La CGT, entre el grito de guerra y la diplomacia subterránea

La CGT, entre el grito de guerra y la diplomacia subterránea

Primero, los dientes: ojo que salimos a la calle y unidad para la resistencia con las CTA. Ahora, negociemos: el túnel para iniciar un dialogo con Javier Milei.

Por José Maldonado

La conducción de la CGT ya pegó el primer grito de guerra contra el gobierno de Javier Milei. El lunes pasado, el acto de asunción de las nuevas autoridades de la UTEP mostró a los triunviros de la central obrera junto a los representantes de los trabajadores de la economía popular y las dos CTA de los Trabajadores, que conduce Hugo Yasky, y la CTA Autónoma de Cachorro Godoy. En el Salón Felipe Vallese, hubo una foto de unidad y un mensaje claro a la nueva gestión: "Vamos a ser los primeros en la calle si quieren tocar derechos de los trabajadores", disparó el camionero Pablo Moyano.

 

Pero por detrás de la imagen combativa, en la CGT las posiciones se dividen entre la incertidumbre sobre en qué medida el gobierno de Milei podrá avanzar con el plan motosierra y la espera de despejar ciertos canales de diálogo que, entienden, se podrían habilitar en los próximos días con sectores del oficialismo para una negociación de medidas que involucren la situación de los trabajadores.

"Expectativa y cautela", resumen en la sede la calle Azopardo el escenario en los días previos a la asunción del libertario y la llegada de un gobierno que promueve la flexibilización de regímenes laborales, la privatización de empresas públicas y la eliminación de ministerios con los consecuentes despidos masivos. "Si quieren avanzar con todo, la cosa se va a complicar. El camino posible es la negociación", dicen fuera de micrófono algunos de los dirigentes sindicales de la conducción cegetista, donde las posturas se dividen entre los sectores de tendencia dialoguista, los independientes y quienes ya perfilan una oposición combativa desde el primer día contra el gobierno libertario.

 

 

Como en los 90 llega un gobierno decidido a saquear el patrimonio del país pero los vamos a frenar en el Congreso y en la calle! pic.twitter.com/3Ip9nNyfxh

— Hugo Yasky (@HugoYasky) November 21, 2023

La capacidad de mantenerse unida ante este nuevo escenario va a ser clave. Más allá de las diferencias internas, hay una certeza de que la central obrera va a ser clave para la reconstrucción del nuevo peronismo en tándem con los gobernadores.

Contactos con Milei

Entre las distintas tribus que forman parte de la CGT, desde los "Gordos" hasta los de perfil más kirchneristas, la certeza es que Milei no tendrá una actitud abiertamente confrontativa con los gremios desde el minuto uno de su gestión, sino que se moverá pendularmente e intentará ganar apoyos entre sectores del sindicalismo.

En los últimos meses de campaña, el libertario pasó de una postura antisindical muy dura hacia una mucho más moderada, luego del acercamiento de una figura como el gastronómico Luis Barrionuevo, que se fue de LLA dando un portazo, y la reunión a solas que mantuvo el presidente electo con el líder de la UOCRA, Gerardo Martínez.

El escenario que algunos avizoran tiene puntos de contacto con el primer momento del gobierno de Mauricio Macri, donde el sindicalismo se dividió entre sectores dialoguistas y combativos. Por aquella época, las bases llegaron a presionar a la cúpula cegetista al grito de "pongan la fecha, la p... que los parió", en reclamo de que se convocara a un paro. La CGT convocó a cuatro huelgas generales contra el gobierno del fundador del PRO, la primera el 6 de abril de 2017, 16 meses después de su asunción.

Por ahora, dicen que solo hubo contactos informales con los integrantes del futuro gabinete libertario, pero esperan que a partir de la semana que viene se abran instancias de diálogo.

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