Son escuchas telefónicas de una flota de teléfonos que pertenecía al sindicalista del SOEME. Qué hablaban sus allegados antes y después de la detención
El 24 de diciembre, horas antes de Nochebuena, el juez Ernesto Kreplak recibió un llamado que cambiaría el rumbo de la investigación. Marcelo Balcedo estaba dentro de "El Gran Chaparral" junto a su familia. Con la confirmación oficial, fue hasta el juzgado y firmó la orden de detención del gremialista secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME), un "pez gordo" que se había cansado de extorsionar a funcionarios locales, provinciales y hasta de la propia Justicia. El arresto se concretaría recién el 4 de enero, en una operación conjunta entre la AFI, Gendarmería y efectivos uruguayos. Antes y después, Balcedo y su entorno se comunicaban por teléfono.Los audios exponen las maniobras de empleados del SOEME para borrar pruebas y entorpecer la investigación. Y los pedidos de "ayuda" de Balcedo desde la cárcel a los proveedores del gremio. Infobae tuvo acceso exclusivo a esas escuchas judiciales.
Las intervenciones comenzaron a mediados de diciembre, cuando la causa ya había entrado en secreto de sumario. Según pudo saber este medio, en total se escucharon seis teléfonos de una flota que estaba a nombre del gremialista.
El 13 de diciembre, Andrea Carabajal, una empleada del SOEME, se comunica con un hombre identificado como "Diego" (sería Diego Cataldi) y le avisa que están mandado dinero en efectivo: "Avísale a Franco que en teoría van cinco bajas empaquetadas".
Una semana después, el 21 de diciembre, Carabajal habla otra vez con Cataldi sobre una pelea dentro del gremio entre "Gonzalo" y "Hebert" (por Hebert Da Cunha, miembro de la Comisión Revisora de cuentas del SOEME). Otra vez aparece una mención al dinero en efectivo. "Quédate tranquilo ya viene Fran y son seis balas cerradas", dice Andrea. "Le estás dando 15 de más", le responde su interlocutor.
El tercer audio al que tuvo acceso Infobae es del 29 de diciembre, cuando Balcedo ya tenía una orden de detención vigente y era observado de cerca por las fuerzas de seguridad, que buscaban el momento oportuno para arrestarlo. Esta vez Carabajal habla con una persona identificada como "Vanina" sobre información sensible guardada en las computadoras del gremio. Concretamente, le ordena sacar "todo lo que tenés en la máquina de San Juan y Mendoza".
Andrea: -Escuchame… tarea para el martes, porque es sumamente urgente, hoy ya no se puede… Tarea urgente para el martes; me dijo el contador que te avise… Apenas llegás… Yo ahora voy a ir a comprar los pendrives… Apenas llegas sacás todo lo que tenés en la máquina de San Juan y Mendoza… Lo que tenías en mails de cheques, ante la duda borrás todo, porque tenemos sí o sí allanamientos la semana que viene… A él le preocupa vos y yo porque tengo todos los cheques de Agus, así que yo ahora voy a ir a hacer un poco, porque yo tengo un montón… Y el martes Oscar y Juli que nos ayuden, y todo lo que tenemos de lo que sea, todo va afuera… No queda nada en SOEME
Vanina: -Dale. Listo.
El 2 de enero, 48 horas antes de la detención de Balcedo, otra vez aparece la idea de "borrar" información. "Che escuchame Dieguito, te hago una pregunta… Mirá que el contador me dijo que borres todo, todo, todo… O sea que si me decís que mandaste algo alguna vez, me lo vas a tener que mandar todo de vuelta", dice Carabajal. Esta y otras escuchas figuran entre los argumentos del juez Kreplak para ordenar la intervención del sindicato.
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Los últimos dos audios son posteriores a las detenciones de Balcedo y su mujer en Uruguay. Los interlocutores son Carabajal y Hebert Da Cunha. Este último ya estaba en Uruguay y cuenta cómo son las primeras horas de su "jefe" en la cárcel.
"Lo importante es que los dos están bien, no están en un lugar lúgubre, con gente mala, al contrario, están contentos. Ella (por Paola Fiege) está con el ánimo arriba, los pusieron en cárceles buenas, donde hay gente del nivel de ellos", cuenta Da Cunha en una de las conversaciones. Y luego relata una supuesta extorsión de alguno de los abogados que estaban defendiendo al gremialista.
En la otra escucha, los mismos interlocutores hablan del futuro del gremio y de una supuesta decisión política de la gobernadora María Eugenia Vidal, que fue clave en el desenlace judicial de la causa. "Supuestamente dice que va a haber un veedor, no sé de dónde será el veedor, no me dijo nada, yo calculo que esta semana estará complicado, la Vidal dijo que no pueden intervenir porque la Junta ya está en sus funciones", asegura Andrea Carabajal. Finalmente, ocurrió todo lo contrario: la semana pasada, el juez intervino el gremio.
Ese mismo audio es revelador sobre la personalidad de Balcedo y su manejo del gremio. Hebert Da Cunha, un hombre muy cercano al gremialista, lo define como "el dueño de la cárcel" y revela que decidieron pedir una "colaboración" a los proveedores del gremio. "Él sigue pidiendo como si las cuentas (bancarias) estuviesen abiertas (….) Tengo que llamar a todos los que les dio plata ahora. Fue una idea mía. A todos los proveedores importantes (…) con lo que puedan, tienen que aportar, lo que sea", se sincera Da Cunha, aunque ya sospechaba que estaba siendo escuchado.
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