El sindicalismo, frente al balance de sus votos

Por Ana Vainman

Ganadores y perdedores del mundo sindical ya piensan qué hacer tras sus desempeños en las elecciones.

El domingo pasado hubo sindicalistas que festejaron, otros que se frustraron, otros que se hicieron cargo de derrotas ajenas y otros que no se hicieron cargo de las derrotas propias. Ese fue el resultado inmediato de las elecciones legislativas 2013 dentro del mundo sindical. Pero habrá consecuencias más profundas, que comenzarán a verse en el mediano plazo.

En tanto, el sueño de la reunificación del movimiento obrero parece todavía lejano, aunque hay sectores que siguen insistiendo en que es posible. Sin embargo, la declaración de constitucionalidad de la Ley de Medios por parte de la Corte Suprema de Justicia mostró que todavía hay coincidencias entre las distintas facciones sindicales, ya que casi todas celebraron el fallo judicial.

Algunos dirigentes kirchneristas hicieron un posgrado en oficialismo y se subieron al escenario donde el Frente para la Victoria en pleno intentó morigerar la derrota electoral del domingo, convirtiendo en protagonistas a los que ganaron en el interior y bajándole el perfil a los derrotados. Los que participaron del acto fueron el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló (metalúrgicos), Omar Viviani (taxistas), Víctor Santamaría (encargados de edificios) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Desde la CTA estuvo Hugo Yasky. Además de los sindicalistas, en ese escenario hubo cerca de 100 kirchneristas de todas las corrientes: funcionarios, candidatos, sciolistas y adherentes.

La presencia de algunos dirigentes de la CGT (más Balcarce que nunca) en ese escenario fue defendida hasta por quienes no estuvieron ahí. "Si no estás ahí, estás del otro lado. Había que estar ahí, había que marcar el apoyo al gobierno de Cristina (Fernández)", expresaron desde un sindicato que integra esa central obrera.

La central obrera de Caló consiguió meter al único candidato sindical que llevó la lista del Frente para la Victoria: Oscar Romero, de Smata. Según había indicado el líder metalúrgico, esa fue la única pretensión que tuvieron en la CGT, no habían aspirado a tener más candidatos en las listas. Romero ocupaba el lugar número 11 y el kircherismo obtuvo 12 bancas de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. Romero explicó que no estuvo en el acto del NH Tango porque en ese momento estaba en la cuarta sección electoral de la provincia de Buenos Aires, cerrando el escrutinio.

El líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, fue uno de los grandes perdedores de la noche. La decisión de haberse aliado con Francisco de Narváez lo dejó golpeado, según reconocen a su alrededor. De hecho, el domingo no estuvo con el "Colorado”, sino que prefirió viajar a Neuquén. Allí sí pudo estar al lado de un ganador: el petrolero Guillermo Pereyra, quien obtuvo el 41,92% de los votos y se consagró senador nacional por Neuquén, y que consiguió sacarle 21 puntos porcentuales de ventaja al kirchnerista Marcelo Fuentes.

Dentro del moyanismo analizaron la presencia de Moyano en esa provincia. "El triunfo de Pereyra es y no es nuestro. Recibió apoyo y confianza por parte de Moyano, pero no tuvo nada que ver en la campaña. No hubo incidencia de Camioneros", indicaron.

A pesar de que, de la mano del 5,46% que obtuvo De Narváez, Moyano logró que el canillita Omar Plaini renovara su banca en la Cámara Baja, los votos fueron muchos menos que los obtenidos en las PASO. En agosto, la alianza moyanista-denarvaísta había obtenido 915 mil sufragios, y el domingo pasado, tan sólo 469.336. Y para los moyanistas el golpe fue doble: como los resultados de las PASO habían sido más bajos que los esperados, Moyano ordenó que Camioneros aportara más fiscales a las mesas de toda la provincia con la esperanza de mejorar la performance. Pero ocurrió todo lo contrario.

Y ese exiguo resultado se tradujo en que las aspiraciones de los moyanistas de colocar más dirigentes en los distintos cuerpos legislativos provinciales quedaron en la nada. El secretario general de los trabajadores del CEAMSE, Jorge Mancini, se quedó afuera de la Cámara de Diputados bonaerense y no consiguieron meter concejales en ningún Concejo Deliberante de la provincia.

En las filas moyanistas admiten que la decisión de ir con De Narváez fue desacertada y los más críticos ensayan un análisis. "Es una derrota total en las pretensiones políticas. Fue muy malo el acuerdo", reconocen. En ese sentido, se interpretó que para tomar la decisión de con quién ir a las legislativas se utilizaron parámetros del sindicalismo y no de la política.

Dentro del moyanismo hubo una fuerte interna que aún no se zanjó, ya que todo un sector, encabezado por el diputado nacional Facundo Moyano, quería forjar una alianza con Sergio Massa, mucho antes incluso de que el intendente de Tigre y diputado electo se decidiera a ser candidato. En el marco de esta interna, hoy a las 9:30, el peajista y el camionero se reunirán en la Federación de Camioneros para realizar un análisis de lo sucedido el domingo y los pasos a seguir. Muchos apuestan cuánto tiempo tardará el moyanismo en irse a las filas de Massa.

Pero Moyano no fue el único perdedor sindical de las elecciones del domingo. El secretario general de la UATRE y aliado de Moyano en la CGT Azopardo, Gerónimo "el Momo" Venegas, obtuvo solamente 137.216 votos bonaerenses, es decir, el 1,60% del total.

El líder de la tercera CGT (la Azul y Blanca) y secretario general del gremio de los gastronómicos, Luis Barrionuevo, tuvo una jornada agridulce. Por un lado, no logró convertirse en diputado nacional por Catamarca, pero sí consiguió bancas provinciales en el Concejo Deliberante y en la Cámara de Diputados; por otro, el titular del sindicato de los trabajadores de estaciones de servicio y aliado de Barrionuevo, Carlos Acuña, fue elegido diputado provincial en la lista de Massa.

El intendente de Tigre consiguió llevar a un nuevo dirigente sindical al Congreso Nacional: Héctor Daer, de Sanidad, que representa al sector de los "gordos". Ese sector sindical festejó el domingo y tendrá que definir ahora si se queda dentro de la CGT oficialista –donde todavía está formalmente– o rompe definitivamente.

En tanto, el clima estrictamente sindical también está enrarecido. Antes de las elecciones, fueron varios los que pública o subrepticiamente dieron a entender que conseguirían la reunificación de la CGT. El propio Caló dijo que comenzaría las negociaciones el mismo 28 de octubre. Por el momento, el líder metalúrgico no tiene previsto convocar a los dirigentes de todos los sectores para conseguir acercar posiciones. Por otra parte, se decía que Massa buscaría, después de su triunfo electoral, colgarse esa cucarda. No se descarta que con ese objetivo, en las próximas horas, haya reuniones entre el intendente y sectores del moyanismo.

Finalmente, luego de las elecciones podría volver la conflictividad. Se habla de una nueva movilización que Hugo Moyano podría convocar junto con el titular de la CTA opositora, Pablo Micheli. El estatal ya advirtió que luego de las elecciones se va a "agudizar el conflicto gremial" por los salarios y "seguro que va a haber movilizaciones". A modo de anticipo, Micheli adelantó que la CTA reclamará "una recomposición salarial de 2000 pesos por fin de año para todos los trabajadores estatales y privados".

Ganadores y perdedores del mundo sindical deberán volver a sentarse en sus oficinas y a pensar qué hacer con los triunfos o derrotas que llevan a cuestas.

Comentá la nota