El informe hace una descripción del nuevo mundo del trabajo e insta a los sindicatos a repensar su rol frente a nuevas identidades laborales marcadas por la informalidad digital y el pluriempleo. Propone formas de organización flexibles, con presencia territorial, comunicación digital y estrategias que incluyan a quienes hoy trabajan fuera del modelo tradicional.
El mercado laboral argentino atraviesa una transformación estructural que desborda las categorías tradicionales de empleo y asalariados. Según el informe “Las y los novísimos trabajadores ¿Cuántas changas para un salario digno?”, elaborado por el equipo de sociólogos Esther Solano, Pablo Romá y Cecilia Feijoo, el fenómeno de la precarización se ha complejizado, dando lugar a nuevas identidades laborales atravesadas por el pluriempleo, la informalidad digital y la autogestión forzada.
El estudio publicado por la Fundación Friedrich Ebert analiza cómo formas laborales tales como el trabajo por plataformas (Uber, PedidosYa), el emprendedorismo digital (ventas online, OnlyFans) o la inversión especulativa (criptomonedas, apuestas) no solo responden a la falta de empleo formal, sino que han adquirido un carácter aspiracional y hasta identitario.
“Soy profesor estatal, pero también tengo mi OnlyFans”, ejemplifica uno de los testimonios recogidos en el informe, que revela cómo muchos trabajadores formales combinan su empleo con actividades informales para sostener ingresos mínimos.
La narrativa meritocrática de “hacerse a sí mismo” convive con la sensación de abandono por parte del Estado y de desinterés del mundo sindical. Frente a un Estado debilitado y organizaciones gremiales percibidas como lejanas o ineficaces, se instala con fuerza la lógica de la “salvación individual”.
«Los trabajadores pueden valorar el rol de los sindicatos a la hora de llevar a cabo las negociaciones salariales en contextos económicos cambiantes, pero se critican aspectos rígidos y formas de representación. Aparece una crisis en la práctica gremial que los discursos anticorporativos de la extrema derecha aprovechan para radicalizar políticamente.», describen en el informe.
Entre la libertad y la autoexplotación
Uno de los hallazgos centrales del informe es, precisamente, cómo la extrema derecha logra conectar con estos sectores ofreciendo discursos de libertad, éxito individual y rechazo a la “casta política”. El fenómeno Milei —señalan los autores— se nutre de esta nueva subjetividad emprendedora, que reinterpreta la precariedad como una forma de empoderamiento.
Este nuevo ethos laboral redefine categorías como tiempo, trabajo y ocio. El informe advierte que el emprendedorismo, lejos de ser una opción, se convierte en una necesidad adornada con promesas de autonomía y desarrollo personal: “Mi vida es mi empresa. Empresarizo mi tiempo, mis capacidades y hasta mis emociones”, relata el documento.
Desafíos para el sindicalismo
El estudio también lanza un llamado urgente a los sindicatos: si no logran adaptarse a las nuevas formas de trabajo y representación, perderán capacidad de interpelación. El sindicalismo del siglo XXI, afirman los autores, deberá incorporar la lógica del trabajo híbrido, la comunicación digital y la territorialidad comunitaria para no quedar fuera del nuevo mapa laboral.
Experiencias como la de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) con trabajadoras de OnlyFans, o la Asociación Gremial de Computación impulsando paritarias para trabajadores remotos, son tomados como ejemplos de ese sindicalismo innovador.
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