El sindicalista más combativo de Aerolíneas, a punto de ser director de la empresa

El sindicalista más combativo de Aerolíneas, a punto de ser director de la empresa

Pablo Biró, líder la poderosa Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), ya tiene todo el andamiaje legal estructurado para ser propuesto como director de la compañía en representación de los trabajadores.

Una fuerte movida gremial se cuece de a poco en Aerolíneas Argentinas. Los gremios aeronáuticos tomaron una inédita decisión: sentar al sindicalista más combativo del sector en el directorio de Aerolíneas Argentinas.

Pablo Biró, líder la poderosa Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), ya tiene todo el andamiaje legal estructurado para ser propuesto como director de la compañía en representación del Programa de Propiedad Participada (PPP), un esquema que se diseñó en los años 90, cuando se privatizó la compañía. Entonces se entregaron acciones a los empleados que quisieron tomarlas y que trabajaban en la empresa. Será el momento del "Director Obrero", como los propios gremios llaman al nuevo trabajo del piloto.

La historia del director por los trabajadores empezó en 1994. Cuando se decide la venta de la línea aérea, entonces de bandera, se estableció la posibilidad de que los empleados que quisieran pudieran suscribir el 10% de las acciones de la compañía. Era requisito que fuesen trabajadores de la nómina en ese momento. La normativa establecía que la empresa, que pasaría de sociedad del Estado a una sociedad anónima regida por el derecho comercial, iba a mantener ese director siempre y cuando ese paquete accionario supere el 5% del total.

Los años pasaron y los aportes de capital también. Con el tiempo, la cuota se empezó a licuar, especialmente cuando se decidió contablemente que los subsidios ya no eran préstamos y deuda, sino inyección de capital. Tanto se achicó que actualmente la porción es menos del 0,1% de las acciones. Sin embargo, el Estado siempre mantuvo ese director pese a que ya estaba por debajo del cinco por ciento.

El año pasado, algunas cosas cambiaron. La empresa aprobó nuevas normas decompliance y transparencia y dispuso que los directores no podían nombrar familiares en la empresa. En septiembre, un estudio interno de la aerolínea encontró que un familiar del entonces director por la PPP, Rodolfo Casali, había sido nombrado en la compañía.

En noviembre, Casali renunció a su cargo ya que prefirió mantener el trabajo de su hijo. Desde ese momento, en el directorio no hay representantes de aquellos trabajadores de los noventa.

La silla vacía y la unidad que ahora tienen los gremios aeronáuticos generaron una oportunidad para tener más poder en la compañía y para sacar provecho de la situación. Rubén Fernández, secretario general de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (Upsa) dijo en un video que los sindicatos publicaron en You Tube, que Casali se fue "un poco presionado y amenazado por la pérdida de la pérdida de la fuente laboral de su hijo que estaba en la empresa". Habló, además de las cualidades de Biró y dijo que "tenía vocación gremial y que nadie se atreverá a discutirlo".

Por primera vez, los sindicatos se unieron y por consenso, determinaron que sea el piloto el que se siente en el codiciado sillón.

El acuerdo gremial no sólo involucra al nuevo director. Las acciones PPP establecen que el representante es, en realidad, la voz de aquellos trabajadores en la mesa de decisiones. Debajo de él hay un Comité Ejecutivo de siete miembros que le entrega el mandato en cada una de las posturas que tome. A ese órgano colegiado se sumaron otros dos sindicalistas: Fernández y Edgardo Llanos, secretario general de APA. El gran ausente es Ricardo Cirielli, de los técnicos aeronáuticos (APTA), que se retiró de la lista enojado con alguno de sus colegas.

Hay una particularidad. Biró no tiene acciones en la PPP ya que ingresó a la línea aérea después de aquel reparto. Pero para ser representante en el órgano de decisiones no se necesita ser titular de acciones. Sí es requisito para los miembros del comité ejecutivo.

La nómina de nuevos funcionarios ya fue elevada al Banco Nación, agente fiduciario de las acciones. Será la entidad la que le pida a la empresa que realice una asamblea para formalizar la incorporación.

La línea aérea bien podría hacer algunas cosas, tan legales como la decisión de los gremios de ser representados por el sindicalista más combativo de todos los gremios. Por caso, podría ejercer la cláusula que dice que sólo se mantendrá ese asiento siempre y cuando las acciones superen el 5 por ciento. Pero claro, el conflicto estará a la vuelta de la esquina y en pleno año electoral. Una vez más, el Gobierno está dispuesto a poner más dinero este año en subsidiar la compañía (se habla de que estará nuevamente cerca de 300 millones de dólares en todo 2019) a cambio de menos conflictividad.

La otra, será llamar a esa asamblea de accionistas, que coincide con la aprobación de memoria y balance, y avanzar con el nombramiento. Esta convocatoria se hará en mayo.

Los gremios no ocultan la intención que tienen a la hora de justificar la medida. Llanos lo dijo en ese mismo video: "Es importante porque como trabajadores y accionistas tenemos derecho a la información que nos es negada como trabajadores y dirigentes gremiales. Es importante tener una persona ahí que recabe la información como para poder salir a pegar el grito cuando se puedan estar tomando decisiones que, entendemos, pueden estar perjudicando a la empresa. Este Gobierno, como accionista mayoritario, no ha defendido el patrimonio de la empresa como debió hacerlo".

Ahora bien, qué podría hacer Biró en ese lugar. En principio, el exiguo porcentaje de menos del 0,1% le impedirá frenar alguna decisión. Según el reglamento, al directorio debe tratar todos los temas relativos a la flota, al combustible y todo contrato que esté por encima de los cinco millones de dólares. Básicamente, la política grande de la empresa pasa por ahí..

El piloto, como director de una sociedad anónima, es responsable penal y civilmente de lo que pase por ese directorio. Por lo tanto, puede solicitar toda la información que quiera y la empresa se la tiene que entregar. Sólo podría alegar confidencialidad. Por ejemplo, podría pedir los registros de la rentabilidad de cada una de las rutas, los sueldos de quien pretenda, y todos los registros de ingresos y costos. Será un nuevo desafío para los negociadores salariales, que sin tener al sindicalista más combativo sentado en la mesa, convalidaron el año pasado un aumento de 6 puntos por arriba de la inflación. Claro, para eso, pidieron un cheque más grande al Estado.

 

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