En siete países ya aplicaron la semana laboral de cuatro días que se debate en Argentina: ¿cómo les fue?

En siete países ya aplicaron la semana laboral de cuatro días que se debate en Argentina: ¿cómo les fue?

La ministra de Trabajo argentina, Kelly Olmos, puso sobre la mesa el debate sobre la reducción de la jornada y la semana laboral. Hay ejemplos en Europa, Norteamérica y Oceanía.

 

La Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados comenzará a debatir este martes la reducción de la jornada laboral. Los proyectos esbozados proponen la reducción de la jornada laboral en el país, que en la actualidad es de 48 horas y uno -presentado por el bancario Sergio Palazzo-, plantea una semana laboral de cuatro días, con tres de descanso.

Sin ir tan lejos como el líder de la Bancaria, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, habló de una reducción a 40 horas semanales, ocho menos que lo que indica la ley actual.

La intención oficial es llegar a un acuerdo que establezca una disminución gradual de esta cifra donde se plantea que el último escalón sea una reducción a 36 horas.

Los pasos que vienen en el Congreso

Hasta el momento, se desconocen los detalles de la «potencial nueva normativa» ya que se está discutiendo sobre la base de siete proyectos de diferentes autores y bloques parlamentarios.

Una vez que avancen los acuerdos, se podrá hacer un despacho de comisión de un texto concreto, que posteriormente, podría llegar a debatirse en el recinto.

Aún así, por el momento, la iniciativa cuenta con el total apoyo de la ministra Olmos quien aseguró que esta discusión es crucial, ya que, en su opinión, «es uno de los temas en los que la legislación argentina está más atrasada».

Además, destacó la importancia de que el sector laboral pueda beneficiarse de una parte del aumento de la productividad que se ha experimentado en las últimas décadas.

En ese sentido surgen las dudas sobre si realmente se trata de un proyecto viable en nuestro país.

Una de las estrategias que están realizando para desarrollar su análisis tanto políticos como expertos en Recursos Humanos es dirigir su mirada a otros lugares donde se ha planteado esta misma normativa. El actual debate que se plantea en Argentina ya ha sido analizado en otros países e incluso algunos han probado reducir la semana laboral a cuatro días.

Según la OIT, el exceso de trabajo genera pérdidas de hasta un 3% del PBI. Los impactos entre los trabajadores y las trabajadoras son diversos: baja la productividad, aumenta el ausentismo, está relacionado con enfermedades crónicas, aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, cáncer, abortos espontáneos en el primer trimestre y nacimientos prematuros.

Las experiencias de semana laboral corta

En Islandia hubo un experimento que duró 4 años. Involucró a 2.500 personas que trabajaron menos horas sin que se les baje el sueldo. Los trabajadores tuvieron menos estrés y agotamiento, mejoraron su salud y su equilibrio de vida y trabajo sin disminuir la productividad y la recaudación del Estado. Hoy el 86% de los islandeses trabaja menos horas.

En el 2022 también se conocieron los resultados de un estudio realizado por la organización 4 Day Week Global que recopiló datos de 33 empresas provenientes de Estados Unidos, Australia, Irlanda, Reino Unido, Nueva Zelanda y Canadá, que adoptaron una semana laboral de cuatro días.

La prueba duró seis meses en los cuales se registró un incremento del 8,14% en los ingresos de las empresas participantes, marcando un notorio aumento del 37,55% en comparación con el mismo período del año anterior.

Por otro lado, los resultados entre los empleados fueron impactantes: 67% de los trabajadores informaron sentirse menos fatigados, gracias al día adicional de descanso.

En Chile, el Congreso aprobó la reducción de la jornada laboral en ese país de 45 a 40 horas, con la posibilidad de aplicar además la semana laboral de cuatro días.

Vale destacar que la Comunidad Valenciana, en España, es la que hasta ahora más pasos había dado: el Gobierno socialista de Ximo Puig aprobó ayudas a empresas de hasta 9.000 euros en tres años por cada trabajador que redujera la jornada laboral a 32 horas semanales sin disminuir su sueldo.

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