El domingo varias líneas dejaron de funcionar por el temporal. Denuncian que las bombas tienen 50 años.
Después de algunos años de calma el funcionamiento del Subte volvió a complicar al gobierno porteño, justo antes que se aplique un importante aumento tarifario. Al conflicto que arrastran las paritarias, se sumó este fin de semana largo la inundación de varias estaciones que obligó a suspender el servicio.
Las imágenes de una catarata que fluye por las escaleras de la estación Catedral de la Línea D se viralizaron y volvieron a posar la lupa sobre el mantenimiento de la contratista Metrovías, una semana antes de que las tarifas aumenten 60% hasta 11 pesos.
"No hay forma en el mundo de parar esa cantidad de agua que cae", explicaron a LPO desde el gobierno. "Hay 200 bombas de agua funcionando permanentemente en el subte. Si dejaran de funcionar en 3 horas se inundaría", agregaron.
Desde el sindicato del Subte no piensan igual y recordaron un trágico incidente que sucedió en 2013, cuando la estación Avenida de los Incas de la Línea B se volvió un río por algunas horas. Un trabajador murió electrocutado cuando intentaba reparar una de las bombas de achique.
El cambio climático parece haber avanzado a pasos agigantados en la Ciudad. "Buenos Aires se transformó en una ciudad con clima semitropical. En los lugares donde hay este clima lluvias como la del sábado son comunes. En el subte hay bombas que existen desde hace 50 años, entonces no dan abasto y estas lluvias son cada vez más comunes", reflexionaron.
La estación Avenida de los Incas volvió a recibir grandes cantidades de agua el pasado sábado. "No hay política para el mejoramiento de la infraestructura. Piensan que son 3 o 4 veces por año, ‘y bueno, nos inundamos', es lo que dicen", se quejaron los metrodelegados en diálogo con LPO.
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