Lo que pasó en el Congreso de Comercio ayer fue casi una batalla campal que se desató entre los sectores del oficialismo, conducido por Armando Cavalieri, y la oposición, Ramón Muerza, de la seccional Capital. La CGT no dudó y brindó su apoyo al primero de ellos y ratificó una postura fijada previa al 11 de noviembre.

“Un grupo de compañeros e infiltrados equivocados, violentando todos los preceptos estatutarios, intentó ingresar por la fuerza agrediendo verbal y físicamente a trabajadores y jubilados de la organización hermana”, contó la CGT en un comunicado de prensa firmado por el Consejo Directivo Nacional.

“Condenamos todo acto de violencia que afecte la vida institucional de cualquier organización sindical: las diferencias programáticas, ideológicas o políticas entre agrupaciones o afiliados deben dirimirse en el debate democrático interno de cada gremio”, agrega y remarca la idea de que las “diferencias entre agrupaciones o afiliados” deben ser de  la propia vida interna de cada gremio, y no fomentado por actores exteriores, lo cual también es algo que la CGT ha puesto como condición en su reunificación.

La previa, a un año de las elecciones de Comercio, se recrudece con este escalafón de debate. Y lo que intenta hacer la CGT es subrayar justamente eso, que las internas se diriman de las puertas para adentro de cada organización gremial, y con “capitales” externos.

“La fuerza sindical se expresa en el debate y la participación de todos los afiliados en la vida asociacional, y la violencia sólo debilita la acción sindical y es funcional a los intereses empresarios”, sostiene la central en el comunicado.