Luego de semanas intensas, el puerto de Buenos Aires parece empezar a encontrar algo de paz. Es que en habitaciones y actas separadas, los gremios de la actividad firmaron las esperadas paritarias y descomprimieron un conflicto que dejó como saldo un herido de bala el último sábado por la noche.

El entendimiento espejo que rubricaron el SUPA de Juan Corvalán y la Federación Marítimo Portuaria de Juan Carlos Schmid contempla un incremento salarial del 30% a terminar de pagarse en febrero de 2021 y dos bonos de 20 mil pesos. Uno de ellos en concepto de gratificación por los servicios prestados en la pandemia y el otro en concepto de gratificación de fin de año.

Además se llevaron el plasmado en el acta el compromiso de parte de las empresas de armar una mesa de diálogo desde el 15 de octubre con el objetivo de ir incorporando tercerizados a la plantilla de empleados de planta.

El acuerdo dejó, además un empate técnico en la subterránea pelea que mantienen los gremios del sector. El SUPA aspiraba a conseguir mejoras superiores a las de la Federación para tratar de convertirse en un polo de atracción para otras entidades portuarias y acercarlas al moyanismo. Por ello tensó la cuerda al máximo. No ocurrió, pero se trata sólo de una batalla y seguramente habrá otras.

Donde si hubo un perdedor claro fue en el plano judicial. Es que el Corvalán todavía tiene 6 militantes de su espacio detenidos, que ayer fueron traslados a un penal, por los hechos de violencia ocurridos el sábado por la noche.

En las últimas horas circuló en el puerto un audio, que llegó a la redacción de InfoGremiales, en el que se habla de la contratación de Fernando Burlando para tratar de conseguir la libertad de los presos. Casi una declaración de lo compleja que está su situación.

Vale recordar que en esa trifulca un portuario terminó con una herida de bala, presuntamente por un tiro que se escapó a otro militante. Además, luego de que las firmas judicializaran los eventos, hay otros 57 militantes procesados que deberán enfrentar una causa.