Tras un año de congelamiento salarial y una oferta oficial considerada insuficiente, la intersindical de gremios de PAMI encabezaron una masiva movilización desde la sede central hacia el Ministerio de Desregulación para exigir una recomposición urgente y denunciar el vaciamiento de las prestaciones.
El conflicto en el PAMI se profundizó este jueves con una movilización de trabajadores y trabajadoras hacia el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, en la Ciudad de Buenos Aires, en reclamo de una recomposición salarial urgente. La medida fue convocada por la mesa intersindical integrada por los gremios SUTEPA, ATE, UTI y APPAMIA, que vienen impulsando ceses de actividades desde septiembre. La marcha partió desde la sede central de la obra social, en Avenida Corrientes 655, hacia las oficinas del ministerio que conduce Federico Sturzenegger, en Avenida Roque Sáenz Peña 788.
Desde los sindicatos señalaron que los trabajadores de PAMI llevan más de 360 días sin aumentos y que la pérdida del poder adquisitivo supera el 60 %. “La oferta del Gobierno fue irrisoria”, denunciaron, en referencia al 2,8 % de incremento propuesto para los próximos tres meses. El comunicado del SUTEPA, emitido el martes, advertía que la falta de respuestas y el deterioro de las prestaciones “profundizan un conflicto que ya atraviesa todas las sedes del país”.

Durante la jornada, empleados del área metropolitana y delegaciones del interior se concentraron frente al edificio central y luego marcharon bajo las consignas “Basta de ajuste” y “Salarios dignos para quienes sostienen el PAMI”. La movilización coincidió con el anuncio de un acuerdo firmado por UPCN con el Gobierno, que contempla un aumento del 4,5 % escalonado y tres bonos por un total de $160.000, cifra que fue rechazada por la intersindical.
El reclamo no se limita al aspecto salarial. Los gremios denuncian además el vaciamiento de las prestaciones de la obra social, que afecta tanto a los trabajadores como a los jubilados y pensionados afiliados. En distintas sedes del país se multiplican las quejas por demoras en turnos médicos, suspensión de servicios y atrasos en subsidios. “El PAMI está siendo vaciado. Cada vez cuesta más acceder a las prestaciones y cada vez son menos”, señalaron jubilados que acompañaron la protesta frente al ministerio.

Las medidas de fuerza incluyeron ceses de tareas parciales durante toda la semana, entre las 11 y las 14 horas, y contaron con una amplia participación pese a las advertencias de la gerencia nacional. Desde la intergremial, destacaron la “unidad inédita” alcanzada entre sindicatos con historias diferentes dentro del organismo, y afirmaron que continuarán las acciones “hasta lograr un aumento justo y el fin del congelamiento salarial”.
El trasfondo del conflicto en el PAMI refleja el malestar generalizado en el sector público ante la política de ajuste del Gobierno nacional. Los gremios sostienen que la combinación de inflación, recorte presupuestario y falta de inversión en prestaciones pone en riesgo la atención de millones de afiliados. Mientras tanto, la dirigencia sindical debate los próximos pasos y no descarta un plan de lucha nacional si no hay respuestas concretas en los próximos días.
 
                                		
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