El titular de la Federación Argentina de Remises se mostró conforme con la implementación del CCT lanzado en noviembre pasado, el cual además de los choferes, incluye a coordinadores de viajes y a mecánicos y chapistas que trabajan para agencias, entre otras funciones. También fu muy duro con la precarización laboral representada por Uber y otras aplicaciones.
El secretario general de la Federación Argentina de Remises (FAREM), Alejandro Poli, conversó con Gestión Sindical sobre el nuevo convenio colectivo de trabajo lanzado en noviembre pasado y se mostró muy conforme con los resultados de su implementación. “Lo más importante es que ahora contamos con un convenio mucho más específico y, a la vez, más amplio. Lo que se logró es incluir a todos los trabajadores que están comprendidos dentro de la actividad de remís”, explicó.
“Nosotros anteriormente nos regíamos por el convenio del sindicato base de Quilmes (SURyA). Pero después se le dio forma al convenio de la Federación, que es el que se está usando. Y a partir de ahí empezamos a incluir, por ejemplo, a las personas que atienden el teléfono en una remisería, a las que se las conocen como telefonistas pero que nosotros las llamamos distribuidora de viajes. Y también están quienes realizan la misma función pero de manera remota, es decir que la agencia está en un lugar pero el que coordina los viajes está en otro. Además, están incluidos los que reparten los viajes pero por medio de una App. E incluso hay algunas agencias que tienen como empleados a mecánicos o chapistas, y ellos también están contemplados en este convenio que, en total, tiene 12 categorías”, detalla Poli.
Más allá de la satisfacción por el nuevo convenio, hay un tema que al Secretario General lo sigue preocupando mucho, y es la precarización laboral, representada especialmente en el caso de Uber. “Ese es el ejemplo más claro, aunque también hay problemas con Cabify. Pero esta empresa aunque sea cumple en parte. Tiene trabajadores no registrados y autos no habilitados, pero también es cierto que la mayoría están en regla. Y tienen un local habilitado. Uber, en cambio, no tiene nada de nada. Ellos dicen que no son una agencia de remís. Se definen como una tercera forma de trabajo, como una “economía colaborativa”. Pero el que colabora es la persona que trabaja y ellos se llevan la plata. Los trabajadores están en negro, no tienen ningún aporte, ponen el auto, y Uber encima les cobra el 27%, es decir un 7% más de lo que cobra una agencia de remis”, dice.
Poli también desalienta totalmente el uso de Uber, al remarcar que es relativo el tema de que los clientes ahorran plata: “Ellos varían los precios de acuerdo a la demanda: si llueve o son horas de mucho movimiento, cobran más caro”. Pero, además, hizo especial hincapié en que “Uber no tiene ninguna seguridad, tal como se pudo comprobar lamentablemente con diferentes casos que ocurrieron y fueron noticia, como el de una chica que fue violada por un chofer. Y lo que está pasando es que se venden celulares con la App instalada. Entonces trabajan choferes con identidad falsa. Usan el perfil de otra persona y cuando el pasajero sube al auto se da cuenta que no es el conductor que le figuraba en la App. Así manejan personas que no tienen registro, por ejemplo, o que directamente están con problemas con la Ley. Y ahí lo que pasa es que no se sabe a quién denunciar cuando ocurre algún problema”.
Poli también contó que pudo comprobar que “muchas personas que trabajaban en Uber están volviendo a hacerlo en remiserias. Y es que de esa forma tienen al menos un lugar donde comer, descansar e ir al baño. Si están en Uber cuando no tienen un viaje para hacer, tienen que parar en la calle, en cualquier lugar. Además, hay que tener en cuenta que cada agencia tiene, por lo menos, dos o tres distribuidores de viajes. Mientras que Uber no tiene ni siquiera un empleado. Así que también genera pérdidas de fuentes laborales”.
Por último, el representante de FAREM contó que “en Quilmes formamos una comisión tripartita -donde estaba el sindicato, los dueños de las agencias y los dueños de auto- y armamos una App que se llama Remís Seguro, y que se va a lanzar en marzo de este año. Es un sistema en el cual van a estar incluidas todas las agencias que estén habilitadas y todos los autos que estén registrados”. La forma en que va a funcionar es colaborativa, ya que “cada agencia va a seguir trabajando con sus autos pero, cuando alguien pida un remis a una agencia que en ese momento no tenga disponible, se va a pasar el viaje automáticamente a otra remisería”.
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