El jueves de la semana pasada, durante su primera reunión de Consejo Directivo, la nueva conducción de la CGT había reafirmado su “renovada” prudencia.

Siguiendo los pasos de Barrionuevo, Caló y Moyano, el triunvirato compuesto por Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), Héctor Daer (Sanidad) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) explicitó entonces que su accionar se centraría en audiencias con ministros y funcionarios, cámaras empresariales e incluso la Iglesia Católica.

Dicho y hecho

Ayer a las 9 de la mañana se realizó el primer encuentro oficial entre los sindicalistas y el gobierno, representado por Jorge Triaca (ministro de Trabajo), Francisco Cabrera (ministro de Producción) y Jorge Lemus (ministro de Salud) junto con Mario Quintana (secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete). Economía, importaciones y puestos de trabajo habrían sido algunos de los temas sobre los que intercambiaron los funcionarios y las cúpulas de la CGT.

Haciendo gala de su tradición familiar, Triaca planteó proyectos para fomentar la precarización laboral (a través del Plan Primer Empleo) y “reducir la litigiosidad” en el sistema de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).

A la vez, ratificó que el Gobierno no impulsará la reapertura del debate salarial y nada dijo nada sobre un posible bono de fin de año. “Creemos que es un momento de dificultades, pero estamos yendo de una transición a un escenario mejor”, explicó.

Junto a estas medidas -que constituyen un nuevo ataque a la clase trabajadora-, el ministro anticipó una eventual cita con Macri (sin fecha) y la intención de Cambiemos de modificar las escalas y alícuotas del Impuesto a las Ganancias. En este sentido, informó que cuando el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, regrese de China (donde viajó por la cumbre del G-20), convocarían nuevamente a los sindicalistas para “analizar el proyecto en conjunto” de cara a 2017.

"Madurez" y "profundidad"

Estos magros anuncios, que no se tradujeron en ninguna propuesta concreta, bastaron para contentar al triunvirato. Nada casualmente, Triaca declaró ante los medios que la reunión resultó “muy productiva”, “madura” y “profunda”.

Mientras aumentan el desempleo, las suspensiones y los recortes salariales, la CGT continúa dándole la espalda a la clase obrera. Es que, para los secretarios generales, su unión hizo a la fuerza… para negociar por intereses propios.

Del otro lado se encuentran los docentes y estatales que luchan, así como millones de otros trabajadores que difícilmente vayan a soportar nuevos y duros golpes sin levantarse y dar pelea.

Y también está el Frente de Izquierda, que lanzó una campaña nacional hacia las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares por un paro nacional el 16 de septiembre –día de la audiencia pública- para derrotar definitivamente el tarifazo.

Frente a la quietud de la central sindical, la izquierda apuesta a la movilización de de cientos de miles de trabajadores, que es la única vía para enfrentar los aumentos y el plan de ajuste del gobierno.