De Lali al salario mínimo, la CGT retoma protagonismo en la tensión con Milei

De Lali al salario mínimo, la CGT retoma protagonismo en la tensión con Milei

Con un sutil tuit en respaldo a Lali Espósito y un duro comunicado contra el Gobierno por el fracaso del Consejo del Salario, la CGT retomó el perfil de protagonismo opositor que tuvo en el primer mes de la gestión de Javier Milei. La central obrera marcó la "absoluta ajenidad" que muestra el Ejecutivo frente al drama social de los argentinos y recortó un tramo de la entrevista del Presidente en la que celebró el bajo nivel de los salarios. 

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FERNANDO CIBEIRA

Previsiblemente, la reunión del Consejo del Salario Mínimo fracasó, en un contexto en el que el gobierno de Javier Milei y las cámaras empresariales formaron tándem contra las centrales de trabajadores. "El Gobierno evitó por todos los medios posibles que la reunión se desarrollara con normalidad, los empresarios encabezados por la Unión Industrial Argentina fueron complacientes con esa estrategia y no formularon propuesta alguna", afirmó la CGT, que busca de retomar el rol opositor protagónico que tuvo en enero con la multitudinaria movilización y paro general del 24. De manera sutil, la central también se solidarizó con Lali Espósito -de nuevo víctima de un ataque presidencial- al publicar en un tuit  con una imagen de Milei y el texto "Qué peligroso. Qué triste", ya célebre reacción de la cantante al triunfo del libertario en las PASO de agosto. A partir de ahí, Lali se convirtió en objeto de ataques e insultos de parte del hoy presidente y sus acólitos, casi tantas agresiones como las recibidas por los salarios.

La reunión no tuvo nada que ver con las que se realizaron durante la gestión anterior, donde todas las partes hacían un esfuerzo para llegar a un rápido acuerdo. Esta convocatoria al Consejo del Salario debió realizarse en enero, pero fue postergada justamente por la protesta convocada por la CGT por la reforma laboral de hecho que incluía el mega DNU de Milei. La central obrera accionó judicialmente y consiguió un éxito tras otro hasta que la Cámara del Trabajo determinó, a fines de enero, que esas modificaciones a las normas laborales eran inconstitucionales. El Presidente -que ya dejó en claro con la ley Omnibus que no es de recibir bien las derrotas- no tiene en sus planes facilitarle las cosas a la central.

La CGT y las dos CTA pidieron un 85% de recomposición, lo que dejaría al salario mínimo en 288.600 pesos. De acuerdo al relato de los gremialistas, hubo silencio de radio de las cámaras empresarias frente a la propuesta y la reunión fracasó con la clara complicidad del Gobierno, representando por el secretario de Trabajo, Omar Yasín. "El gobierno acompañó la pasividad del empresariado, que no presentaron ninguna propuesta, solamente una actitud extorsiva de querer imponer que el aumento fuera a partir del mes de marzo", sostuvo la CTA. Nada raro viniendo de este Gobierno, que ahora deberá definir el nuevo salario mínimo por decreto. Por ahora, el mínimo se mantiene en 156 mil pesos. 

La cuenta de la CGT registró la gaffe presidencial durante la entrevista del miércoles en La Nación Más. Milei admitió que los salarios estaban tan bajos que no existían "restricciones efectivas" para el mercado laboral. Es decir, existe una flexibilización de hecho. La cuestión es que frente a esos "salarios de miseria" -como los definió uno de sus entrevistadores-, Milei no sólo no hace nada para mejorarlos sino que hasta parece festejarlo porque le resuelve la situación del mercado laboral y hasta le resultaría más sencillo dolarizar. Un momento que se acerca, según sigue prometiendo. Ante esta situación, es lógico que la central busque nuevamente ocupar el centro de la escena y resistir la avanzada.

"Que Milei se suba a un tren a ver si lo aplauden como en un avión", ironizó Pablo Moyano, uno de los secretario generales de la CGT. Acostumbrado a llevar la voz cantante de los sectores más combativos, desde que arrancó la gestión libertaria el camionero se mueve codo a codo con el co secretario Héctor Daer. Y junto a ellos dos el resto de la mesa chica de la central de Azopardo, incluso de los sectores más dialoguistas que no encuentran interlocutor confiable en la Casa Rosada. Además, el Gobierno promete que los artículos de flexibilización laboral del DNU que la justicia declaró nulos, irán a parar a un proyecto de ley que enviarán al Congreso y confiar aprobar. Probablemente, Milei lo anuncie en su mensaje del 1 de marzo. Moyano no descartó que pronto se convoque a un nuevo paro general. "No falta mucho para que se vuelva a movilizar", avisó en diálogo con El Destape Radio.

Así como se la agarró con los gobernadores y quitó los fondos para el transporte y los docentes, Milei tiene en la mira a los sindicatos y promete hacer pasar la motosierra por las obras sociales. El Gobierno ya evitó durante enero girar los fondos con los que subsidia los tratamientos complejos de alto costo, pero promete afectar más recursos. Por ejemplo, los que se destinan a solventar la educación y el transporte de discapacitados, un sector vulnerable al que también afectaron las políticas de ajuste del macrismo. Si tuvieran que solventar esos servicios con fondos propios, aseguran en las obras sociales, para fin de año ya acumularían un pasivo imposible de financiar. 

Ya hubo dos funcionarios removidos en el Gobierno por considerarlos demasiado cercanos a los sindicalistas. El primero fue el subsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, a quien responsabilizaron por aquella foto y acuerdo con el sindicato de Comercio de Armando Cavallieri, el mismo día que la CGT realizó su primera protesta en Tribunales. El segundo fue el superintendente de Salud, Enrique Rodríguez Chiantore, reemplazado por Gabriel Oriolo, con quien la cúpula sindical no tienen ningún diálogo. Es él justamente quien debe decidir sobre el envío de los subsidios para las obras sociales.

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