Facundo Moyano: “El que niega la realidad de la crisis sistémica del mercado laboral argentino es cómplice”

Facundo Moyano: “El que niega la realidad de la crisis sistémica del mercado laboral argentino es cómplice”

El dirigente del Sindicato de Peajes explica a Infobae por qué mantiene contactos con gobernadores, intendentes, sindicalistas y empresarios para proponer el debate de sus proyecto de “adecuación laboral” y democracia sindical. Su coincidencia con Javier Milei.

Por: Ricardo Carpena.

En una dirigencia sindical que no quiere cambiar nada, por más que lo que existe a veces no favorezca a los trabajadores o incluso los perjudique, Facundo Moyano es toda una rareza. Desde hace por lo menos cuatro años viene planteando sin éxito un debate de la legislación laboral. Y en 2014 presentó, como diputado nacional, un proyecto de democratización sindical que tampoco logró adhesiones políticas. Ahora, en medio de las propuestas sobre esos temas clave que hizo Javier Milei, el secretario adjunto del Sindicato de Peajes vuelve a la carga para plantear la necesidad de discutir lo indiscutible: ahora habla de la “adecuación” del sistema laboral e insiste en un nuevo régimen electoral sindical.

A diferencia de la la CGT y de su propio hermano, Pablo Moyano, este dirigente gremial entiende que adaptar la legislación laboral a los desafíos del mundo del trabajo del siglo XXI van a permitir que no haya tantos trabajadores informales y darles protección laboral a los que hoy no la tienen. En la entrevista con Infobae, Facundo Moyano explicó su propuesta y advirtió que si desde el peronismo no tienen “una propuesta clara, concreta, que ataque los problemas reales que tiene el mercado laboral, van a venir con otras banderas políticas, con todo derecho, a debatirlo desde otro lugar”.

Como sabe que tendrá muchos críticos que se oponen a tocar la sacrosanta legislación laboral, aunque no sirva para generar empleo genuino ni proteger en serio a los trabajadores, el ex diputado afirmó: “El que niega la realidad de la crisis sistémica del mercado laboral argentino es cómplice de esa crisis”.

Facundo Moyano muestra los dos proyectos que propone debatir a gobernadores, intendentes, sindicalistas y empresarios

Pero Facundo Moyano vincula la “adecuación” del sistema laboral con su proyecto de democracia sindical: dijo que si se pone en marcha un esquema de mayor formalización laboral, un nuevo régimen electoral sindical permitirá que “el poder sea de los trabajadores y no de determinados dirigentes”.

El dirigente de los peajes comenzó una ronda de contactos en busca de consenso para proponer el debate de ambas iniciativas: ya se reunió con el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, del PJ; lo hará próximamente con el mandatario de Santa Cruz, Claudio Vidal, peronista y ex sindicalista petrolero, y tuvo encuentros con diversos intendentes. También tiene previsto hablar con la CGT e incluso con empresarios: este lunes tendrá un diálogo virtual con referentes industriales de la UIA Joven.

— ¿Qué opina sobre la gestión de Javier Milei? Antes de que asumiera usted tuvo una posición cautelosa, destacó los votos que había logrado y dijo que no quería poner palos en la rueda.

— Es innegable que el país está peor en muchos ámbitos, básicamente en lo social. Entramos en un periodo de recesión y el Presidente apela a un método ortodoxo y con una comunicación muy efusiva y hasta agresiva. Veo que entra en contradicción el postulado del liberalismo libertario, que es el respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo, cuando el Presidente, al cual le tenemos respeto por una cuestión republicana, se pelea con muchos actores de la política y de otros ámbitos. ¿Dónde está el respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo o del pueblo que representa un gobernador como Ignacio Torres, por ejemplo? Más allá de la discusión que haya respecto a la coparticipación, que es necesaria, no se puede llevar adelante con agresividad ni violencia verbal.

Javier Milei propuso una ley "anti-casta" que garantice la democracia sindical (Foto Rodrigo Néspolo/ pool ARGRA)

— Sergio Massa seguramente hubiera tenido que aplicar un ajuste si ganaba el balotaje, pero ¿qué piensa respecto de los resultados que puede traer el ajuste económico de Milei?

— Es entendible que el pueblo en una crisis económica haga un esfuerzo, pero no es entendible que el pueblo haga un sacrificio y menos los que ya lo vienen haciendo hace rato. La pobreza o la inflación no surgen ahora. Son problemas estructurales de la Argentina. El objetivo de Milei es déficit cero, que es una cuestión que no tendríamos que discutir. El fundador del kirchnerismo, que es Néstor Carlos Kirchner, hablaba en su discurso del 25 de mayo del año 2003 de los superávits gemelos y de que la inflación perjudicaba a los que menos tienen. Entonces, ¿cómo puede ser que entremos en la discusión de que gastar más de lo que recaudás está bien cuando el propio fundador del kirchnerismo decía que estaba mal? Y si querés ir más atrás, vayamos a Perón cuando hablaba de la inflación. Que le hayamos ganado a Venezuela en inflación no solamente es un dato económico o macroeconómico sino un dato político. Gran parte del cambio que eligió la gente, que tal vez no sabía en profundidad cuál era el cambio que estaba eligiendo, es básicamente porque había un sistema agotado.

— ¿En qué sentido?

— En el sentido de que el Gobierno es dueño de todo, no el Estado. Las empresas deben ser manejadas por el Estado con profesionalización, eficiencia y eficacia, que no tendrían que ser palabras de la jerga neoliberal sino del sentido común. Una empresa tiene que ser eficiente y eficaz, sea manejada por el Estado o por un privado. Si entramos en esas discusiones, estamos muertos. Más allá de esto, podemos tener una postura muy crítica al gobierno de Milei, pero la discusión política nunca puede pasar sólo por la presión o el reclamo. No digo que no tengan que estar porque la presión y el reclamo son parte de la función de la oposición, gobierne quien gobierne. Pero detrás de la crítica, del reclamo, de la movilización, de lo que muchos llaman la lucha, tiene que haber propuestas. Hay un error por parte de la dirigencia del peronismo que es creer que la discusión pasa por izquierdas y derechas. Tenemos que salir de eso. Todavía no conozco muy bien cuáles son las ideas del peronismo.

— Usted está proponiendo el debate de sus propias propuestas.

— Sí, quiero hablar de dos propuestas concretas que tengo. Lo que realmente pone en marcha la economía es el consumo popular, que se alimenta de trabajo. Si no tenés trabajo formal, los sistemas previsional, impositivo y laboral se caen. ¿Por qué el sistema laboral está en crisis desde hace décadas? Porque no hay una propuesta de adecuación del sistema a la necesidad del trabajo y no a la inversa.

Hugo y Facundo Moyano

— Explíqueme mejor ese punto.

— Nunca me ha tocado como dirigente sindical defender un trabajador que esté por fuera de la Ley de Contrato de Trabajo y hemos mejorado esa ley. Sin embargo, hablando con los trabajadores municipales entiendo que ellos están viviendo un proceso de precarización laboral de su propio sistema laboral, que no es el mismo en todos los aspectos que la Ley de Contrato de Trabajo y se ven triplicados por trabajadores cooperativistas. Es lo que yo llamo reforma laboral por izquierda. Es mucho más fácil y tiene mucho menos costo laboral. Es una estupidez no decir que el costo laboral es una cuestión a discutir: tenemos un 50% de trabajadores por fuera de la Ley de Contrato de Trabajo y en el propio Estado hay muchos ejemplos de precarización laboral. Cuando entramos en esta lógica de buscar siempre un enemigo, algunos dicen que el empresario malo precariza. ¿Y por qué un municipio de zona sur tiene 30.000 cooperativistas que hacen tareas de un trabajador sindicalizado que cobra tres veces más? Porque es menos costo laboral. ¿Y por qué las multas en determinado municipio de zona oeste las cobra un cooperativista en vez de la municipalidad o una empresa contratada? Porque sale mucho más barato. Por eso cuando decimos que el empresario precariza, en realidad es el Estado el que precariza, aunque es el que tiene poder de policía y las herramientas para que no haya fraude laboral ni explotación laboral. El problema se presenta cuando los que tienen que controlar apelan a los contratos basura. Ahí es donde empieza a fallar todo. Esto no lo discutimos. Y los que dicen que no es el momento para hacerlo o que no hay que discutirlo es porque no quieren cambiar nada.

— Lo entrevisté en junio de 2020, en plena pandemia, y usted ya decía que “con un 40% de trabajadores no registrados, tenemos que discutir el sistema laboral, impositivo y previsional”. Sus definiciones causaron impacto, pero nadie se animó a encarar esa discusión. ¿Por qué?

— Porque no quieren cambiar nada.

— ¿Cuál es el negocio de mantener este sistema? ¿A quién le sirve?

— Es mucho más fácil manejar a un trabajador que no te reclama y que su paritaria la define en el Ministerio de Desarrollo Social y no en el Ministerio de Trabajo. Ahora, si nosotros seguimos con esta realidad, van a ser más los trabajadores, porque no dejan de ser trabajadores por estar en un sistema precarizador, pero cuando vos tengas a 10 millones de trabajadores dirimiendo su paritaria en el Ministerio de Desarrollo Social y 3 millones de trabajadores en el Ministerio de Trabajo, ahí recién muchos se van a dar cuenta. “Che, ¿esto había que discutirlo, no?”. Esto no se trata ni de izquierdas ni de derechas. Cuando tenés de un lado gente discutiendo de socialismo y marxismo y del otro lado gente discutiendo el liberalismo, estamos enfrascados en una discusión que no va a tener frutos.

"Nos “comimos” dos revoluciones industriales por la falta de discusión del sistema laboral", afirmó Facundo Moyano (Foto REUTERS)

— ¿Qué le pareció el capítulo laboral del DNU 70 de Milei? Había propuestas que estaban emparentadas filosóficamente con propuestas que usted había hecho.

— Hay muchas cosas que hay que discutir. Si solamente hablás de la necesidad del empleador de tomar gente en blanco, podés cambiar si invertís esa regla. Hablar de la micro pyme, de la pyme y del emprendedor que necesita desarrollarse y del trabajador que necesita una protección es otra cosa porque podés entender que se tiene que adecuar a la necesidad del trabajador y a la necesidad del trabajador que tiene una pyme o que administra un restaurante. No hablo de clases porque el ser humano no se puede dividir por clases. Solamente existe una clase de hombres y mujeres, que son los que trabajan. Y esto no tiene que ser un concepto peronista sino que tiene que ser un concepto filosófico. Nos “comimos” dos revoluciones industriales por la falta de discusión del sistema laboral.

— ¿Qué significa?

— Que no adaptamos la necesidad del trabajador a las nuevas formas de relacionarse del ser humano, como la que tiene que ver con la informática, que es la Tercera Revolución Industrial. Nosotros lo estamos atravesando en el peaje, y tarde porque esto ya se vio en muchos lados. Esta revolución industrial, como todas las anteriores, no va a dejar a la gente sin trabajo. Los que vamos a dejar a la gente sin trabajo, si no renovamos la cabeza, si no entendemos los sistemas nuevos y las demandas de la Revolución 4.0, somos nosotros. La política va a dejar a la gente sin trabajo. Por eso las empresas y los gremios tienen que trabajar articuladamente para proteger al trabajo más que el trabajador.

— Usted afirmó que el peronismo pasó de ser el partido de los trabajadores a ser el partido de los pobres. ¿Por qué se dio ese cambio?

— Porque los dirigentes no entendimos que el peronismo es crecimiento, desarrollo y movilidad social ascendente. Cuando vos tenés una sociedad que desciende de manera directa hacia la pobreza, estás construyendo una sociedad que iguala para abajo. Esto es lo que lo que se vio en la práctica. Más allá de la guerra, Macri y todo lo que diga hace rato, hace diez años que no se genera trabajo privado. El otro día lo hablaba con algunos dirigentes sindicales y también con el presidente de una cámara de transporte, que me decía que el trabajo creció en el transporte de cargas durante la pandemia y la pos-pandemia. ¿Por qué no crecieron los trabajadores formales que están dentro de la Ley de Contrato de Trabajo y creció el cuentapropista? Porque es más barato para el que produce y traslada su mercadería a tal lugar. Entonces ahí es donde vemos que hay una necesidad de discutir esto. Las compensaciones que hay sobre las contribuciones patronales fueron las que permitieron en muchos casos, como en Camioneros, con el Refop que se creó en 2003 (N. de la R.: es un reintegro a las empresas sobre los aportes patronales de trabajadores afiliados al sindicato), que tuvo un crecimiento exponencial de los trabajadores registrados más allá del crecimiento económico. Lo que pasa que no sólo depende del crecimiento económico porque la Argentina puede crecer al 7, 8, 9 o al 10% y estructuralmente tendremos una informalidad laboral del 35%. Es un dato, no es una opinión. El que niega la realidad de la crisis sistémica del mercado laboral argentino es cómplice de esa crisis. Solamente por el hecho de negarlo sos cómplice, y el que no propone da lugar a que vengan reformas por otro lado.

Para Facundo Moyano, "detrás de los reclamos tiene que haber propuestas y la voluntad de debatirlas"

— Esa frase es fuerte porque involucra a casi todo el peronismo y el sindicalismo.

— Es así. El gobierno de Milei empeoró la situación social con el solo objetivo del déficit cero, bajar la inflación a un dígito o menos y después de eso supuestamente vamos a crecer y a ser todos felices. Y del otro lado muchos hablan como si hubiéramos estado en Disney y Milei nació de un repollo. Pero Milei nació por el hecho de que llevaron la ideología al extremo y que convirtieron al peronismo en un partido de izquierda que iguala para abajo. Porque es lo que hace la izquierda, igualar para abajo hasta en períodos de bonanza económica. Te crea un sistema de precarización laboral disimulada al que llaman economía popular y que tiene trabajadores totalmente precarizados que laburan.

— Aun así, el peronismo y la CGT no aceptan ningún cambio en la legislación laboral.

— El otro día una periodista muy sesgada ideológicamente me dijo que entendía mi propuesta, pero que consideraba que ahora no es el momento, que ahora es el momento de salir y y luchar. Pero los reclamos no cambian el rumbo económico de ningún gobierno. Te sirven para fijar una posición política y estoy de acuerdo en que hay que reclamar porque es una de las funciones del sindicalismo. Ahora, detrás de ese reclamo tiene que haber propuestas y la voluntad de debatirlas. Lo he hablado con gobernadores, intendentes, dirigentes sindicales y lo voy a seguir hablando.

— ¿Aunque algunos se resistan al debate?

— Hay que discutir la cuestión de las multas laborales. Hay que discutir la industria del juicio. Cristina Kirchner, dos veces presidenta de la Nación y ex vicepresidenta de la Nación, con mucha injerencia en el gobierno anterior, habló de actualización laboral. Creo que no hay que hablar de actualización laboral, porque todo lo que suena a modernización suena a que hay una cosa para favorecer a un sector y desfavorecer al otro. Hay que hablar es de adecuación y de protección al trabajador. Y cuando hablo de trabajador no hablo solamente del trabajador que está o puede estar en relación de dependencia. Tampoco hablo de modificar la Ley de Contrato de Trabajo. Pero así como hay sistemas de mucha rotación que tienen otras formas convenidas entre empresas y sindicatos, hay que pensar cómo vamos hacia ese lugar. Y mi proyecto de adecuación laboral tiene que ver con eso.

Hugo Moyano con sus hijos Facundo, Hugo y Jerónimo

— ¿Con quiénes habló sobre sus propuestas?

— No tengo autoridad institucional para imponer nada ni para debatirlo formalmente en el Congreso de la Nación, pero lo quiero discutir y lo estoy haciendo. Me reuní con (Raúl) Jalil el otro día y hablé por teléfono con otros gobernadores como Claudio Vidal, que viene del sindicalismo. Busco consenso con los que saben, con los que administraron o administran algo. La discusión a nivel teórico y hasta filosófico está bien, pero yo tengo que ir a hablar con el tipo que administró algo, con el tipo que sabe lo que es tener una empresa, un comercio, un restaurante o un geriátrico. Preguntale cuántos trabajadores tiene completamente registrados y puede ser peronista, no peronista, libertario o lo que sea, pero resolver la informalidad laboral es una necesidad, una cuestión básica.

— ¿También hablará con empresarios?

— Justamente este lunes tengo un streaming con la Unión Industrial Joven. Ellos tienen su propio proyecto. Y voy a plantearles que no estoy de acuerdo con ellos y que quiero que vean mi propuesta. Es el debate que nos debemos todos los dirigentes del peronismo, un partido que hay que reformular. Nadie discute esto concretamente. Se dice “no” a lo otro. ¿Pero cuál es la propuesta del peronismo?

— Lo que está vigente.

— Lo que está es horrible, pero no es horrible con Milei, es horrible desde hace un montón de tiempo. Por eso critico a los que te dicen que nunca es el momento. Yo no estoy diciendo que ahora es el momento de debatir este tema en el Congreso, pero en algún momento hay que debatirlo.

El gobernador de Catamarca, Raul Jalil, es una de las figuras del PJ que están dispuestas al debate que propone Facundo Moyano

— Su insistencia en proponer una “adecuación laboral” lo hará chocar de nuevo con su hermano Pablo, que es un gran enemigo a cualquier tipo de cambio de la legislación laboral.

— No voy a hablar sobre ningún dirigente, pero contesto con esto: el que niega la realidad de la crisis sistémica del mercado laboral argentino es cómplice de esa crisis. Entonces yo lo lo voy a debatir con los sindicalistas que me quieran escuchar, con los gobernadores que me quieran escuchar.

— ¿Vas a pedir una reunión con la CGT para hablar sobre el tema?

— Hay muchos dirigentes que ya saben cuál es mi postura, entre ellos Hugo Moyano o Gerardo Martínez, que es una persona abierta a debatir diferentes cosas. Ahora, ¿algunos debatieron la reforma laboral de Macri y no van a debatir mi reforma laboral, que la hago para cuidar al laburante?

— ¿Por qué reflotó el proyecto sobre democracia sindical que presentó cuando era diputado?

— La adecuación del sistema laboral va inevitablemente acompañada de una reforma del sistema de elecciones. Primero, porque los sindicatos no se pueden ganar los tiros. No puede ser más difícil ser secretario general de un sindicato que presidente de la Nación. ¿Por qué hay democracia indirecta en muchos sindicatos y uniones? Si para votar un presidente de la Nación votan 25 millones de argentinos, ¿por qué en un sindicato de 500.000 afiliados tienen que votar 40? Son los dueños de ese sindicato los que tienen que debatir si se quieren autorregular de otra manera, pero no va a pasar.

Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, en una reunión del Consejo Directivo de la CGT

— No me queda claro por qué la adecuación laboral se vincula con la democracia sindical.

— Sí, porque si vos tenés un sistema que permita más trabajadores formales, vas a engrosar mucho las filas del sindicalismo y obviamente va a empezar a desaparecer la precarización laboral que existe hoy, que es extrema. Pero ese sistema de mayor formalización debe ir acompañado por el régimen electoral sindical porque, si no, en vez de que el poder sea de los trabajadores va a ser de determinados dirigentes. No creo en que el poder tenga que ser los dirigentes. No solamente hablo desde lo teórico, sino desde haber practicado la democracia sindical. Cuando dejé de ser secretario general no se perjudicó el trabajador sino que se lo siguió defendiendo con sus mecanismos normales. Pero una rotación necesaria te obliga a que el dirigente sea mejor. Y al tener democracia sindical hacés que el trabajador vuelva a creer en la organización sindical. Eso es algo clave: que el trabajador crea en la organización sindical y que la organización sindical sea de él, no del dirigente.

— Lo que dice no le va a caer simpático a muchos de sus colegas con tantos años en el cargo.

— La única concepción de poder que entiende que se hereda ese lugar privilegiado de decisión es el sistema monárquico. Entonces, viviendo en democracia en el siglo XXI, no se puede concebir la única concepción donde el linaje, la sangre o el ADN te permitan suceder naturalmente a tu antecesor.

— ¿Entonces el Sindicato de Camioneros es una monarquía? Usted es el único del clan Moyano que no está en esa estructura gremial y con chances de sucederlo a su papá.

— Pero presenté esto (muestra una carpeta con el proyecto de democratización sindical). Estoy agradecidísimo al Sindicato de Camioneros y valoro la función del camionero.

—Su proyecto apunta al corazón del poder camionero.

— No es el corazón. El poder camionero, lo dice siempre Hugo Moyano, es de los trabajadores.

Facundo Moyano habla durante una movilización del Sindicato de Peajes

— Sí, pero su papá puso a Pablo como secretario adjunto del sindicato y en otros cargos están sus otros hermanos, Huguito, Jerónimo y Karina. Menos usted, casi toda la familia.

—Si el hijo de un dirigente sindical quiere ser un dirigente, que lo voten los trabajadores con democracia. Y ahí es donde tenés que demostrar que sos mejor. Que no significa apuntar al individualismo que promueve la meritocracia sino hablar de democracia sindical. Tenés que demostrar más capacidades para conducir una organización. No quiero personalizar, quiero hablar de las ideas.

— ¿Habló con su papá sobre el proyecto de democratización sindical?

— Sabe lo que pienso. Seguramente estará en desacuerdo con muchas cosas, como yo estoy en muchas cosas en desacuerdo con él. El otro día hablaba con un dirigente sindical que me dijo: “La sociedad no espera esto de nosotros”. Y yo le respondí: “La sociedad no espera nada de nosotros”.

— ¿Qué le parecieron las definiciones en materia laboral del discurso de Milei ante la Asamblea Legislativa? La CGT interpretó que fueron un ataque al sindicalismo.

— Respecto a las referencias que hizo a lo laboral, estoy de acuerdo en que hay que dar el debate y lo dije hace una década. Si desde el peronismo no tenemos una propuesta clara, concreta, que ataque los problemas reales que tiene el mercado laboral, van a venir con otras banderas políticas y están en todo su derecho a debatirlo desde otro lugar, quizá desde un lugar más de proteger al empresario. Y no estoy en contra del empresario: tiene que tener facilidades para contratar a trabajadores protegidos.

Facundo Moyano y la titular del Sindicato de Peajes, Florencia Cañabete

— Lo que planteó el Presidente sobre las elecciones sindicales es similar a lo que usted propone para hacer más transparentes y democráticas las votaciones.

— Es parecido. Pero tengo una ley presentada sobre el tema que se aplicó en mi sindicato cuando di un paso al costado. La democracia sindical hay que debatirla en los sindicatos. Se los dije a los dirigentes sindicales hace un montón de tiempo: si no lo discutimos nosotros, lo van a discutir los otros. Yo tengo una propuesta. Si no hay democracia sindical, desaparecen los sindicatos.

— Usted también propone limitar los mandatos para evitar la reelección perpetua.

— Hay toda una discusión que va a dar el sindicalismo respecto de los mandatos. Ahí hay una pequeña contradicción en Milei porque él reconoce a los sindicatos como entidades privadas, no públicas. Entonces el debate es hasta dónde una ley general puede meterse en la democracia interna de una asociación cuyo dueños son los trabajadores. Pero lo que dijo Milei lo hice hace rato.

— ¿No teme que por esas coincidencias lo asocien políticamente con el Presidente?

— No, que haya una coincidencia en un punto no significa que yo sea libertario. Soy peronista y creo que el sindicalismo tiene que dar ese debate porque no sólo podemos ofrecer resistencia y lucha. El problema es que el debate que proponen muchos dirigentes del peronismo y del sindicalismo es la resistencia. Con la situación del mercado laboral, el debate que propone Milei es totalmente válido y legítimo. La preocupación es que nosotros no trabajemos en una propuesta. Yo la hice y planteo que haya un debate, pero no soy un llanero solitario. Quiero que mi propuesta sea la del peronismo.

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