La afirmación corresponde a Micaela Polak, secretaria de Género del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) quien considera fundamental lograr la conducción de las Centrales Obreras. “Estoy segura que podemos darles una impronta todavía más combativa”, manifestó. Compartió, también, su preocupación por la situación de los trabajadores del sector. “Hay un desprecio de esta gestión por los medios públicos”, aseguró.
Por: Eva Herrera.
En esta nueva entrega del Ciclo, que comparte las historias de mujeres sindicalistas quienes desde sus espacios aportan una visión especial de entender la construcción colectiva y la defensa de los derechos, dialogamos con Micaela Polak secretaria de Género del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) y trabajadora de Radio Nacional.
En esta entrevista con Enfoque Sindical la dirigente sindical compartió detalles de su historia personal y de la situación que atraviesan las y los trabajadores de Radio Nacional como parte de la política del Gobierno Nacional respecto de los medios públicos.
Polak, una sindicalista decidida y clara en sus conceptos denota convicción en cada una de sus palabras. Considera que no es posible militar sin esperanza y que cada acción es importante para intentar cambiar la realidad. Asegura que “necesitamos transformar para vivir con alegría y esperanza”.
Tiene, además, muy presente que la participación de las mujeres en el ámbito sindical es fundamental y que lograr conducir las Centrales Obreras sería un gran paso. “Estoy segura que podemos darles una impronta todavía más combativa”, remarcó.
¿Cómo y cuando nació su camino dentro del sindicalismo?
En 2017 comencé a ser delegada. Me había afiliado al SIPREBA que nació en 2015. Apenas se formó el sindicato me afilié. No estuve afiliada a la UTPBA porque era parte de todo aquello en lo que no creo dentro del sindicalismo. No lo sentía como una herramienta representativa. Yo trabajaba en Radio Nacional y había tenido algunos llamados de la conducción de la UPTBA para que rompiera paros cuando era precarizada. No me invitaba a ser parte de eso ni siquiera para transformarla desde adentro. Tenia otro tipo de militancia: más política partidaria y en algún otro momento cultural. En el SIPREBA si encontré las herramientas para transformar la realidad tomando como idea que el movimiento obrero organizado es la columna vertebral. En este momento si creo que podemos hacer ese camino: desde el SIPREBA, la FATPREN y la CGT deberíamos marcar el rumbo de la clase trabajadora en nuestro país.
¿Encontró resistencia a su participación en el ámbito sindical?
La verdad es que no. Desde la primera Comisión Interna que integré cuando me sumé al sindicato la idea era acompañar. Muy pronto en la conformación del sindicato tuvimos esa paridad. No se trata sólo de una paridad de números. Realmente, las mujeres y diversidades, tenemos un lugar fundamental en nuestro Sindicato. Decidimos, a la par de los varones, muchas cosas. De hecho la conducción actual tiene dos Secretarias Generales Adjuntas mujeres (Ana Paoletti y Carla Gaudensi). Esto es un reflejo de lo que pasa realmente hacia abajo. No es sólo una foto.
¿Cuenta con el apoyo de su familia para llevar adelante su labor sindical?
Si, y pensando en la pregunta anterior diría que si bien en la estructura sindical no hay una resistencia a que participemos las mujeres nosotras tenemos la resistencia impuesta socialmente que son las tareas de cuidado que debemos atender. Sin el apoyo de la familia y sin poder delegar alguna de estas tereas en otros integrantes se hace imposible porque nosotras tenemos la jornada laboral, la jornada de cuidados y le agregamos lo sindical. Estas tres jornadas no tienen límites (salvo la laboral que tratamos de respetar los horarios de trabajo). Para el resto es todo el día porque somos madres y delegadas todo el día. Cuando el límite se hace difuso es fundamental el apoyo de la familia. De otro modo la tarea no se podría llevar adelante. En mi caso particular afronté las responsabilidades sindicales siendo mis hijos ya grandes.
¿Considera que resignó algo al dedicarse al sindicalismo?
Siempre se resignan las cuestiones individuales. Soy estudiante universitaria y más de una materia por cuatrimestre no puedo avanzar. Si bien tomo esta carrera como parte de mi formación que aporta a la conducción colectiva creo que una resigna todo el tiempo. Sentimos como obligaciones personales las que son del colectivo. Hay una responsabilidad colectiva que implica resignaciones personales que no nos pesan, pero si existen.
¿Cómo surge su trabajo vinculado a la cuestión de género?
Empecé a ser consciente de la diferencia y de la doble presión que tenemos las mujeres trabajadoras una vez que fui madre. Siempre había participado de organizaciones y nunca había entendido esa dificultad que teníamos en la participación y sobre todo en la toma de decisiones. No se trata de que no ocupamos lugares de decisiones porque no nos interesa o porque los varones son más idóneos, sino que nos tenemos que dedicar a otras cuestiones que nos quitan el cuerpo de una reunión por estar amamantando, gestando o cuidando a nuestros viejos. Eso nos quita el cuerpo de los lugares donde están nuestros compañeros varones. A partir de esa conciencia fue que esos temas comenzaron a rondar en las discusiones y todo lo que fue pasando en el país con la campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Allí empezaron a tomar protagonismo algunos temas. Como alguien que tiene interés en la política nacional eso comenzó a tener resonancia. A partir de mi propia historia y la del país esos temas se volvieron ineludibles y comencé a especializarme.
¿Cuáles son los desafíos actuales para las mujeres dentro del sindicalismo?
Creo que sería interesante que se entienda en el conjunto (mujeres, varones, no binaries) que no sólo tenemos que ocuparnos nosotres de los temas de género, sino que podemos conducir cualquiera de las instancias que hacen a una comisión directiva de un sindicato. Nosotras podemos hacernos cargo de cualquiera de las cuestiones que hacen al sindicalismo. Necesitamos conducir en lugares de mayor relevancia. Creo que tenemos una visión del mundo al que hemos visto desde las revoluciones feministas. Damos vuelta la lógica del poder y por ello sería interesante que podamos estar al mando de las organizaciones obreras que son las que marcan cómo se mueve el mundo.
¿Cuál es la situación de los trabajadores de Radio Nacional?
Si bien parece que la Radio en Buenos Aires es la que está mejor equipada y que tenemos la posibilidad de discutir con las autoridades, lo cierto es que muchos casos no la estamos pasando bien. Carecemos de herramientas de trabajo y tenemos una exposición frente a las autoridades que implica una mayor responsabilidad de nuestra parte en la lucha. Sabemos que representamos a muchos compañeros en las 49 emisoras. Tenemos que organizarnos de tal manera que lo que hagamos tenga una repercusión muy fuerte. En ocasiones es difícil, tenemos la lupa muy sobre nuestras cabezas. Estamos sufriendo, además, los retiros voluntarios lo que hace que cada semana se vaya un compañero de la Radio. Muchos compañeros también enfrentan el pluriempleo: se van de la Radio para, por ejemplo, hacer repartos de mercadería. Eso hace que estemos en una situación muy precaria. Hay un desprecio de esta gestión por los medios públicos. Es una política que estemos mal para tapar la realidad del país que está sufriendo el modelo económico.
¿Cómo se enfrenta la lucha cotidianamente?
No se me ocurre poder militar sin esperanza incluso a largo plazo: la humanidad va a encontrar su camino para vivir en armonía. En lo coyuntural todos los días necesitamos alguna acción que nos muestre que no estamos siendo indiferentes a esta realidad que nos toca en la Radio y en el país. Sabemos que la situación de Radio Nacional no va a mejorar sino no mejora el país. Necesitamos transformar para vivir con alegría y esperanza.
¿Qué mensaje dejarías las mujeres que hacen sus primeros pasos dentro del sindicalismo?
Que tienen un camino que es arduo por más que esté allanado por una historia de mujeres que han trabajado desde el principio del sindicalismo. Muchas mujeres han querido ser borradas de la historia. Necesitamos seguir apostando cada vez más para conducir las organizaciones obreras porque estoy segura que podemos darles una impronta todavía más combativa. Les diría que tengan esperanza y mucho compromiso porque sin dudas vamos a vencer.
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