Alarma en la industria del calzado: caída de ventas, sobrestock y competencia ilegal ponen en crisis al sector

Alarma en la industria del calzado: caída de ventas, sobrestock y competencia ilegal ponen en crisis al sector

El nuevo titular de la Cámara de la Industria del Calzado, Horacio Moschetto, advierte que el sector enfrenta un escenario crítico por la caída del consumo, el avance de las importaciones y la expansión del contrabando. Aunque denuncia un mercado sobrestockeado y empresas al límite, sostiene que aún existen oportunidades en segmentos de mayor valor agregado y en la exportación.

El recientemente electo presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto, describió un panorama crítico para la actividad, atravesada por despidos, suspensiones y cierres de empresas en todo el país. El industrial, con más de 30 años de trayectoria y al frente de una fábrica en Sarandí, señaló que el sector se encuentra entre “los más golpeados” por el actual modelo económico.

Moschetto explicó que la combinación de caída abrupta de la demanda, apertura de importaciones y contrabando masivo generó una tormenta perfecta para las empresas nacionales. “El mercado está sobrestockeado”, afirmó, y detalló que muchas firmas poseen inventario suficiente “para un par de años”, debido a la fuerte retracción del consumo y a la llegada de mercadería del exterior sin un análisis previo de mercado.

La apertura comercial no solo habilita el ingreso de grandes volúmenes de calzado importado, sino también la compra individual a través de plataformas asiáticas como Shein o Temu, que, según Moschetto, ya afectan directamente a la industria local.

A esto se suma el avance de la competencia ilegal. El dirigente alertó sobre la proliferación de ferias informales que venden falsificaciones a gran escala. “El daño que nos genera esta competencia ilegal es enorme”, señaló, y remarcó que los productos ingresan al país sin controles, recorriendo miles de kilómetros por rutas nacionales. La CIC ya mantuvo reuniones con autoridades del Ministerio de Justicia y la Gendarmería, aunque por ahora solo obtuvieron “compromisos de actuar”.

Frente al deterioro del mercado interno, algunas voces sugieren que las firmas deberían volcarse a la importación. Sin embargo, Moschetto sostiene que la mayoría de los empresarios tienen un fuerte compromiso con la actividad y con sus trabajadores, y que el proceso de reconversión no es simple. “No todo el mundo tiene el colchón financiero para hacerlo. Primero hay que despedir personal, indemnizar, vender máquinas. Hay empresas que, si hacen eso, quedan con patrimonio neto negativo”, explicó.

El presidente de la CIC reivindicó el proyecto de ley impulsado en 2022 y 2023 por la cámara y el sindicato UTICRA, que proponía un esquema de promoción industrial, blanqueo laboral y estímulos para la incorporación de tecnología. La iniciativa ingresó al Congreso impulsada por la diputada Constanza Alonso, pero no avanzó.

“Si se hubiera aprobado, la realidad sería otra”, afirmó Moschetto. Según dijo, el costo fiscal del dólar diferenciado para importar insumos se habría compensado con la formalización de trabajadores, mientras que la creación de un instituto especializado habría permitido detectar mercados externos y anticipar tendencias.

A pesar del difícil escenario, el dirigente aún ve oportunidades. Aseguró que la competitividad del calzado argentino no está en duda dentro de las fábricas, donde conviven talleres artesanales con tecnología de punta, incluidos corte láser y costura automática, y mano de obra altamente calificada.

Destacó que el calzado de cuero y diseño, un segmento que en los últimos años se redujo por cambios en la moda, sigue representando un nicho de “altísimo valor agregado” en el que Argentina mantiene ventajas comparativas, tanto por la calidad del cuero como por el talento de sus diseñadores. “Estamos para disputar con Italia y España”, afirmó.

De hecho, algunas empresas nacionales ya producen para Estados Unidos, un negocio que se abrió tras la salida de proveedores brasileños debido a los aranceles aplicados por el gobierno de Donald Trump.

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