Lo afirmó la Secretaria de Relaciones Institucionales de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) Seccional Capital quien trabaja, desde diversos espacios, para lograr una verdadera paridad en las conducciones sindicales. La dirigente, además, manifestó su preocupación por la política que lleva adelante el Gobierno Nacional que “nos saca todos los días un derecho”.
Por: Eva Herrera.
En esta nueva entrega del Ciclo, que comparte las historias de mujeres sindicalistas quienes desde sus espacios aportan una visión especial de entender la construcción colectiva y la defensa de los derechos, dialogamos con Ana Núñez Secretaria de Relaciones Institucionales de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) Seccional CABA, referente de la Mesa de Mujeres Fuerza Sindical y presidenta de la Asociación Civil Fuerza de Mujeres Participación Inclusiva.
Ella, que con su hablar denota experiencia, compromiso y visión de futuro, también comparte en esta entrevista con Enfoque Sindical, detalles de su labor en la Mesa enmarcada en la CGT la cual cuenta con la participación de 65 mujeres de diversos sectores.
“La Mesa es trasversal a la política partidaria porque entendemos que nos unen otras cosas más allá de los partidos políticos”, aseguró. Y agregó que “es una Mesa que piensa en lo colectivo. Entendemos que donde llega una llegan todas”. Fue precisa al destacar que “diseñamos políticas para que haya más mujeres en los gremios y tenemos una deuda presente: la participación del colectivo LGTB”.
Respecto de La Asociación Civil Fuerza de Mujeres Participación Inclusiva remarcó que su creación permite el armado de capacitaciones y la posibilidad de compartirlas con otros sectores de trabajadores.
Una de las particularidades de la Asociación sin fines de lucro consiste en reunir a mujeres que ya no cuentan con cargos en sus organizaciones “para que puedan seguir aportando y seguir siendo parte”, indicó. “No hay que tener un cargo para poder integrarla. Lo que se necesita es voluntad para traer algo que transforme lo que todavía no se ha transformado: una verdadera oportunidad con más justicia social”. “La Asociación es la pata institucional de la Mesa de Mujeres Fuerza Sindical”, sintetizó.
Núñez, en este diálogo, comparte su historia como dirigente sindical y su sentir al manifestar que el actual Gobierno Nacional “va directamente contra todos los derechos que hemos conseguido con tanta lucha” las mujeres.
¿Cómo y cuando nació su camino dentro del sindicalismo?
Soy sindicalista desde hace 28 años. Es un largo camino y comenzamos cuando no había nada adelante que significara igualdad de oportunidades por esa cuestión de pensar cómo podíamos las mujeres transitar ese mundo de hombres que lo sigue siendo, pero hemos avanzado mucho. Cuando uno está convencida de lo que quiere hacer y además cuenta con personas como Carlos Bonjour (actualmente Secretario Nacional) quien es vanguardista y de mirada integradora se vio que podíamos tener una misión transformadora dentro del sindicato.
Comenzamos a trabajar fuertemente aunque con algunas trabas porque hablábamos de temáticas como violencia de género que hasta ese momento aparecía en los diarios como crimen pasional. Desde la Secretaría de Derechos Humanos de UTEDyC Nacional - la que tuve a mi cargo - comenzamos a armar charlas y encuentros de visibilidad que permitían ver que estas cuestiones pasaban. También comenzamos a trabajar el concepto de las nuevas masculinidades algo que no se tenía tanto en escucha.
Soy una dirigente que siempre tuve claro que el área que quería trabajar era el de mujeres y con el tiempo sumamos la lucha en defensa del colectivo LGTB. No soy una dirigente que está en contra de los hombres ni de un feminismo tan agudo pensando que con los hombres no se puede construir, pero sí entendí que debíamos juntarnos para diseñar políticas que nos acontecían a nosotras. En UTEDyC trabajamos mucho para esta construcción hasta llegar a ser el segundo gremio que más mujeres tiene en las conducciones generales. En UTEDyC Capital la Secretaria General es Patricia Mártire. Nuestro Sindicato se destaca porque de las 54 Seccionales un 50% son representadas por mujeres.
¿Encontró resistencia cuando comenzó su tarea sindical?
Creo que la resistencia es propia de una. Había que tomar la decisión de asumir los desafíos y más en esos tiempos que en ser una mujer sindicalista no estaba bien visto. Esto se trata de una decisión nuestra: yo soy madre, hija, esposa, abuela, amiga, prima y sindicalista por elección. Cuando uno toma este camino hace una elección personal, sabemos todo lo que tenemos de frente y la lucha que nos espera. La sociedad resiste cuando una mujer quiere dedicarse a algo que no es para mujeres en este mundo patriarcal y eso va conjugado con la lucha por la igualdad de oportunidades que venimos haciendo desde hace tanto tiempo.
¿Cuenta con apoyo familiar para llevar adelante su labor sindical?
Cuando menciono la decisión personal y los obstáculos no sólo me refiero a lo público, sino también a los obstáculos en nuestra vida privada para defender nuestros sueños. Cuando tomamos la decisión los cambios son difíciles. Las mujeres estamos para cuidar y dejar eso para dedicarnos a algo que sabemos que es personal y una lucha interna es difícil. Se trata de una decisión personal que debemos sostener. En este sostenimiento no encontramos un lecho de rosas: hay muchos obstáculos. El mayor es el tema de los cuidados.
Hace 48 años estoy casada con la misma persona que me conoció de piba y lejos de imaginar que sería una mujer sindicalista. No fue fácil, pero tenía que luchar por lo que realmente necesitaba para mi vida. No descuidé mi ámbito privado, pero tenía que ir por el sueño colectivo de transformar la realidad. Tenía esa veta transformadora y busqué en el sindicalismo la herramienta. Después de tantos años sigo con el mismo esposo y es claro que sin el acompañamiento de la otra parte no es fácil. Esto le pasaba a mi generación, hoy las jóvenes tienen otra cosa. Nosotras pedíamos permiso hasta para tocar una puerta. Hoy, gracias a Dios, las jóvenes patean las puertas con esa rebeldía innata que tenemos nosotras. Para luchar por la justicia social tenes que ser rebelde. Sin eso no podes luchar por un mundo mejor.
¿Cuáles son, a su criterio, los desafíos que tienen las mujeres dentro del sindicalismo actualmente?
Si bien hemos conseguido un montón de cosas tenemos aún grandes desafíos. Tenemos una Ley de Cupo que nos permitió ingresar a las comisiones directivas. Esta Ley ya quedó chica. Desde la Mesa de Mujeres Fuerza Sindical hicimos un debate en la Feria del Libro en la que discutimos ¿paridad para qué?, ¿para poner la mesa o para ser parte de la mesa? Los cargos se ocupan porque así lo estable la Ley, pero ¿nos conformamos con ser solamente un número o queremos más? En UTEDyC hemos cruzado estos puentes, pero tenemos que ser objetivos y ver lo que pasa en general con otros sindicatos. Creemos que es necesario que haya más mujeres paritarias en las negociaciones colectivas y también debería haber más mujeres desde la parte empresarial para que podamos hablar un mismo idioma y saber de las necesidades. Debería, también, haber más mujeres en las secretarias gremiales porque la visión de la mujer en este lugar es fundamental. Necesitamos tener más mujeres en las secretarías generales.
En la Mesa y en la Asociación – la cual tiene personería desde Octubre del año pasado – tenemos como objetivo principal empoderar y dar visibilidad a los nuevos cuadros de mujeres para que formen parte de las mesas de conducción. Es como pasar el puente generacional. Yo no hablo de trayectoria, sino de años vividos. Queremos que los nuevos cuadros formen parte de las comisiones directivas y tengan todas las herramientas siendo la comunicación la más importante. Es necesario hablar y tomar la palabra en los lugares de decisión. Para ello las compañeras deben tener la fortaleza y el acompañamiento de otro grupo de mujeres donde la gimnasia política se haga en ese ámbito. Otro de los aspectos en los que trabajamos es la construcción colectiva. Todas podemos tener luz propia, pero sin apagar la luz de la otra. El compromiso es darles visibilidad a esas mujeres que tienen condiciones.
¿Cómo analiza la mirada del Gobierno Nacional respecto de las mujeres sindicalistas?
Hablar de este Gobierno es hablar de la nada, es hablar de lo oscuro. Con mis 68 años nunca he visto – ni siquiera con los Militares- tanto odio al pueblo, a los trabajadores y a las trabajadoras. Este Gobierno, que quiere combatir a los gremios, no se da cuenta que combate a las y los trabajadores que se quedan sin representación. Respecto de las mujeres sostengo que va directamente contra todos los derechos que hemos conseguido con tanta lucha. Quiere desvirtuar la lucha de las mujeres, de todos los espacios de mujeres por una cuestión de netamente discriminación. La lucha contra el patriarcado no se compara con la lucha con este Gobierno que nos quiere destruir y desestabilizar. Nos saca todos los días un derecho. Nosotros conocemos el frente, pero el Gobierno no se ha tomado el trabajo de conocer de lo que nosotras y nosotros podemos ser capaces. Estamos en un momento muy difícil porque quieren sacar más derechos a las y los trabajadores (también a los jubilados), pero su mirada específica va contra los derechos que a las mujeres tanto nos han costado. Seguiremos de pie luchando y sin perder el objetivo. Nosotras, las mujeres sindicalistas, no estamos para pensar en los odios. Nosotras, simplemente, queremos un mundo con más justicia social, un mundo mejor para las generaciones venideras.
¿Qué mensaje le dejaría a las nuevas generaciones de mujeres sindicalistas?
Mi mensaje para los nuevos cuadros de jóvenes es: comprométanse, sean parte, no tengan miedo a los grandes desafíos y cambios. Detrás estamos las de otras generaciones quienes las vamos a acompañar siempre.
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