Durante su intervención en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, el dirigente sindical Hernán Doval, representante de la Confederación de Trabajadores Municipales de las Américas (CONTRAM-ISP), planteó un duro diagnóstico sobre las condiciones que enfrentan los empleados municipales en la región.

Doval estructuró su exposición en torno a tres ejes: negociación colectiva, libertad sindical y precarización laboral/situación salarial, describiendo un panorama de incumplimientos, persecución y vulnerabilidad estructural.

En primer lugar, señaló que la negociación colectiva en el ámbito municipal se encuentra en situación de cumplimiento precario. Aunque existen marcos normativos en algunos países, la cobertura no alcanza a la totalidad de los municipios y, en los casos en que hay convenios, la falta de mecanismos judiciales y administrativos efectivos impide garantizar su cumplimiento. Doval remarcó que la naturaleza política del empleador -los gobiernos locales- se convierte en un obstáculo estructural para los derechos laborales.

Respecto a la libertad sindical, el dirigente denunció que la criminalización de la protesta es una práctica extendida en América Latina, con gobiernos que no promueven la representación sindical sino que, por el contrario, asimilan paros y movilizaciones a delitos. Doval recordó que la CONTRAM-ISP (Confederación de Trabajadores Municipales de las Américas) ha sufrido la persecución de miembros de su directorio desde 2014, situación que sigue vigente.

Sobre la precarización laboral, el secretario general advirtió que la inestabilidad contractual es utilizada como forma de disciplinamiento, generando lo que describió como un "régimen de terror laboral", en el que los derechos se diluyen y se transforman en favores personales. Esta situación, agregó, anula la posibilidad de una verdadera negociación salarial en condiciones de igualdad.

Doval cerró su intervención planteando que la negociación colectiva, la libertad sindical efectiva, la erradicación de la precarización y la construcción de un salario digno deben ser pilares innegociables para una democracia laboral en América Latina.