A mediados de febrero, Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) y Metrovías habían informado que retiraban de circulación tres formaciones de la Línea B adquiridas al Metro de Madrid, luego de que la empresa española confirmara "la existencia de amianto en dos modelos de tren", un material cancerígeno prohibido en ambos países.

El comunicado informó que se "exigió al metro español que confirme la presencia de este mineral" en las formaciones (usadas) modelo CAF 5000 "compradas en 2011 para hacer frente a la extensión de la línea B, las necesidades de renovar el material rodante y la mejora de la frecuencia".

Sin embargo, desde el sindicato del Subte denunciaron a la empresa por mantener en actividad varias formaciones con material tóxico.

"Sabemos que en España ya hubo casos de trabajadores que se han enfermado por esta situación. Si bien gracias a nuestra denuncia hemos logrado que se sacaran los trenes CAF 5000 de circulación, ahora se supo también que en España se encontró asbesto en al menos un coche CAF 6000, modelo que en la Línea B de Buenos Aires sigue circulando", acusó Claudio Dellecarbonara, delegado de la Línea B e integrante del secretariado Ejecutivo de la Asociación Gremial de los Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP).

"Para nosotros la situación no es nueva. Sabemos que para el Gobierno porteño y para Metrovías nuestra vida no vale nada. En los últimos años han muerto seis trabajadores del subte por lo que ellos llaman accidentes laborales, pero que no es más que su desprecio por la vida de trabajadores y usuarios", acusó el dirigente a través de un comunicado.

"A pesar de los tarifazos y los subsidios millonarios que recibe, Metrovías no invierte en condiciones mínimas de seguridad, y el Gobierno mira para otro lado. Hace pocas semanas, el 20 de febrero, murió un trabajador tercerizado de la empresa Rowing, aplastado por una máquina", agregó Dellecarbonara.

Reclamos formales

En la misma sintonía, Enrique Rositto, secretario de prensa de la AGTSyP, aseguró en diálogo con C5N que a la medida de fuerza se llegó ante la falta de respuesta por parte de Sbase y del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

"Se llega al paro porque enviamos una carta documento a Sbase y la subsecretaria de Transporte porteña exigiendo la revisión de los vagones y desde que la enviamos el 26 de febrero pasado no hubo respuesta alguna. También efectuamos un pedido de informes a la Legislatura de la Ciudad, que fue bloqueado por el bloque del oficialismo", indicó el dirigente del sindicato del subte.

"No tenemos otra opción que salir con una medida dura como esta", completó Rositto.

Protocolo y riesgos

El reclamo de los Metrodelegados es la creación de un protocolo que indique "qué deben hacer los trabajadores que manipularon estas formaciones y la realización de exámenes médicos a todos".

Además, exigieron  la constitución de "una comisión especializada" para que analice otra tanda de trenes comprados al Metro de Madrid, los CAF6000, "que cuando pedimos que se investiguen el gobierno de la Ciudad lo investigó en papeles pero no hizo los estudios correspondientes", explicó el secretario general de la AGTSyP, Roberto Pianelli.

Desde la AGTSyP aclararon que el riesgo de la sustancia para los pasajeros "es mucho menor" que para los trabajadores, "pero no es nulo", dado que las partículas "de este mineral son pequeñas y entran en vías respiratorias enquistándose en los pulmones y los síntomas". Según precisaron, las afecciones pueden manifestarse "hasta 15 años después de la exposición".