Lejos de las negociaciones que se discuten en otras actividades, el gremio de la alimentación pide una suma fija no remunerativa, más dos bonos extraordinarios, más un 27% de incremento en los básicos. Las pesqueras de Chubut rechazarán la demanda por considerarla impagable.
Mientras diversas actividades económicas han cerrado paritarias de actualización salarial entre el 15 y el 20 por ciento de aumento, por sobre el techo sugerido por el gobierno nacional, en Chubut, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación propuso a las empresas pesqueras un esquema de montos no remunerativos, bonos extraordinarios para que posteriormente se realicen subas de los salarios básicos en un 27 por ciento.
Así comienza la negociación salarial entre el gremio de la alimentación y las plantas de procesamiento en tierra en Chubut. El pedido formalizado por el STIA sería rechazado por las empresas según dejaron trascender, y en la misma posición se encontrarían las agrupadas, las independientes y las de sur de la provincia.
Esta semana, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación formalizaron su planteo de actualización de salarios indicando que “habida cuenta de los altos índices de inflación del año pasado y el presente, el elevado costo de vida reflejado en el aumento desmesurado de la canasta familiar y los servicios básicos e indispensables como luz, gas, transporte, etc., y la desmedida devaluación de nuestra moneda de curso legal que ha generado una considerable pérdida del poder adquisitivo; nos impulsa a plantearles una nueva propuesta a los fines de lograr una justa recomposición de los haberes de los trabajadores de la actividad. Una suma no remunerativa de $ 6.000 mensual y dos bonos no remunerativos de $ 5.000 cada uno. A lo que debe agregarse un incremento en los básicos del 27% a partir del 1 de marzo de 2019”.
Sobre esa base parecen comenzar las negociaciones, lo que promete avizorar un escenario complejo en torno a la actividad. El 31 de mayo vence el actual convenio y hasta ahora se está lejos de puntos de coincidencia entre la demanda sindical y la postura del sector privado.
Tampoco se debe soslayar, en base a la experiencia ocurrida durante muchos años, que las negociaciones la mayoría de las veces terminó con bloqueos a plantas, amenazas y otras modalidades con alteración de la paz social. Dependerá de la mesura y cordura de las partes para que el entendimiento y las negociaciones se mantengan por los carriles institucionales.
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