Grieta en la CGT: el Consejo de Mayo y el apoyo a CFK recalientan la interna

Grieta en la CGT: el Consejo de Mayo y el apoyo a CFK recalientan la interna

La participación de la central en la mesa de diálogo con el gobierno y la ausencia en la marcha del 18 ahodan diferencias a pocos meses de las elecciones.

 

Por José Maldonado

 

La ausencia de la CGT en la movilización de la semana pasada en defensa de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y la decisión de acudir al llamado del gobierno de Javier Milei para sumare a la mesa de diálogo del Consejo de Mayo parecen haber terminado de partir aguas en la central obrera.

A menos de cuatro meses de las elecciones internas, en la CGT se profundiza la grieta entre dos sectores. Por un lado, la alianza de gremios que lleva las riendas en la mesa de conducción, que tienen como ejes centrales a Héctor Daer, Hugo Moyano, Gerardo Martínez (de UOCRA) y Andrés Rodríguez (de UPCN), entre otros. Por otro, el ala crítica que presiona desde los márgenes para endurecer posiciones e iniciar un plan de lucha hacia un cuarto paro general, que tiene como caras visibles a Abel Furlán (UOM), Mario Manrique (SMATA) y Sergio Palazzo (La Bancaria).

 

 

En las últimas horas, la presión sobre la mesa de conducción fue en aumento tanto desde adentro como desde fuera de la CGT. Este miércoles hará su presentación en sociedad con una movilización callejera hacia el Ministerio de Desregulación, que encabeza Federico Stuzenegger; el Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, un conjunto de 150 gremios combativos, movimientos sociales y estudiantiles para sumar masa crítica contra el gobierno libertario.

De la multisectorial forman parte, además de las dos CTA, la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (CATT) que nuclea a camioneros, ferroviarios y aeronáuticos, la Federación Portuaria y la UOM.

Son los gremios con posturas más críticas, que buscarán con la movilización de hoy por las calles del centro porteño profundizar el contraste con la imagen de la otra parte de la CGT sentada a la mesa de diálogo con el gobierno de Milei en el Consejo de Mayo.

Frente crítico en Azopardo

Después del tercer paro general contra Milei de abril pasado, en la CGT las divisiones internas fueron quedando cada vez más expuestas. El proceso que abrió el gobierno libertario de techo a las paritarias y ataques frontales al sindicalismo, con decretos que limitan el derecho a huelga y avanzan sobre aspectos de la agenda de reforma laboral, mutiplicaron las voces críticas que reclaman una política más confrontativa.

En un escenario con cada vez más conflictos salariales abiertos, el tándem de gremios que llevan los hilos en Azopardo terminó apostando nuevamente por el diálogo con el gobierno para intentar minimizar el impacto de esas medidas y tratar de encontrar puntos de acuerdo para los expedientes salariales más calientes.

"No cumplieron con nada de lo que dijeron el año pasado. No tienen palabra", fue el argumento que pusieron sobre la mesa. Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y líder de la CATT fue uno de los que alzó la voz para oponerse en la última reunión de CGT a la participación en esa mesa de diálogo.

Consejo de Mayo

Gerardo Martínez, titular de UOCRA, fue el designado para la foto con el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, Sturzenegger y empresarios en el Consejo de Mayo que tuvo su reunión el martes. La CGT fue con una agenda que incluyó reclamos por paritarias libres, el avance sobre el derecho a huelga y la situación de los jubilados, entre otros.

"No vamos a dar ni un paso atrás", dijo Martínez al salir de la reunión. "El Gobierno tiene que tener claro el programa de gobierno que tiene y eso se tiene que canalizar en una escucha de sectores que se ven perjudicados en ese proceso", agregó.

Pero en la CGT son cada vez más los dirigentes convencidos de que el gobierno de Milei no cumplirá con los eventuales acuerdos que puedan salir de esa mesa, igual que lo hizo el año pasado después de las reuniones en la Casa Rosada.

Interna por CFK

El moderado respaldo a CFK tras la confirmación de la prisión domiciliaria y la ausencia en la marcha de la semana pasada a Plaza de Mayo parecen haber terminado de partir aguas. La jugada disparó críticas abiertas desde el ala de gremios kirchneristas de la CGT, como la UOMA Furlán, SMATA, Bancarios y Judiciales, y aceleró la dinámica de la pelea interna.

El metalúrgico Furlán -que viene subiendo el perfil en la pelea interna- fue el más duro, al reclamar que se discuta en Azopardo un plan de lucha “sostenido y escalonado” contra el ajuste y la “proscripción” de la ex presidenta condenada por corrupción.

La decisión de esa postura cuestionada, que tuvo como principal impulsor a Hugo Moyano y que recrea los viejos rencores entre la CGT y CFK, fue una bisagra. En los próximos cuatro meses hasta las elecciones internas, la convivencia será cada vez más complicada.

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