Los años eleccionarios suelen "freezar" las búsquedas laborales no esenciales, pero este año se sumó el "condimento" de la reforma laboral.
Por Paula Krizanovic.
En la última semana tanto el presidente Javier Milei y su vocero oficial, Manuel Adorni, así como el ministro de Economía Luis Caputo, insistieron sobre un proyecto de Ley que el Poder Ejecutivo enviaría al Congreso para profundizar la reforma laboral iniciada en 2024 con la Ley de Bases.
Lejos de considerarla una polémica "piantavotos", en la recta final hacia las urnas el oficialismo parece apuntar de lleno al potencial de estas medidas que fueron promesa de campaña de La Libertad Avanza en 2023. Las consecuencias en el mercado laboral se están viendo, y no le auguran una victoria en el plano del empleo, al menos en el corto plazo.
El fondo de cese laboral como alternativa para la indemnización por despido, el fin de las multas por no registración o registración defectuosa, límites a los topes indemnizatorios por juicios laborales, la posibilidad de tener hasta una cantidad de empleados a tiempo completo sin que estén en relación de dependencia, la extensión del período de prueba de 3 a 6 meses, son algunas de las medidas que ya modificaron la normativa laboral vigente en el país. Pero como advirtió en más de una ocasión el Presidente, es solo el principio.
La reforma laboral regresa a la agenda política
Meses atrás, en un discurso que dio en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Milei aseguró que su gestión profundizaria la reforma laboral después del 11 de diciembre, es decir, tras las elecciones legislativas y a dos años de haber asumido la Presidencia. Sin embargo, en las últimas dos semanas, y tras haber acordado un swap con Estados Unidos que le permitiría manter a raya el dólar y la gobernabilidad, la reforma volvió a retomar el centro de la escena política, casi como con urgencia.
¿Por qué el oficialismo trae ahora la reforma laboral como eje de su narrativa en medio de la campaña? "El Gobierno está en una situación de alta complejidad. Es como si dieran por descontado una derrota (en las elecciones) y empezaron a adelantar temas de gestión, como los cambios en el Gabinete, la incorporación de Santiago Caputo en un rol más formal, la reforma laboral, etc." le dijo a este medio el analista político Gustavo Córdoba.
El también director de la consultora de opinión pública, Zuban Córdoba, se encontraba sorprendido por el giro temático de los últimos días. "Aún no recibieron el veredicto electoral pero ya están pensando en el día después, y la reforma laboral se incluye en esa lógica. El Gobierno quiere dar señales de continuidad, de estar comprometidos a dar las reformas que el país necesita, independientemente del resultado electoral."
En ese marco, Córdoba ve solo dos escenarios posibles para los comicios. Descarta una derrota al nivel de lo ocurrido en la Provincia de Buenos Aires y considera más realista la posibilidad de que a nivel nacional La Libertad Avanza pueda perder por poca diferencia. "Puede perder en muchas provincias pero en el conteo global la diferencia con el Peronismo no va a ser tan importante", afirmó.
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"Este último escenario explica por qué retoman ahora la reforma laboral. Porque están leyendo esa recuperación en la que pueden terminar perdiendo por poco margen y con posibilidades de continuidad. Después del 26 de octubre, podría haber un reseteo, un gobierno de coalición con los sectores que antes fueron aliados al Gobierno antes y volverían a serlo", sentenció.
De la misma manera, Federico González, líder de la consultora Federico González y Asociados, consideró que solo se pueden hacer conjeturas sobre esta aparente contradicción de volver sobre un tema que resta votos a pocos días de ir a las urnas. Arriesgó que es posible que desde adentro del Gobierno lo vean como un regreso a su agenda original: "Una hipótesis podría ser que para recuperar unos votos perdidos es necesario volver sobre las transformaciones profundas, del cambio duro o a fondo. Y dentro de esa agenda original, la reforma laboral es un ícono."
"De paso, se congracían con el sector empresario, tanto pyme como de grandes empresas, y es una señal para los mercados. Si existe esa racionalidad, es un retorno al discurso más 'Milei puro'", analizó en diálogo con iProfesional.
Reforma Laboral como tema de campaña
En los últimos días los principales referentes del Gobierno no se guardaron nada sobre la intención de enviar pronto el paquete de reformas al Congreso. Tras reunirse con su par estadounidense, Donald Trump, como parte de su plan para "Hacer Argentina Grande Otra Vez", Milei se refirió a la reforma laboral y dijo que buscará ofrecer "un marco jurídico en lo laboral claro, simple y predecible, que deje de ser un obstáculo para la contratación".
Por su parte Adorni comentó en su paso por el Coloquio IDEA, la cumbre anual empresaria que se lleva a cabo en la Ciudad de Mar del Plata, que se deben "otorgar mayores libertades a la hora de pactar contratos laborales, ofreciendo, entre otras cosas, la posibilidad de fijar el contrato en la moneda en que ambas partes decidan, sin topes como los que existen en la actualidad".
Al respecto, agregó: "Necesitamos que las empresas, desde las más chicas hasta las más grandes, puedan y quieran contratar gente. Para eso tenemos que cambiar el marco vetusto vigente, que pone trabas innecesarias a quien desea emprender. La actual reglamentación laboral es un lastre".
A su turno, en el mismo evento el ministro Caputo mencionó que el actual régimen de trabajo es "arcaico, rígido e imprevisible" y sostuvo que es la razón "por la cual el empleo no crece desde 2011, con todas las dificultades que genera contratar gente, en particular para las pymes, que a veces tener que despedir a alguien puede simplemente hacer que tengan que cerrar su empresa o su emprendimiento".
En este sentido, el mensaje del ministro de Economía fue el de tomar medidas para elaborar un régimen laboral más ágil y dinámico, que termine con la industria del juicio, "que favorece a un puñadito así en contra de todos los argentinos".
Claves de la reforma laboral de Milei y Caputo
Los mayores referentes del oficialismo promulgan que uno de los objetivos principales que persiguen es la transformación de la Ley de Contrato de Trabajo, a la que consideran un sistema "arcaico", "rígido" y culpable no solo de que no se genere empleo registrado desde 2011 en Argentina, sino también de la alta litigiosidad laboral que desalienta la contratación de talento.
Por eso, las medidas propuestas hasta el momento para la reforma laboral son, entre otras:
- Libertad de negociación colectiva
- Contratación en moneda extranjera
- Revisión del régimen indemnizatorio
- Periodo de prueba y modalidades de contratación
- Mayor previsibilidad en las relaciones laborales: se pondrá fin a la "industria del juicio"
- Mayor flexibilidad y libertad para el trabajador
- Simplificación registral: emprender, contratar y registrar trabajadores debe ser más fácil y menos costoso.
- Modernización de los convenios colectivos: hay que dejar atrás las estructuras vigentes desde hace más de 70 años
El objetivo último de las reformas que consideran "de segunda generación", sería simplificar las contrataciones, reducir sus costos y sus riesgos. De esta manera, esperan que los cambios redunden en un aumento del empleo registrado en el país.
Impacto en el mercado de trabajo
En estos días al Gobierno no le sobraron victorias. De hecho, tras perder en las elecciones bonaerenses -con la consecuente suba del dólar y pérdida de valor de acciones y bonos argentinos de los días que siguieron-, y las duras derrotas en el Congreso, cuando se revirtieron los decretos de necesidad y urgencia firmados por el Presidente en materia de salud y educación, sobrevino la polémica por el swap de monedas con Estados Unidos y los contradictorios dichos del presidente Donald Trump, que el oficialismo luego salió a explicar.
Es dificil que en materia de empleo pueda encontrar una victoria que tanta falta le hace, al menos en el corto plazo antes de las elecciones: los cambios ya instaurados por el Gobierno de La Libertad Avanza no vienen teniendo el efecto esperado en la generación de trabajo registrado.
De hecho, datos oficiales de la Secretaría de Trabajo, en base al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), mostraron que en julio pasado (último dato disponible) el empleo asalariado llegó al nivel más bajo desde diciembre de 2023, y que desde la asunción del actual Gobierno se perdieron más de 200.000 puestos de trabajo, sumando a los del sector privado, los del Estado y los de casas particulares.
No solo eso sino que también el nivel de informalidad es el más alto desde 2003 e impacta en casi 4 de cada 10 asalariados que trabajan en relación de dependencia (37,7%). Un análisis del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) indicó que la tasa de informalidad en el total de los ocupados fue 43,2% en el segundo trimestre de 2025, de acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC). Esto implicó un aumento de 1,6% a nivel interanual.
Pero vale la pena mencionar también que en los años electorales suele haber cierta ralentización del mercado de trabajo, ya que en las empresas muchas inversiones y proyectos se ponen en pausa hasta que se define el escenario político y pasa el momento de mayor inestabilidad.
Eso lo ratificó también el último reporte de la plataforma de búsqueda de empleo y talento Bumeran, que analizó el impacto de las elecciones en el mercado de trabajo. Entre algunas de sus conclusiones más preocupantes, se destaca que el 62% de los especialistas de Recrusos Humanos encuestados no realizó ni planea realizar procesos de selección de personal durante el período electoral.
Al evaluar los efectos negativos de las elecciones, el 76% de los consultados consideró que la incertidumbre económica se traslada al mercado laboral; el 58% señaló la pérdida de valor de los salarios; otro 58%, la caída del empleo formal; y el 44% apunta a políticas desfavorables para el mercado laboral, como restricciones en los beneficios. A la vez, para el 76% el periodo de elecciones aumenta la preocupación de los talentos por la estabilidad laboral. El 68% indicó que genera incertidumbre sobre el futuro laboral.
Y el saldo es estremecedor: un 55% de los responsables del área consultados aseguraron que despidieron o planean despedir personal en el ciclo electoral.
Aún así, Javier Milei y el equipo económico planean cambios estructurales a la legislación laboral y apuntan con ellos a la creación genuina de empleo registrado. Hasta el momento, los cambios ya implementados no confirman esa teoría. Queda por ver qué ocurre una vez que finalize el período electoral, con la esperanza de que el largo plazo si sea un escenario positivo para el empleo.
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