Gerardo Martínez: "El pueblo argentino no se banca más sacrificios ni ajustes"

Gerardo Martínez:

En un reportaje con El Cronista, el titular del gremio de la Uocra y referente clave de la conducción de la CGT se refirió a la marcha de las negociaciones con el FMI, evaluó el escenario productivo en la industria de la construcción y reprochó al Gobierno "falta de contención y problemas de comunicación"

 

Falta de contención y problemas de comunicación. A ello atribuyó el titular de la Uocra y uno de los principales referentes de la conducción de la CGT, Gerardo Martínez, las críticas que el Gobierno cosechó en los últimos tiempos de parte del sector empresario por la creación del impuesto a las grandes fortunas y también desde el sindicalismo por la nueva fórmula de actualización de las jubilaciones. Preocupado por la situación económica y social del país, y en la previa a la celebración del Día de la Construcción, que significará la puesta en marcha de diversas medidas para reactivar esa industria clave, el sindicalista evaluó ante El Cronista la situación sectorial, analizó la marcha de las negociaciones con el FMI y advirtió, contundente, que “el pueblo argentino no se banca más sacrificios ni ajustes”.

 

-¿Cómo describe el actual escenario en la industria de la construcción?

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-La actividad generó distintos protocolos buscamos de atender las obras civiles, de infraestructura, eléctricas, públicas, lo que mostró un grado de responsabilidad del sector atendiendo el margen que había para reactivar la construcción por la importancia que tiene y cuidar la vida de los trabajadores y trabajadoras del sector. Eso generó un paso hacia adelante y se lo trasladamos al Gobierno en su conjunto y a Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas, y en su momento a quien estaba al frente del Ministerio de la Vivienda. Eso llevo a que el Ministerio de Obras Públicas haya generado una cierta cantidad de inversiones necesarias, primero en el aspecto de las necesidades sanitarias, y también continuar con todas las obras que se habían paralizado de Vialidad y otras actividades vinculadas a la obra pública. Ahí encontramos una dinámica proactiva por parte de Katopodis y eso permitió generar muchos puestos de trabajo.

-¿No encontraron la misma recepción con la gestión de Bielsa en Vivienda?

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-En Vivienda había muchas palabras, muchos diseños teóricos, pero no veíamos en la práctica acciones. Había 20 mil viviendas paralizadas después de las PASO del año pasado y las empresas no cobraban sus certificados de obras, y no se veía una reacción contundente como la que habíamos tenido en el Ministerio de Obras Públicas o en otras áreas como Producción o Energía. Vimos si un protagonismo a la altura de la circunstancias con Katopodis que puso toda la energía, todo su equipo, creo un observatorio de transparencia, visibilizó la necesidad de crear una comisión de seguimiento articulando entre el Ministerio, y las representaciones de la Camarco y de Uocra como para analizar en detalle la continuidad de las obras y la mecánica para ponerlas en marcha.

-¿Y hoy cómo está hoy el proceso de reactivación en el sector?

-Teniendo en cuenta las características que se dan en algunos lugares que de repente se avanza en la apertura y a las dos semanas se tiene que cerrar por una ola de contagios, hoy podríamos decir que la industria está funcionando en un 65%.

-¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses? ¿Cuando esperan estar funcionando casi normalmente?

-Lo importante es que hay una cuestión de base que es la decisión que pueda tener el Estado que hoy tiene un papel protagónico fundamental en la decisión de habilitar o no un sector productivo y las empresas y nosotros estamos sujetos a eso. Creo que hay todavía mucha incertidumbre y es natural porque si se ve la nueva ola de contagios y la situación que hoy se da en Europa y otros lugares donde hay un Estado robusto y demás, uno ve que todavía no tenemos certezas concretas del impacto de la situación que podamos estar padeciendo. Lo importante es que tengamos una dinámica funcionando permanentemente con una comisión de seguimiento articulada con cada Ministerio como para ir habilitando y tomando decisiones de cierre si es necesario. Si desde el punto de vista del papel del Estado avizoramos un panorama muy positivo si la situación sanitaria lo permite porque cuando uno analiza el Presupuesto aprobado, prácticamente duplica los recursos que están vinculados a la industria de la construcción. Observamos que el Presidente está decidido a poner en funcionamiento todo el aparato estructural para reactivar esta industria que es importante porque, por un lado, da una oportunidad para mejorar la calidad de servicios que necesita la sociedad y, por otro lado, por el efecto multiplicador que genera en puestos de trabajo y en un montón de industrias que tiene alrededor de forma colateral.

-Pero empiezan a haber problemas con faltantes de insumos y materiales…

-Nosotros observamos que hay un sector de la intermediación comercial de la cadena de suministros que está especulando y generando un acopio exacerbado, interesado, especulativo y no entregan los materiales. Uno ve que de repente falta hierro, cemento, aberturas, etc.

-¿Y a quién visualizan cómo responsables de esa situación?

-Hay fábricas que están trabajando a full pero notamos que faltan los insumos. No sabemos quién está en esta actitud, me parece que esa es una herramienta que tiene el Estado para verificar, quien se queda con esa producción, quien es el que está especulando.

-¿Eso lo interpretan como relacionado a la suba del dólar?

-En principio estaba vinculado al tema del dólar pero estimo que ahí el Estado tiene que prestar mucha atención, hacer un seguimiento, diciéndole por ejemplo a Loma Negra: ‘veamos cuál es tu cadena de comercialización, como puede ser que en algunos lugares no hay cemento si están teniendo un nivel de producción casi normal’. Que informe cuales son los grandes compradores y a partir de ahí hacer una verificación de lo que está sucediendo. Esto lo hemos hablado con Kulfas y pusimos en evidencia toda esta situación y a su vez fuimos gestores de promover dos leyes que el Gobierno va a presentar en el Parlamento que están vinculadas a todo un sistema a de financiación, tipo blanqueo, y a la articulación que se debe dar para poder reactivar la construcción.

-¿En qué estado está la conformación del Consejo Económico y Social?

-Hay una necesidad de articular una instancia de concertación, de concordancia, de crear esa cultura de la tolerancia, de sabernos escuchar para salir del callejón en el que únicamente hablamos con los que piensan igual que nosotros. Pero hablar de un Consejo Económico y Social  por ahora me parece que todavía está muy verde. Está madura la idea y creo que el Presidente tiene en claro que es una gran herramienta que nos puede dar la posibilidad de despegue de la Argentina. Ahora tiene que haber una confianza establecida para que en esa mesa los convocados empecemos a debatir qué país queremos y cuáles son las metas y la brújula para llegar a esas metas. Y aunque no estemos de acuerdo en algunas cosas nadie se tome el derecho de levantarse e irse de la mesa. Todo esto se recrea a partir de la confianza y quien da la confianza en este caso, por el nivel de supremacía que tiene, es la política, que es hoy quien tiene el timón, un nivel de gerenciamiento de las relaciones interproductivas e intersectoriales porque fue la que determinó cuando salir, cómo salir y en qué momento, que industria se para, que industria se activa. La política en el mundo comenzó a tener un rol protagónico como para desarrollar una línea de pensamiento y una observación para un desarrollo y planificación estratégica de crecimiento atendiendo a la nueva normalidad. Lo importante es que tenemos que ir por un nuevo proceso económico y productivo porque el mundo está contagiado de desigualdad y si seguimos con este tipo de distribución indudablemente las cosas se van a poner peor.

-¿Hay posibilidad de un diálogo fructífero frente a las críticas de algunos sectores empresarios hacia algunas decisiones del Gobierno por ejemplo con el tema del impuesto a la riqueza o la situación de Vicentín?

-Todos estamos extremadamente sensibilizados y en la incertidumbre cunde el pánico en los distintos sectores, algunos más justificados, otros menos. Creo que hay que recrear la confianza y saber distinguir que hay dos acciones, puede haber una acción táctica y un desarrollo estratégico. Me parece que si la acción táctica, como en este caso que es el impuesto que es algo necesario, pero que genera un debate político, económico, uno tiene que tener la capacidad de contención, de explicación, de interactuar con los sectores que pueden sentirse resentidos por esta situación como para que sepan que hay una estrategia por sobre todas las cosas. Si el panorama gira solo sobre lo táctico cada uno se aferra a sus condiciones, pero si hay una explicación estratégica, que nos conviene a todos, que no me benefician al principio pero a lo mejor me van a dar un resultado superlativo mañana o pasado.

-¿Faltó esa contención de parte del Gobierno por ejemplo?

-Puedo pensar que esa instancia se agotó y a lo mejor no se difundió como se tenía que haber difundido. Por ejemplo es muy particular la situación del caso Vicentín que se impuso una acción táctica y no se le aclaró a la sociedad debidamente y aun aquel que se había perjudicado por lo que hacía Vicentín salió a apoyar a la empresa. Uno tiene que tener la humildad de poder trasladarle a los distintos sectores que pueden recibir esta decisión como algo negativo, pero si no tienen una perspectiva de que le digan esto es para tal cosa y significa que vamos a poner el funcionamiento económico, esto es lo que está faltando. Hoy a lo mejor tengo que ceder, no reclamar tal cosa pero da oportunidades para que mañana todos podamos encontrar los resultados que queremos. El tema es muy claro, acá todos defendemos intereses.

-¿Hay problemas de comunicación o falta de contención en algunas cuestiones en el vínculo del Gobierno con la CGT? Hubo algunos planteos, algunas críticas, como el tema de la reforma de la movilidad jubilatoria.

-Todo se vincula a cómo se da la información y dónde se toman las decisiones. Nadie pone en tela de juicio que el que gobierna tiene la soberanía de determinar las políticas, pero si me parece que hay mecanismos como para que en temas tan particulares o sensibles es necesario agotar la instancia de la conversación, de la información, de escuchar a todos como para que cada sector sepa de qué se trata. Hay un argumento establecido y comunicado. Pero si la noticia sale así de un día para otro y de una manera no lo suficientemente clara, se genera más incertidumbre y todo el mundo reacciona. Seguro esta propuesta debe haber sido analizada por parte del Gobierno, pero no fue bien comunicada a los sectores que potencialmente representamos la demanda. Esa es la cuestión.

-¿Cree que la voz de la CGT es tenida en cuenta dentro del Gobierno?

-La verdad no tengo elementos para decir. Me interesa que la CGT tenga la vos para representar a todos los trabajadores en sus necesidades. El Gobierno tiene que analizar atendiendo el reclamo de todos los trabajadores, y nosotros somos la voz de los trabajadores en toda su dimensión, los que están en relación de dependencia, los informales, los sectores vulnerables también. Por eso nosotros nos trazamos una alianza estratégica con los dirigentes de los movimientos sociales para tener un potencial en la mesa chica donde se toman las grandes decisiones. Tenemos que reclamar, reaccionar y lo que queremos es que haya justicia social lo más pronto posible. Y nadie se puede enojar porque eso sea un planteo de la CGT. El que tiene que mostrar el equilibrio y observar las prioridades y los tiempos y las maneras es el que gobierna, no la CGT.

-¿Les preocupa lo que pueda comprometer el Gobierno en materia de ajuste de gasto público para lograr un acuerdo con el FMI?

-No me preocupa porque estoy convencido que en el Gobierno saben y son portadores de esta idea de que no hay margen para ningún tipo de ajuste. Lo que sí hay es necesidad de generar un desarrollo de mayor disciplina y mayor control como para reperfilar los recursos que a lo mejor no se están utilizando bien como para tenga un impacto diferente. Apuesto a eso porque los conozco y he hablado con la gente del FMI y también transmitimos que no hay margen para ningún tipo de ajuste. El tema es ver cómo se puede generar una situación como para resolver el nivel de endeudamiento, donde el FMI es corresponsable de eso, porque nunca había dado un crédito de ese nivel para fuga de capitales y para algo que no tuvo nada que ver con el desarrollo y el crecimiento de la Argentina. Hay una corresponsabilidad del FMI y sus autoridades así lo dejaron observar.

-No va a haber un ajuste entonces.

-No se banca la sociedad ninguna posibilidad de ajuste y la política está muy determinada y el eje central de quien conduce que es Alberto Fernández  sabe y es uno de los que mejor va a defender que es imposible un ajuste. Como el mismo dice: una cosa es el esfuerzo y otra cosa es el sacrificio. El pueblo argentino no tiene más margen para sacrificios. Si para esforzarse porque nosotros vamos a honrar como país la deuda que hemos contraído, más allá de la responsabilidad que podamos analizar de aquellos políticos que tomaron esa decisión.

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