Así lo hizo saber la cúpula de la central obrera ante los reclamos de gremios alineados con el kirchnerismo entre los que se destacan los de los rubros industriales, como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y los mecánicos del Smata.
Por
MARIANO MARTÍN
La CGT descartó la posibilidad de convocar a un paro nacional de actividades para repudiar la condena a Cristina Fernández de Kirchner ratificada por la Corte Suprema y a cambio ofreció apuntalar una eventual movilización de protesta convocada por la ex presidenta. Así lo hizo saber la cúpula de la central obrera ante los reclamos de gremios alineados con el kirchnerismo entre los que se destacan los de los rubros industriales, como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y los mecánicos del Smata.
La respuesta de la organización al pronunciamiento de la Corte por ahora se limitó a un comunicado en el que advierte que "la democracia está en peligro" y señala que "cualquier fallo que ponga en cuestión las reglas democráticas no hace más que alterar el normal funcionamiento institucional de la Nación" y que en la causa Vialidad, en particular, "se observan serias irregularidades, difusión anticipada de medidas a través de medios de comunicación y manipulación informativa". En el texto la dirigencia sostiene que "la voluntad popular debe ser resguardada" y repudia "la embestida mediática y política sobre la Justicia" aunque se cuida de no apuntar contra la Corte. Más adelante expresa su "solidaridad y apoyo incondicional" a la expresidenta.
A 24 horas del fallo contra Cristina, la CGT optó por intentar un delicado equilibrio. Sin chances de desentenderse de la suerte de la ex mandataria, con medio centenar de sindicatos que acudió a la sede del PJ para aguardar junto a Cristina la difusión de la sentencia, la cúpula también resolvió mantener intactos sus puentes con el máximo tribunal. Es que allí residen causas de importancia vital para los sindicatos, como la suerte del decreto de necesidad y urgencia 70/23 y, eventualmente, del nuevo DNU 340 que intentó por segunda vez semanas atrás desactivar el derecho a huelga en la Argentina. Pero también, expedientes más pedestres y cotidianos que hacen a la supervivencia más inmediata de gremios y obras sociales así como el destino del patrimonio y la libertad física de dirigentes.
De hecho, en la intimidad de la "mesa chica" en las últimas horas rumiaban en base a una ucronía: si Ariel Lijo hubiese accedido a la Corte Suprema, como impulsó sin éxito Javier Milei y alentó en las sombras la central obrera, otra hubiera sido la suerte de la ex mandataria, creen en Azopardo al 800. Se trata de un escenario difícil de calibrar pero que incluye un eventual cumplimiento del cortesano Ricardo Lorenzetti a presuntos compromisos políticos por el aval a su protegido Lijo. Meras conjeturas que apenas entretienen a gremialistas que cruzan mensajes entre Buenos Aires y Ginebra, adonde todavía se aloja un grupo nutrido de la CGT como parte de la Conferencia Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En tanto, para el triunvirato de conducción, que permaneció en Buenos Aires, un cuarto paro general contra Milei sigue descartado. Uno de los secretarios generales le confió a El Destape que "no hay clima" entre los trabajadores para abordar una nueva medida de fuerza que termine por descontar un día de trabajo, exponga a las estructuras a un desgaste y presumiblemente, no modifique el estado de cosas respecto de Cristina. Fue la respuesta al núcleo de gremios que alienta una confrontación para mantener a la ex jefa de Estado como protagonista excluyente. Entre ellos se destacan la UOM, Smata y la Asociación Bancaria. Le siguen gremios de menor porte como el de gráficos (FGB), el de personal legislativo (APL), el de judiciales Sitraju y el de personal superior de empresas de energía (Apsee), entre otros. Ausentes con aviso de ese grupo, los Camioneros de Hugo y Pablo Moyano permanecieron en silencio durante todo el proceso de confirmación de la condena.
La amenaza más concreta de confrontación quedará así en cabeza de los sindicatos fabriles enrolados en la confederación del rubro, la Csira. La conducen Ricardo Pignanelli (Smata) junto a su segundo y diputado nacional, Mario Manrique, y Abel Furlán, de la UOM. Son los que capitanean desde ayer la presión para una agudización del conflicto por parte de la CGT y que, en un escenario de corrimiento de la central, evaluarán actuar por su parte.
Comentá la nota