La Juventud Sindical cumplió tres años de vida y retruca los desafíos

La Juventud Sindical, fundada el 27 de mayo del 2019, celebró el tercer aniversario desde su creación y busca nuevos objetivos.

La Juventud Sindical de la CGT cumplió tres años desde su fundación. Aquella juventud que se gestó en medio de una realidad argentina distinta en el seno bien interno de la CGT, y que luego pretendieron ser lo que finalmente lograron: una organización amalgamada y no producto solo de un momento.

Aquella Juventud Sindical que recuerda permanentemente “a los compañeros muertos y desaparecidos”. Aquella JP que se vanagloria que “a pesar de las bombas y los fusilamientos”, no la han vencido. Aquella que levanta las banderas “del peronismo de Perón”.

El 27 de mayo de 2019, durante un gobierno distinto y con el aval absoluto del CD de la CGT nació una organización que hoy cuenta con más de 60 gremios en su estructura, pero que en aquel Felipe Vallese había cerca de 35.

La JSP de la CGT brega por una sola clase de peronismo y lo remarcan en cada reunión. La doctrina peronista de la Justicia Social, del pleno empleo y la que enarbola que “los sindicatos son de Perón”.

 La epopeya

Cualquiera podría creer (y con cierta lógica) que una estructura sindicalista o de cualquier rama que se fundara en medio de una campaña electoral podía durar solo un par de meses. Sebastián Maturano y Cía. sorprendieron al medio con un encadenado que luego continuó edificando. Primero 35, hoy más de 60…

A la actualidad, la Juventud Sindical Peronista cuenta con áreas propias como Género, Acción Social, Medio Ambiente, Deportes, Capacitación, entre otras, y en breve se creará la de Comunicación. Porque la política es comunicación, y el conjunto lo entendió de esa manera.

El quiebre era la primera opción. Pero no la única. Y “los pibes” fueron por más. Hay chicos y chicas que oscilan entre la última etapa de la adolescencia y la adultez temprana. Otros poseen experiencias más nutritivas y cuentan con varias juventudes en su haber. Y esa combinación está sirviendo a la permanencia.

  La proyección

Todo es político. La premisa está clara. Aquellos que llevan un plato de comida a un barrio. Que se acercan a un hogar de niños a proveer de frazadas o se meten en medio de una isla del Tigre a llevar elementos a las escuelas: eso es la Política. Pero no confundir. Eso es hacer política. La política es transformadora. Pero no con las grandes decisiones (esas también transforman, claro). Pero las pequeñas acciones diarias y desinteresadas son “Política”. De la buena. De la que no debe faltar nunca.

El conjunto sabe que eso no debe dejar de existir. El peronismo radica allí. En las bases, con los desprotegidos. En los barrios, en las escuelas, los comedores y en el barro.

Pero hay otra faceta, y también es importante. Esa que lleva a los militantes a transformarse en dirigentes. Al lugar de decisión. A involucrarse de lleno en las esferas altas de un país. Y claro que sí, hoy Argentina necesita dirigentes que hayan militado. Que hayan creído alguna vez que los que menos tienen…tienen que tener más. Tienen que tener educación y salud y esta, comprendida como biopsicofisica. Que aquellos que no comen todos los días deben hacerlo, porque así tendremos un país con bases solidas.

El sindicalismo es capaz de ello. El sindicalismo es capaz de conocer en profundidad cada realidad social. La ferroviaria, que ha sufrido el desguace más grande de la historia del transporte nacional; la judicial, que pelean todos los días por la credibilidad de un sistema que otros se han encargado de menguar; la marítima, que es parte de una cueva de oro y que la “alta política” no la explota para alcanzar la supremacía de nuestros mares, cuna excepcional para el crecimiento de nuestra política internacional; la legislativa, con trabajadores y trabajadoras que son víctimas de que esa alta política deprecie la función pública pero que nada funcionaría sin esa pata; la de los panaderos, parte de un sector esencial y ligado con la esencia argentina, los colectiveros, que si pueden dar cátedra es de inseguridad y si hay algo que conocen es el mapa profundo y los ojos de cada uno de los sobreviven día a día…en fin.

Llegar ahí. Militar la idea y transformarla en realidad. Llegar dependerá del trabajo grupal pero también del individual, de creer que es necesario. De saberlo urgente. Que quienes conocen la realidad argentina puedan estar en espacios para cambiarla y no solo ser simples espectadores de la historia. Formar parte de ella.

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