Después del 17 de octubre la CGT ofrece más nítidas sus divisiones

Respaldo al Gobierno desde sectores alineados a la Casa Rosada y fracturas expuestas en cuanto a la divergencia Peronismo y Kirchnerismo, puntos indisimulables 

 

 

El escenario gremial post 17 de octubre abre un interrogante político en cuanto a la cantidad de energía que perdurará de las falanges que adhieren al Gobierno de Alberto Fernández.

Lo que sí quedó expuesto, una vez más, es la fractura de la CGT y no desde interpretaciones, sino de textuales. "Apoyamos a todos los gobiernos, a este y al anterior. Pero cuando las cosas no están bien, no hay que ser el alcahuete de turno y hoy la Argentina no está bien", fueron las palabras de Carlos Acuña uno de los titulares de Azopardo, no desde esa sede histórica sino junto al gastronómico Luis Barrionuevo, Eduardo Duhalde y Guillermo Moreno, entre otros, quienes realzaron el 17 de Octubre, peronista y no kirchnerista.

Acuña fue el único orador de la cita frente al monumento a Perón ubicado en la plaza Agustín P. Justo, del bajo porteño, estatuta que descubrió alguna vez el ex presidente Mauricio Macri.

Previsible y mínima, fue la calificación de referentes cegetistas en el contexto del movimiento obrero para esa convocatoria “anti K”. No obstante en la propia tropa cegetista hubo disgustos pronunciados en la previa para la “intención desmovilizadora de algunos funcionarios”, la queja permanente respecto a “un gobierno de coalición” y la necesidad de “peronismo en acción”.

La cuestión incluso no viene desde el sábado, sino a lo largo de la pandemia. Hubo gremios industriales molestos con la “lenta y contradictoria vuelva al trabajo de sectores claves”, la construcción es un caso concreto y la Uocra dejó sus críticas sobre el tapete.

Ya en ocasión de analizar el último Consejo del Salario (CNS) alguien que pregona y tracciona la unidad en el movimiento obrero como Omar Plaini, le refrendaba a este diario que hay esquemas de representación, acentuados por la extensión de mandatos hasta marzo 2021, que están agotados y eso juega en contra de la dinámica sindical, más allá de las diferencias.

Mientras el Presidente dejaba su discurso sabatino en la CGT hubo referentes de esa casa que no ocultaron su disgusto a este medio por la “casi omisión” de la central en el mensaje. Dirigentes veteranos y otros enrolados en la Juventud Sindical, incómodos incluso con la mixtura política de la convocatoria en el salón Felipe Vallese.

Y todo sucede mientras el camionero Hugo Moyano, en modo Rocky Balboa, regresó una vez más al ring, luego de extensa charla con el Jefe de Estado, desde el respaldo de su tropa para movilizar en caravana como tambíen en conceptos. "Queremos responderle y demostrarle al Gobierno el apoyo que tiene de la inmensa mayoría de los trabajadores, que están pasando necesidades difíciles pero que no dejan de reconocer el esfuerzo que se está haciendo para salir de la situación que nos dejó el Gobierno anterior y a la que nos llevó la pandemia”, resumió el también presidente de Independiente desde Smata a la hora de valorar la Caravana de la Lealtad.

Siempre en modo “divididos” los gremios por un lado saborearon con folclore que “nadie nos ganó ni nos ganará la calle”, a la hora del análisis más fino sus referentes asumen que la frontera a la renovación del mandato cegetista en 2021 tendrá algo más que divisiones clásicas y “mucho por hablar” hasta marzo.

Y en cuanto a relación tiempos y testigos la estrategia de Alberto Fernández para tener el diálogo más fluído posible con sectores antagónicos de la dirigencia obrera, en simultáneo e intentos de equidad porque el capítulo sindical también se abrazará a superar la pandemia y comenzar a transitar una recuperación económica en mínimas ciernes, bajo el manto de la pandemia de la pandemia dato que no sólo se aprecia en el nivel del salario mínimo y la media paritaria 2020.

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