La frustración de la CGT: una llegada directa a la cima del Gobierno que no se traduce en respuestas concretas

La frustración de la CGT: una llegada directa a la cima del Gobierno que no se traduce en respuestas concretas

Su mesa chica cenó con Sergio Massa. Sus demandas, por ahora insatisfechas.

Por 

Carlos Galván

Es un fenómeno que se repite desde el arranque mismo de la administración de Alberto Fernández: la CGT demuestra tener llegada directa a la primera línea del Gobierno -incluido el Presidente-, pero en la práctica ese acceso ilimitado le sirve de poco a la central obrera peronista.

Pasó otra vez en la cena reservada -comieron bifes de lomo con ensalada- que la mesa chica cegetista compartió con Sergio Massa la semana pasada, en las oficinas que el tigrense aún ocupa en el edificio de Avenida del Libertador 850.

Los gremialistas Gerardo Martínez, José Luis Lingeri, Andrés Rodríguez, Héctor Daer y Carlos Acuña fueron a ver al ministro de Economía con un único objetivo: trasmitirle de primera mano que a la CGT le resulta inaceptable el esquema que impulsa Cristina Kirchner de otorgar una suba salarial por decreto para los trabajadores.

En plenas turbulencias económicas, y cuando las prioridades de Massa son otras -caída de las reservas del Banco Central, déficit público, tipo de cambio, inflación-, los sindicalistas lograron la atención del tigrense en su primera semana de gestión. Un privilegio, que mostraría la muñeca política cegetista.

El problema es que los jefes cegetistas se fueron de la comida sin ninguna respuesta concreta por parte de Massa.

Ni siquiera una media palabra: "Solo nos dijo que iba a contemplar lo que le pedimos", confió uno de los cinco sindicalistas que participó de la cena.

-¿Y si al final no contempla lo que le pidieron?, preguntó Clarín.

-Eso no lo vamos a permitir, advirtió el gremialista.

En la CGT atribuyen el plan de una suba por decreto a Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía de Cristina Kirchner y ahora titular de una consultora. Se habla de $ 30.000 por trabajador.

En la central obrera no objetan el pago de un bono: "En casi todos los gremios hay alguno, generalmente para fin de año. Mal podríamos oponernos a eso", argumentaron en la mesa chica cegetista.

Lo que no aceptan en la CGT es el pago de un aumento salarial por decreto, es decir por afuera de las negociaciones paritarias. "Te achata todas las categorías", le explicó en la cena un sindicalista a Massa.

La otra preocupación cegetista es que un eventual incremento por decreto altere los tramos de los acuerdos paritarios vigentes.

"¿Ese aumento sería absorbido por las cuotas paritarias? Todo el panorama está muy borroso", señaló otro jefe cegetista. Y detalló: "(El ministro de Trabajo Claudio) Moroni está más en bolas que nosotros".

En enero de 2020, casi en el arranque de la gestión de Alberto Fernández, la Casa Rosada recurrió a esa herramienta que ahora vuelve a tener en estudio: dispuso por decreto un aumento salarial para todos los trabajadores del sector privado, a cuenta de las paritarias.

Inflación mediante, dos años y monedas después de aquella medida, la cifra que se otorgó no alcanza para dos grandes de muzzarella: fueron $ 3.000 en los sueldos de enero de ese año, a los que se agregaron otros $ 1.000 en marzo.

En otra demostración de la llegada que tiene al Gobierno, la mesa chica de la CGT había cenado -locro- el pasado 9 de julio en la Quinta de Olivos con el Presidente.

Con sutileza porque había otros invitados en la comida, los sindicalistas hablaron de la importancia del ejercicio libre de las paritarias. "Eso está garantizado", los endulzó Alberto Fernández.

Pero 37 días después la discusión sigue abierta, más allá de la palabra presidencial. Lo mismo les sucede con la asistencia financiera que reclaman hace más de dos años para las obras sociales sindicales: en el Gobierno siempre les dijeron que sí -incluso el propio Presidente-, pero la medida nunca se tomó. 

En el documento que la CGT distribuirá en la marcha de este miércoles -uno de los que lo está terminando de pulir es el jefe de la UOCRA, Gerardo Martínez- se reivindicarán las "paritarias libres".

Un detalle: la manifestación será al Congreso. En el punto de culminación, las columnas pasarán debajo de un arco que montarán y que tendrá las imágenes de Perón, Evita y San Martín. Es una delicada forma de remarcar con qué liderazgo no están alineados.

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