La medida es en rechazo al despido de 16 funcionarios en la planta de Paso Carrasco, por un proceso de reestructura, y 18 en el departamento de Salto, porque cambió la empresa distribuidora, explicó el presidente del sindicato Pablo Cabrera.

El objetivo del paro “es presionar a las patronales para que haya una mesa de diálogo y para mantener las fuentes laborales”, sostuvo el dirigente.

El próximo jueves habrá una nueva asamblea y, en caso de mantenerse los despidos, el conflicto se podría profundizar, indicó Cabrera.

Por su parte, la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) expresó su respaldo a los trabajadores y no descarta un plan de movilizaciones que derive en un paro general de 24 horas, explicó su presidente, Fernando Ferreira.

En tanto, el Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguaya (Cambadu) advierte que el paro de los trabajadores de Coca-Cola golpeará duramente a los pequeños y medianos almacenes y autoservicios.

El presidente de Cambadu, Antonio Ameijenda, dijo que las pequeñas superficies trabajan con un stock muy pequeño y son las últimas en reponer el producto, a diferencia de las supermercados, que tienen capacidad de abastecerse.