Cavalieri: el mercantil eterno que esta vez deberá pelear la reelección

Cavalieri: el mercantil eterno que esta vez deberá pelear la reelección

Irá por su noveno mandato en el Sindicato de Empleados de Comercio; lo retará Ramón Muerza, delegado de los supermercados Coto; hay temor por la escalada del enfrentamiento.

Periódicamente, Mauricio Macri conversa con cuatro o cinco sindicalistas. No con muchos más. Uno de ellos, tal vez su favorito, es Armando Cavalieri, jefe del Sindicato de Empleados de Comercio desde 1986. A los 84 años, Cavalieri se resiste al avance del tiempo e irá ahora por su noveno mandato en cadena.

La continuidad del eterno líder mercantil choca con el mensaje de renovación sindical que se bajó desde el Gobierno. Menemista, kirchnerista y ahora macrista, Cavalieri, que aupó al hoy ministro de Trabajo, Jorge Triaca , cuando era un bebe, se rehusó a dejar el mando del sindicato más numeroso del país ante la casi inédita aparición de un dirigente dispuesto a ser opositor que desafía a su mentor.

Ramón Muerza es el osado retador de Cavalieri. Es delegado de los supermercados Coto y actual secretario de Organización del sindicato. Tiene 53 años y su trayectoria laboral fue en un frigorífico. Asegura tener el apoyo de los afiliados que se desempeñan en las grandes cadenas de supermercados y electrodomésticos. Le dicen "el empleado del mes" por su cercanía al empresario Alfredo Coto, a quien considera "un padrino". Se jacta de tener el respaldo del vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, a quien le manifestó sus inquietudes sobre la democracia interna en el gremio. Otro dato: su hijo Hernán es concejal de Cambiemos en Cañuelas.

Cavalieri siempre le escapó a la palabra "sucesión" para evitar abrir una disputa interna, algo inevitable en un gremio con más de un millón de afiliados y con la obra social más numerosa del país. Recién esta semana le confirmó a LA NACION su candidatura. Antes respondía siempre con evasivas, como cuando se lo consulta sobre su patrimonio o los negocios que orbitan alrededor del sindicato.

La disputa con Muerza se judicializó a partir de una denuncia anónima sobre presuntas irregularidades en los padrones. Hubo otra acusación, pero por parte de Cavalieri, sobre carnets truchos. Interviene en el caso el fiscal Guillermo Marijuan. El miércoles próximo se debería elegir a través de una asamblea a la junta electoral. Será en el predio de Parque Norte, donde se esperan miles de asistentes. Esa junta fiscalizará la elección, que se prevé para septiembre u octubre. Quien gane la seccional de Capital será el que comande la federación nacional en 2019.

Muerza denunció que Cavalieri, a través de tres personas de su entorno, recurrió a la barra brava de Boca como fuerza de choque para la asamblea del miércoles. "Hablaron con gente de [Rafael] Di Zeo", precisó. Desde el entorno del jefe de la barra de Boca lo negaron. También lo rechazó un allegado al viejo líder mercantil.

"Pretenden hacer una reunión a puertas cerradas para elegir a la junta electoral y hacer trampa. La asamblea debería ser en un lugar más grande. Vamos a ir con 10.000 trabajadores", advirtió Muerza. Cerca de Cavalieri le respondieron con una chicana: "En 25 años aceptó siempre sin problemas que las asambleas se realicen en Parque Norte y tampoco nunca se quejó de los padrones".

El temor a un enfrentamiento entre los dos bandos está latente. Se reforzaron los alambres perimetrales del predio y Cavalieri le solicitó "garantías" al gobierno de la ciudad. El oficialismo habla de un operativo de seguridad de 300 efectivos; la oposición, de 1000, como un Boca-River.

Atención del Gobierno

En el Gobierno siguen con atención el curso de esta elección sindical. Triaca lo considera a Cavalieri "un ejemplo" para el resto de la dirigencia sindical y recurrió a él tanto para escenificar paritarias moderadas como para trazar la estrategia para aislar a Hugo Moyano. El jefe mercantil fue ladero de su padre cuando ambos eran los hombres fuertes de la CGT que se alineó con el menemismo, en los 90.

De la mano de Cavalieri, el Gobierno exhibió en febrero la pauta salarial de 15% como referencia. También acordó con él el Procedimiento Preventivo de Crisis de la cadena de supermercados Carrefour. El apretón de manos se concretó en la quinta de Olivos. El pacto permitió bajar costos, abrir retiros voluntarios y flexibilizar ítems del convenio colectivo, lo que generó malestar en los competidores de la firma francesa.

Muerza aprovechó el acuerdo con Carrefour para su plataforma electoral. Activó movilizaciones de rechazo y logró avanzar en un paro de actividades en algunas sucursales. Una de las sedes de Carrefour que paralizó fue la del Paseo Alcorta, en la calle Salguero. Muerza cuenta allí con Pana, un delegado gremial que frecuenta la barra brava de River y que habría oficiado más de una vez como custodia de un importante funcionario porteño vinculado a Pro.

La insistencia de Muerza por competir fue lo que convenció a Cavalieri de ir por un mandato más. Su anhelo era ungir al sucesor y garantizar la unidad interna en un gremio en el que hierven las traiciones. Su heredero deberá esperar.

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