El presidente Alberto Fernández tendrá una encuentro con referentes de la CTA Yasky y la CTA Autónoma en la tarde de hoy. A una semana de su almuerzo con Héctor Daer y la charla que antes mantuvo con Hugo Moyano, el jefe de Estado abordará temas de agenda intensa con dichas falanges. La antesala a una conversación esperada por las centrales será la recepción presidencial a la CSA (Central Sindical de las Américas) tópico protocolar para departir con los referentes del movimiento obrero.

Más allá de lo protocolar, fuentes gremiales enfatizaron a BAE Negocios que la cuestión paritaria "con la mayor sintonía", el Consejo del Salario (CNS) que se activará a fines de marzo o primeros días de abril y otros puntos clave para el Gobierno y sindicatos serán los ejes. En la noche de ayer, trascendió que la CGT también participaría del encuentro.

La expectativa que abrieron las recepciones a Moyano y la comida que Fernández compartió con Héctor Daer, en su versátil rol de ministro sin cartera, replicaron en las primeras líneas. También en la CGT y las CTA se considera gravitante concretar compromisos asumidos tanto para el lanzamiento del Compromiso Argentina Solidaria (CAS) aquella mesa de enero que reunió a empresarios, movimientos sociales y núcleos sindicales. "Contacto directo, línea abierta" resumieron a este diario. Y le agregaron un toque de picante: "No fueron los sindicatos los que dejaron de honrar sus palabras", apuntando al sector empresario y formadores de precios.

El incremento de los alimentos, casi el 5%, que refrendó la inflación de enero, consideran que en parte les asiste en razón. Si bien la forma de ajustar salarios al incremento sostenido de precios no será el núcleo central de la reunión de hoy, algunas posturas quedaron definidas.

Desde su CTA y en "modo Terrabusi", Yasky no evitó el "dígale no a la cláusula gatillo" que tanto preocupa a la Casa Rosada. Desde la CTA Autónoma Hugo "Cachorro" Godoy tiene una convicción diferente y expresó casi un "dígale sí, al gatillo" al proclamar que "está demostrado que a la inflación no la genera la evolución de los salarios".

Nota de color, vinculante pero no decisiva en cuanto al fondo de las cuestiones: el compromiso de la CGT para "ser parte de este Gobierno" que realzó Héctor Daer y hasta la adhesión de Hugo Moyano para la mecánica de sumas fijas o el aval de su hijo Pablo para la unidad de la CGT, son tonos de una misma gama en la paleta de colores gremial, al menos por ahora.

Siempre en la premisa de sellar acuerdo con los acreedores externos para luego aplicar más medicina económica a las ya activadas medidas anticrisis como las sumas fijas remunerativas por decreto para privados y estatales. Las mejoras debatidas a espaldas y con pocas capas de jubilados y el congelamiento de tarifas también son mensurados por las centrales obreras.

Con diferente nivel de énfasis, vale recordar que el ex triunviro de Azopardo Juan Schmid y actual jefe de la poderosa CATT no dudó en resumir: "Le tomo la palabra al Gobierno respecto que los sueldos le van a ganar a la inflación". Haciendo números la vara está, de mínima en 40% para 2020. También se infiere que en cuanto a "anomalías de comunicación" el Gobierno opte a la hora de consensos resistentes y ampliar el mensaje oficial por aquellos que "honran" la premisa de que la recuperación y el avance "es con todos", aunque algunos sólo estimen subirse al carro que empujarán otros.