Aunque el miedo a que la inteligencia artificial (IA) reemplace masivamente el empleo está instalado en el imaginario colectivo, los datos muestran otra cosa.
Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que solo el 3% de los empleos en el mundo están completamente expuestos a ser reemplazados por herramientas de IA generativa.
“El 64% de los puestos no están expuestos, y solo el 3% tienen máxima exposición con baja variabilidad de tareas”, advierte el estudio, que analiza ocupaciones a partir de la CIUO-8, una clasificación internacional que permite comparar empleos entre países. El dato clave: la exposición no se mide por el puesto en sí, sino por las tareas que lo componen.
Por ejemplo, una peluquera puede cortar el cabello, subir contenido a redes sociales y hacer pedidos de productos. Cada una de esas tareas tiene un nivel distinto de exposición a la automatización. Lo mismo sucede con profesionales de la salud, que pueden asistir a pacientes, diagnosticar enfermedades o llevar registros administrativos.
Para estimar la exposición, la OIT realizó encuestas a trabajadores sobre el potencial de automatización de tareas, validó los resultados con expertos y luego generalizó el análisis usando modelos de IA.
A nivel global, el 36% del empleo tiene algún grado de exposición a la IA generativa. Sin embargo, el verdadero riesgo de reemplazo se concentra en ocupaciones muy específicas, como asistentes contables, analistas financieros o desarrolladores web. Del otro lado, hay empleos prácticamente inmunes, como cuidadores, enfermeros, vendedores ambulantes, cocineros o carpinteros.
El informe también destaca brechas regionales y de género. En los países de altos ingresos, el 34% de los empleos están expuestos, mientras que en los de bajos ingresos apenas alcanza el 11%. A su vez, las mujeres están más expuestas que los varones, principalmente por su sobrerepresentación en trabajos administrativos y de oficina.
Eso sí, la OIT aclara que exposición no significa reemplazo inmediato. “Una cosa es que ciertas tareas puedan ser automatizadas y otra muy distinta es que efectivamente lo sean”, señala el organismo. En el medio hay factores como el costo de la tecnología, la capacidad de inversión de las empresas y la formación profesional disponible.
Por eso, el organismo insiste en que es clave dejar de lado los discursos catastrofistas y concentrarse en políticas activas de reconversión laboral. “Para las ocupaciones altamente expuestas no necesitamos amenazas, sino políticas urgentes de formación profesional”, señala el informe.
En lugar de pensar en automatización total, la OIT propone enfocarse en la “aumentación”: es decir, cómo las herramientas de IA pueden complementar el trabajo humano. “Salir de la amenaza constante de la ciencia ficción nos acerca más a un debate serio sobre trabajo e inteligencia artificial”, concluye.
Para más detalles, el informe completo está disponible en el sitio oficial de la OIT:
https://www.ilo.org/publications/generative-ai-and-jobs-refined-global-i...
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