Se juega una pulseada magistral en la provincia

Se juega una pulseada magistral en la provincia

El discurso de apertura de sesiones de María Eugenia Vidal marcó los límites de un proyecto que pretendía gobernar la provincia con un estándar porteño y se topó con las dificultades presupuestarias, las enormes diferencias sociales entre distintos territorios y la combatividad de algunos sindicatos.

 

A diferencia de su primer discurso ante la Asamblea Legislativa, este año Vidal proyectó poco, aclaró más y omitió por lo menos la mitad de los ítems que encaró 12 meses atrás cuando todo estaba por hacerse. Fue demasiado evidente el enojo con los maestros a los que les dedico varios minutos en el comienzo de su intervención.

Los primero a tener en cuenta es que la administración bonaerense adelantó en esa instancia que está dispuesta a llevar la pulseada con los docentes hasta las últimas consecuencias. La mandataria se encargo de separar a los maestros de sus dirigentes y cargó muy duro con estos últimos, acusándolos de tener objetivos "poco claros".

Apenas 48 horas después, el equipo ministerial que lleva adelante las negociaciones paritarias endurecía la posición ante los sindicatos, que ratificaban entonces el paro para los días 6 y 7 de marzo, mientras que el ejecutivo dictaba la conciliación obligatoria marcando un punto sin retorno en la discusión.

Es verdad que el gobierno mostró una batería de posibilidades para intentar destrabar el conflicto, pero también lo es el hecho de que ninguna de esas opciones se salía de los márgenes de la propuesta inicial de un 18 por ciento en cuatro cuotas.

Además ningún funcionario reconoció jamás los 8 puntos de pérdida de poder adquisitivo que reclaman los docentes del 2016, y en el mejor de los casos admiten que hubo una caída de menos del 2 por ciento.

En términos políticos la estrategia tiende a identificar a Roberto Baradel como el enemigo público número 1 del gobierno, ninguneando casi groseramente a dirigentes de importante trayectoria como Mirta Petrocini de la Feb o Miguel Díaz de Udocba.

La respuesta, inesperada no solo para el gobierno sino para los propios trabajadores de la educación, fue la unidad de los 6 gremios que nuclean a los maestros del sector público y privado en la provincia, como hacía años que no se alcanzaba.

La provincia terminará aportando una importante columna a la movilización de la CGT convocada para el próximo martes, y como suele ocurrir, los maestros serán la punta de lanza de los trabajadores, muy por delante de otros gremios que aceptaron hace meses cerrar un acuerdo por 15 meses  con escasas garantías de cumplimiento.

¿Y dónde están los recursos?

Una de las omisiones importantes en el discurso de Vidal ante Diputados y Senadores fue el endeudamiento de la provincia, necesario para encarar el plan de obras que quiere implementar, pero que fue subejecutado el año pasado perjudicando exclusivamente a los municipios que debían recibir transferencias automáticas.

Los intendentes reclaman porque los fondos no llegaron en la proporción que se había prometido luego del tenso debate previo a la aprobación del presupuesto 2016, y aseguran que debido a ese problema muchas de las obras proyectadas se encuentran paralizadas.

La respuesta del ministerio que conduce Hernán Lacunza fue que como la provincia no había tomado el total de la deuda autorizada, la transferencia sería menor. Lo que no explicaron es que el menor endeudamiento perjudicó a los municipios en mayor proporción que a otras áreas.

Los problemas habían empezado en abril del año pasado cuando el entonces ministro de Infraestructura Edgardo Cenzón citó a los intendentes para que informen sobre las obras que pretendían realizar y firmar un convenio para destrabar los recursos, algo que fue criticado por toda la oposición.

Hablar de endeudamiento y transferencia de recursos con algún detalle hubiera sido un grave error en la apertura de sesiones.

Cristina, siempre Cristina

Las encuestas varían en sus resultados, pero el dato importante es que todos los consultores miden y todos los dirigentes mandan a medir, diferentes escenarios electorales siempre teniendo en cuenta como variable una candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.

La hipótesis central del universo K es que la ex mandataria es la única que puede acumular positivamente el descontento de los votantes de Cambiemos de la segunda vuelta, sobre todo cuando la población pone en juego el contraste de la situación económica personal durante el último año de mandato de Cristina y el primero de Mauricio Macri.

Mientras la mayoría de los sondeos ubican a la ex jefa de Estado con apoyo que oscila entre los 22 y los 28 puntos, el resto de los sectores que conformaron el FPV se manejan con pies de plomo esperando la evolución de esos números.

Si en algún momento la líder del kirchnerismo supera el techo de los 30 puntos empezarán a saldarse las discusiones y muchos de los que hoy proponen una renovación, admiten que sería imposible enfrentarla en una interna con ese nivel de apoyo.

De todas maneras, tanto Florencio Randazzo, como los esmeraldas de Martín Insaurralde se preparan para dar una batalla a la que recientemente se sumó el Movimiento Evita, reclamando más “humildad” de la ex presidenta.

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