La reforma laboral sobrevoló IDEA y los jefes sindicales abrieron el paraguas

La reforma laboral sobrevoló IDEA y los jefes sindicales abrieron el paraguas

Sobre el escenario del Coloquio hubo planteos de actualización de convenios. En los pasillos, reclamos de cambios para el próximo gobierno. Resignación gremial.

 

Por Ariel Maciel

 El establishment retomó la avanzada para lograr un viejo anhelo: una gran reforma laboral que permita mejoras en las condiciones de contratación y conforme un escenario más flexible ante las recurrentes crisis económicas del país. La agenda sobre los escenarios del empleo, planteada en la segunda jornada del 58º Coloquio de IDEA, giró en torno a la “necesidad” empresaria de lograr cambios en la legislación laboral y a las “reformas de hecho” que se aplicaron en el diálogo con el sector gremial. Con un ojo en el 2023 electoral, los sindicalistas que estuvieron en la ciudad balnearia abrieron el paraguas y dejaron entrever su predisposición a mejorar las condiciones de productividad, pero pidieron esfuerzo empresario.

 

En los pasillos del cónclave del Círculo Rojo resonó la posibilidad de romper con el cerco de una reforma laboral que, a pesar de varios intentos, nunca se pudo concretar. Sin embargo, el mundo empresario puso el ojo en los sectores en donde logró doblegar las restricciones de los contratos de trabajo de larga data y aggiornarlos de manera consensuada con los sindicatos. Durante el gobierno de Mauricio Macri, los mismos ceos destacaron la “predisposición” de ciertos sindicatos para ajustar salarios a cambio de sostener puestos de empleo. En aquellas épocas, por los Coloquios marplatenses solían ser invitados los sindicatos del Petróleo y de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), ya que las empresas los exponían como ejemplo de “diálogo y acuerdo”, le reconocieron a Letra P varias fuentes ejecutivas.

 

Algunos trazos de la reforma se permiten entrever. “Hay acuerdos sectoriales que están funcionando muy bien, porque se adaptaron. En nuestra actividad estamos trabajando con equipos que modificaron completamente cada puesto de trabajo. Esto requiere la apertura para cambiar las cosas”, afirmó Martín Berardi, el presidente ejecutivo de Ternium, la empresa metalúrgica del Grupo Techint. Por eso llamó a “abrir los espacios para generar acuerdos por sectores y por empresas”. Gabriela Bardin, gerenta general de P&G Argentina, reclamó avanzar con el plan para incorporar al mercado laboral beneficiarios de planes sociales, pero con cambios: “Extender el período de prueba de tres a seis meses para mejorar los niveles de capacitación, reducir cargas patronales en el primer año”.

 

El managing partner de Nicholson &Cano Abogados, Santiago Nicholson, fue más sincero al reclamar la modificación del sistema de multas que sanciona a las empresas por no tener registrado debidamente a sus trabajadores. La alerta llegó por el lado de la llamada "industria del juicio", ya que señaló como perjuicio para la contratación de nuevos empleados la multiplicación hasta por cinco veces del valor de una indemnización. Una confesión de partes que generó alerta en el sindicalismo, que inmediatamente aclaró que no es parte de esa maquinaria de litigios, pero pidió desterrar las “picardía” también de parte del empresariado.

 

“No queremos ni apostamos a la industria del juicio, no queremos nada que enrarezca la relación laboral”, sentenció Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA, el gremio que reúne a los trabajadores de la construcción. De diálogo permanente con el establishment, el gremialista reclamó una “jerarquización y el prestigio del empresariado nacional”. “Tiene que haber una reforma empresaria”, contragolpeó. Esa figura, sin embargo, es simbólica. La del Círculo Rojo es concreta y quedó explicitada en las voces del pasillo, que entiende que un cambio de signo partidario en la conducción del gobierno abrirá la puerta a reformas, entre ellas, la laboral.

 

La voz que exteriorizó el deseo oculto del establishment fue la del diputado de Juntos por el Cambio y economista, Martín Tetaz: “Necesitamos que el objetivo de la sociedad sea que se creen puestos de trabajo. La reforma tiene que hacerse, la modificación de las normas tiene que hacerse para que la gente pueda trabajar”. Y si bien incorporó la imagen graciosa de negar una reforma laboral al estilo “Señor Burns con el látigo”, citó un capítulo de Los Simpson, el radical dejó claro que sin cambios en las leyes de contrato de trabajo “las pymes tendrán miedo de contratar”. “No pasa en ningún lugar del mundo que una pyme tenga miedo de contratar, salvo en Argentina”, se quejó.

 

Fuera de micrófono, el mundo empresarial congregado en IDEA confía en un cambio de gobierno para el año que viene que “aproveche la espalda que le darán las elecciones para realizar las reformas importantes para superar la incertidumbre económica”. Entre ellas, la más deseada es la laboral, pero el Círculo Rojo también admite que “sin un guiño sindical no se podrá lograr, porque las sombras de las protestas eternas estarán presentes”. “Es un posibilidad histórica”, admitió el dueño de una empresa, que pidió reserva y pronosticó que “sólo la podrá encarar un gobierno de Juntos por el Cambio”. No apostaba a una continuidad del peronismo en el poder después de diciembre de 2023.

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