El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, había dicho en radio que pretende “trabajar con una pauta de 40%” en las paritarias y que las mismas sean anuales y (o) con una revisión que “a los seis o siete meses”. La realidad indica que esto podría estar lejos de la intención del Gobierno.

A fin de mes, esta cuestión se debatirá, supuestamente, en la convocatoria del Consejo del Salario. Pero para ser honestos con ellos mismos, ni siquiera con el/la lector/a de esta nota, la triste realidad económica marca que los valores manejados por el ministro pueden variarle por algunos puntos.

La inflación del 2021 superó el 52 por ciento, e ilusionarse con bajar ese contexto paritario a 40 unidades en las discusiones salariales y congelar ese debate por casi un año parece hoy más un llamamiento a tener un problema que soluciones. Es esperable que ningún gremio logre la dulce espera sin antes dejar su malestar expreso.

Claro que una variable a lograr bajar los techos paritarios será el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el cual sin dudas atraerá algunos puntos en los que el Gobierno indefectiblemente deberá retocar el bolsillo de Doña Rosa. Y eso, por algún lado se escapa.

Los aumentos en materia energética, por ejemplo, también traerán sus consecuencias. En los alimentos. El gas. Es cierto, la economía comenzó a repuntar y pueden verse industrias y microeconomías que han salido  a flote y hasta superado la pre-pandemia, pero la inflacion…la inflación es algo que aun no logran controlar.

 Empresarios

Las negociaciones con los empresarios serán otro ámbito en donde el agua hierva. Porque entre el salario y el costo de los productos/servicios también será motivo de debate.

Aquí no solo estará en la mera negociación entre los sindicatos y los patrones, sino estará también en la habilidad del Gobierno de entablar acuerdos que puedan ser duraderos y significativos en lo que respecta a una política de estado acorde con el desarrollo productivo, y no con una mera cuestión tiempista y de época a corto plazo. Los cortoplacismo pocas veces duran. Y lo malo pasa además cuando las políticas que fueron creadas para ser de corto plazo, terminadas casi que en el Presupuesto de cada año.