Un estudio indica que estabilidad, obra social y aguinaldo son considerados importantes por los jóvenes de 18 a 35 años.
La juventud argentina entre 18 y 35 años exhibe una profunda tensión entre la valoración de la felxibilidad laboral y el temor a la pérdida de derechos fundamentales que podría provocar, en caso de concretarse, la reforma laboral que proyecta el Gobierno.
En un reciente informe sobre «juventudes y trabajo» publicado por la consultora Reyes-Filadoro, la mitad de los jóvenes consultados rechaza de plano una posible reforma laboral simplemente, por temor de que más de una modernización, se trate de un avance en la vulneración de derechos y la explotación en favor de la comodidad del empleador.
El estudio, basado en encuestas y análisis digitales, ofrece una radiografía crítica sobre cómo las nuevas generaciones perciben la seguridad y la estabilidad en un mercado de trabajo cada vez más desregulado. Uno de los hallazgos que alerta a las estructuras sindicales, en particular a la CGT, es la normalización de la informalidad.
La noción de estabilidad y “hacer carrera” en un trabajo registrado ha sido reemplazada para varios jóvenes por la búsqueda de autonomía, incluso a costa de los derechos básicos.
Autonomía sí, reforma laboral no
En este marco, sin embargo, los jóvenes no parecen darle margen al avance de una reforma laboral que aumente la flexibilización. Porque solo el 21% de los jóvenes de 18 a 24 años prefieren un trabajo informal (en negro o independiente no registrado) como su «trabajo ideal». El resto, pide por un empleo que garantice condiciones básicas como estabilidad, obra social y aguinaldo.
Esta preferencia se traduce en cifras concretas: el 37% de los jóvenes que trabaja lo hace de forma independiente, muy por encima del trabajo en blanco tradicional.

Para los jóvenes es importante la flexibilidad pero manteniendo derechos que la reforma laboral pone en entredicho.
«Si bien el 69% opina que su generación tiene más oportunidades que la de sus padres, la mitad de los consultados percibe que su situación económica se mantuvo igual o empeoró», remarca el documento, dejando en evidencia que el optimismo profesional no se traduce en bienestar económico ni en movilidad social ascendente.
Las desigualdades en el mercado impactan directamente en la satisfacción laboral, marcada por una brecha de género de 15 puntos: el 63% de los hombres está satisfecho, mientras que solo el 48% de las mujeres lo está.
La IA, presente
A esto se suma la preocupación por el futuro del empleo ante el avance de la inteligencia artificial que se percibe más como una nueva herramienta de explotación que como una que permita mejorar a la vez la productividad y la experiencia de trabajo.
En este punto, la defensa de la regulación estatal se vuelve una demanda, liderada por las mujeres: el 33% de las mujeres se manifiesta preocupada por el impacto de la IA en su trabajo, casi el doble que los hombres (18%).
En números, esto significa que el 45% de las mujeres apoya la intervención del Estado para regular la IA y proteger a los trabajadores, frente al 34% de los hombres.
Asimismo, la forma en que se busca trabajo también se segmenta por género y edad de acuerdo al trabajo de las consultoras.
Las mujeres entre 25 y 34 lo hacen en portales tradicionales, concentrando la mayor cantidad de accesos (516.260) a los portales laborales clásicos como Bumeran o ZonaJobs en septiembre de 2025.
En tanto los hombres de 18 a 24 años lideraron el tráfico a plataformas freelance (325.112 accesos), evidenciando su mayor inclinación a la autonomía y el trabajo por proyectos.
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