque soy titular de la paritaria de la alimentación por el lado empresarial. Puedo decir que hemos venido acompañando la inflación.

–El conflicto que protagonizó el sindicato de neumáticos (Sutna) fue leído por un sector de los empleadores como anticipo de posturas más radicalizadas en el arco gremial, ¿lo anticipa así?

–Creo que es un caso puntual. Ese sindicato tiene históricamente una conducción más fuerte, ha tenido participación en las ganancias de empresas. Me da la sensación de que no es acertado compararlo con el resto de la industria, al menos por ahora. El diálogo de cúpulas entre quienes tienen lapicera para firmar las paritarias está siendo razonable. Esperemos no perder eso. Por otra parte, tampoco me llamaría la atención, teniendo en cuenta mi larga vida en las relaciones laborales colectivas, que en medio de un proceso de expectativas de inflación como el que tiene la Argentina aparezcan presiones desde adentro que pongan a prueba la capacidad de liderazgo y el ordenamiento. Hay que tener cuidado en no dar pasos que puedan ser graves para la estabilidad del empleo.

–Para cerrar el tema inflación: la vicepresidenta Cristina Kirchner acusó hace muy poco a las industrias alimentarias de ser responsable de la disparada de precios en alimentos. ¿Qué dicen las empresas?

–Primero, hay que distinguir entre lo que es precio de fábrica y lo que es precio en la góndola; y no sólo góndola, en el 70% del mercado que constituyen los negocios de proximidad, donde hay variaciones muy grandes de precio. Segundo, los factores que inciden en los costos, desde los fletes pasando por los insumos importados pasando y los impuestos; son todos muy altos. Nosotros decimos que, honestamente, somos la consecuencia no la causa de la inflación.

FALTA DE DÓLARES Y FRENO A LA ACTIVIDAD

–Lo llevo a otro tema urgente en la industria: la restricción para importar derivada de la falta de dólares. ¿Temen que se frene la actividad?

– Desde la UIA y Copal con la Secretaría de Comercio hemos clarificado el listado de Simis (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones, autorizaciones de importaciones a empresas) pendientes, que están calendarizadas. Ahora tiene que salir la norma que vincula estas Simis con la fecha de pago. Todo eso apunta a dar previsibilidad con el objetivo compartido de que no se pare la industria. Lo conversamos todos los días con el Gobierno.

–Ese diálogo es vital porque el trabajo deberá ser quirúrgico...

–Quiero contar lo que hicimos en energía, por ejemplo. En enero, un mes complicado por el calor, nos llamó el secretario de Energía y nos anticipó que habría problemas, que teníamos que administrar la escasez. Entonces generamos ahí un mecanismo de autorregulación entre las mismas industrias de alto consumo, trabajando sábados y domingos, adelantando vacaciones. En marzo, cuando empezaron los rumores de que el invierno se complicaba, volvimos a sentarnos. Nos dieron las previsiones de que no iba a haber tantos problemas, y así fuimos monitoreando y no hubo quiebres. Algunos problemas pero no una situación aguda.

–¿Ese trabajo evitará que se pare la industria? Porque hay señales...

–Por ahora la contracción es más puntual, no es generalizada. Dentro de los sectores puede ser empresas o líneas de productos. Mirando hacia adelante, creo que había una estimación del Banco Mundial de que Argentina crecerá 4% este año. Bueno, no está mal en este contexto. Por eso insistimos mucho en que no se pare la industria, en que evitemos un frenazo.

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