Lejos del esplendor de otros tiempos, el local de la cadena de venta de electrodomésticos, Garbarino tiene cada vez menos mercadería. Con pocos productos en exposición, televisores apagados y escaso movimiento de público, crece la preocupación por un posible cierre de la sucursal marplatense que cuenta con alrededor de 20 empleados.

El Sindicato de Empleados de Comercio expresó su preocupación por la situación, más allá de advertir que oficialmente no hay ninguna confirmación. “Es preocupante y hay mucha incertidumbre. Hemos ido a la sucursal y nadie dice nada al respecto, pero hay una situación que no es normal”, explicó el secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio, Darío Zunda.

Algunos trascendidos indican que la decisión final se produciría en junio cuando se cumpla el período

de la doble indemnización que el Gobierno implementó en diciembre último.

“Lo vemos con una gran preocupación. Es una de las empresas más importantes de electrodomésticos. Hay muchas fuentes de trabajo en riesgo”, sostuvo el sindicalista. Y agrego que, “en caso de haya un cierre, vamos a reclamar todo lo que les corresponde a los trabajadores”.

La preocupación respecto a la continuidad de la firma no es nueva. El año pasado, debido a problemas financieros, la firma pagó muchos salarios en cuotas mientras que muchos trabajadores dejaron la empresas mediante retiros voluntarios.

Luego, tomó fuerza la posibilidad de una venta de la empresa pero finalmente, las negociaciones no llegaron a buen puerto y el cambio no se concretó.

“La venta parecía que estaba encaminada con un grupo empresario pero se cayó y están re negociando los pasivos.

Es muy complicado el panorama. No sabemos como termina”, señaló Zunda.

Según los registros del Banco Central (BCRA) a diciembre de 2019, Garbarino contaba con una deuda bancaria de poco más de $3.600 millones y sus principales acreedores eran entidades bancarias. Además, la firma posee una deuda de alrededor de $7.000 millones con sus proveedores.

Uno de los argumentos de la empresa es que la  caída en las ventas de los últimos tiempos, que afectó a otras cadenas del rubro, se debe en gran parte a la competencia que debe afrontar con los nuevos sistemas de venta on line que no necesitan muchos empleados ni locales al público.

En el marco de la crisis financiera, el firma podría desprenderse de 152 sucursales distribuídas en todo el país y se estima que cerca de 2.000 trabajadores podrían perder su empleo.

Por el momento, los responsables de la empresa no le comunicaron nada a los empleados, según confirmaron loas delegados gremiales de las distintas sucursales.