Whirlpool anunció el cierre inmediato de su planta del Parque Industrial Fátima, en Pilar, dejando sin empleo a toda su dotación. El aviso se dio por la mañana, cuando los trabajadores fueron reunidos en el comedor. La fábrica había sido inaugurada en 2022 tras una fuerte inversión.
La empresa argumentó que la decisión responde a la caída de ventas y al avance de productos importados. La planta producía lavarropas para el mercado interno y la exportación. Pese al cierre, la firma mantendrá su estructura comercial y de distribución en el país.
Entre 220 y 300 empleados fueron informados de que la desvinculación era inmediata, sin previo aviso. Un trabajador afirmó que incluso áreas administrativas y de recursos humanos quedaron afuera. Muchos permanecieron en la planta en busca de respuestas concretas.
La UOM llegó al lugar pocas horas después del anuncio para interiorizarse de la situación. Desde el gremio reconocieron que la decisión también los sorprendió y que buscarán una mesa de diálogo urgente. La organización evalúa los pasos a seguir ante el impacto laboral del cierre.
Los operarios iniciaron asambleas dentro del predio y adelantaron que no se moverán hasta obtener explicaciones. La incertidumbre crece ante la falta de detalles sobre las indemnizaciones. El clima en la fábrica es de tensión y preocupación por el futuro inmediato.
El caso suma presión sobre un sector industrial castigado por la apertura importadora y la baja actividad. Para los gremios, la situación de Whirlpool podría anticipar nuevos conflictos. El cierre en Pilar se convierte así en un símbolo del momento crítico que atraviesa la producción local.
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