Los metalúrgicos y los textiles siguieron el mismo camino. Luego de que el Gobierno los convocara, sin éxito, para impulsar una reforma laboral, avanzaron por su cuenta en una agenda de reactivación con reclamos.
La frustrada reforma laboral por sectores que impulsó el Gobierno tuvo un efecto búmeran: gremios y empresas iniciaron contactos por su cuenta para reclamar a dúo medidas de sostén de los rubros de la industria más castigados por el modelo económico. Ese comportamiento se verificó en los casos de la actividad metalúrgica y la textil, adonde el Ministerio de Producción y Trabajo intentó sin éxito abrir mesas de negociación sobre la base de un guión preexistente con cambios en los convenios colectivos de trabajo. En la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), incluso, no descartaron reeditar una marcha de protesta conjunta como la que se llevó a cabo en octubre pasado.
En ambos rubros los libretos son similares. Protestas por los tarifazos indiscriminados, las exorbitantes tasas de interés que imposibilitan el acceso al crédito, la inflación en los insumos, las importaciones sin control, la falta de aliento a las exportaciones y la ausencia de mercado interno. Cada uno con sus particularidades, las inquietudes atraviesan tanto a empresarios como a sindicalistas de las primeras actividades que el equipo del ministro Dante Sica sondeó este año para avanzar en proyectos de mini reformas laborales.
Los intentos chocaron primero con una resistencia en los cuatro gremios del rubro textil y de la indumentaria, primero, y de la UOM inmediatamente después. Pero también de parte de los industriales hubo señalamientos acerca de que las normativas laborales vigentes eran el menor de sus problemas en un contexto generalizado de caída de la economía, ausencia de un sostén público en la actividad y retracción en el mercado interno.
Para los metalúrgicos de Caló retirarse de la denominada “Mesa sectorial” tuvo un condimento especial: es que Sica, como consultor privado, fue asesor y hombre de confianza del gremio por años hasta su desembarco en Producción y Trabajo. De hecho, apenas asumido en el cargo la UOM fue el primer sindicato que recibió. El 31 de enero, día en que estaba previsto el encuentro tripartito con la UOM, el gremio de supervisores, Asimra, y las cámaras del sector metalmecánico, el propio Caló visitó horas antes al ministro en su despacho para adelantarle que su gremio se bajaba de la convocatoria.
Ese mismo día el mayor sindicato metalúrgico inició contactos con las cámaras de industriales, en particular con los sectores de pequeñas y medianas empresas. “Hace tiempo hablamos con la UOM para mejorar la situación de las pyme y siempre estuvo la idea de tener una única voz. Podemos discutir mucho pero a la hora de luchar tenemos que hacerlo juntos y siempre está la posibilidad de sacar un documento conjunto”, le confirmó anoche a este diario José Luis Ammaturo, presidente de Camima, la cámara de pequeñas y medianas industrias metalúrgicas.
En el gremio fueron más allá y dijeron que en caso de continuar el declive de la industria y el riesgo sobre los puestos de trabajo promoverán, además de la difusión de un diagnóstico conjunto, una movilización de protesta con la participación de dueños de fábricas como la que ambas partes llevaron a cabo el 4 de octubre pasado. En aquella ocasión también marcharon a la par dirigentes sindicales y empresarios de los rubros molineros, de la alimentación, del sector de papeleros, los lecheros, los ladrilleros y de la mecánica automotriz.
Un efecto similar causó en el rubro textil y de indumentaria la fallida convocatoria a la mesa sectorial. El secretario de Trabajo, Lucas Aparicio, no pudo avanzar en esa ocasión con su propuesta de flexibilizar la jornada laboral y las vacaciones, fraccionar el pago del aguinaldo y crear un “fondo de cese laboral” para reemplazar las indemnizaciones frente a un inédito entendimiento entre los dos gremios textiles (AOT y Setia), el del vestido (Soiva) y de la Unión de Cortadores para rechazar cualquier reforma laboral y varios de los empresarios convocados, en particular los de la Federación de Industriales Textiles (FITA).
De ese encuentro, como adelantó este diario, surgió en cambio la idea de continuar en el ámbito privado con diálogos destinados a encontrar puntos de contacto para reclamarle al Gobierno. Hugo Benítez, secretario general de la AOT, confirmó que las cámaras empresarias “preparan un borrador con puntos para reactivar la industria como quita de impuestos, facilidades para la exportación, control de importaciones y otorgamiento de subsidios Repro (que complementan el salario de empresas en crisis)” y que la idea es llevarlo de manera conjunta a Producción y Trabajo.
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