Radicalizado

Radicalizado

Pesadilla de banqueros, descoloca a Macri: incarpeteable, no aplica para mafia sindical. Y ametralla con paros para detonarle la paritaria. De la cuna boina blanca a la toma de la CGT a upa de Moyano.

 

Cuando los sabuesos de Cambiemos comenzaron a buscar su prontuario, se toparon con un problema: incomodar al dirigente que puede paralizar al sistema financiero demandaba otro esfuerzo y otra creatividad. Así surgió la idea de presentar como “sindicalista K” al líder de un gremio que hizo 15 paros en rechazo al Impuesto a las Ganancias durante el gobierno de Cristina Kirchner.

En la temporada de lucha de Mauricio Macri contra las mafias sindicales, el radical Sergio Palazzo luce con orgullo una credencial que lo distingue: no tiene ninguna causa penal en su contra. Opositor a Cambiemos desde el minuto uno, el secretario general de La Bancaria arrancó el año como protagonista estelar: en conflicto con María Eugenia Vidal y con el Presidente.

En los dos primeros días de febrero, cumplió 48 de las 96 horas de paro que decidió en el conflicto con el Banco Provincia por el intento de la gobernadora bonaerense de subir la edad jubilatoria y ya prepara una movilización a La Plata para impugnar en la Justicia la reforma de la gobernadora. Además, ajusta los detalles de la primera huelga nacional de bancarios que encabezará el viernes próximo, en la víspera del doble feriado de carnaval. Si no llega una tregua que hoy parece lejana, Palazzo comandará tres días de paro nacional durante febrero como parte de la batalla paritaria por perforar el techo que no existe, pero está ahí.

 

 

RADICAL OPOSITOR.  Aliado principal del renacido Hugo Moyano para la confrontación con el Gobierno, el sindicalista bancario que nació en Guaymallén, Mendoza, hace 55 años puede transformarse en un dolor de cabeza para encumbrados financistas de preferencial llegada a la mesa de póker del Presidente. Dos de sus interlocutores circunstanciales, Gabriel Martino, del HSBC, y Enrique Cristofani, del Banco Santander, lo saben.

Aunque Leopoldo Moreau lo llevó a compartir una foto con Cristina en 2016durante un homenaje a Hipólito Yrigoyen, Palazzo se cansó de repetir que -igual que ahora- los bancos estuvieron al tope de los que más ganaron entre 2003 y 2015. Al frente de un gremio de 76 mil afiliados, el dirigente que bajó casi 50 kilos en los últimos años previó este presente desde el momento mismo en que Macri se impuso en el ballotage de 2015.

 

 

Palazzo con CFK: mitin radical K en 2016 y prueba documental para la Rosada. 

 

A dos semanas de la asunción del nuevo presidente, declaró que el poder real iba a jugar “para dos mandatos de Macri”, dijo que habían puesto “el establishment a gobernar” y vislumbró un escenario de un sindicalismo opositor al estilo del que constituyó el MTA en los años noventa. El triunvirato inviable y la pasividad de Moyano padre durante más de dos años demoraron un escenario que, según parece, tiene en 2018 más chances de configurarse.

“Por lo menos ahora tiene más volumen la crítica. Durante mucho tiempo éramos nosotros desde la Corriente Federal, Pablo y las dos CTA. Los Gordos van a pagar el costo político de la alianza con el gobierno y la calle se va a expresar por otro lado”, le dijo Palazzo a Letra P.

Como vértice de una conducción colegiada en la que no faltan peronistas con historia, el sindicalista que lleva nueve años al frente de La Bancaria logró disociar al gremio de la figura de Juan José Zanola, ingrato sinónimo durante casi tres décadas con el que -sin embargo- mantiene el diálogo.

De padre colectivero y madre empleada doméstica, vecino de Ciudad Jardín, Palomar, Palazzo también se jacta de otro dato que lo distingue: no vive en un country y suele jugar al tenis en una sociedad de fomento de su barrio.

EXTRAÑAR A MELCO. Pese a su discurso confrontativo, los que lo tratan afirman que también es capaz de negociar. Lo demuestra la relación que fue capaz de tejer con Carlos Melconian durante su paso por el Banco Nación después de un primer encuentro guiado por la desconfianza. Una semana antes de asumir la función que debió abandonar a principios de 2017, el economista que apura al Gobierno con sus recomendaciones a favor del shock se reunió con el mendocino en el estudio jurídico de un abogado reconocido.

-Si venís a privatizar el banco y no vas a respetar la carrera bancaria, me levanto y me voy- le dijo.

-Dejame rodar, nos vamos a llevar bien- respondió el ortodoxo hincha de Racing al sindicalista de Independiente.

“Lo respetamos porque siempre cumplió su palabra y lo echaron por eso. Tuvimos un diálogo que hoy no existe”, afirma Palazzo.

Como presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (Abappra), Melconian firmó una paritaria que le reconocía al gremio un 4% por pérdida de poder adquisitivo, más 19,5% en una sola cuota.

 

 

Aliados: Palazzo y Pablo, el Moyano más duro.

 

Con su viejo conocido Ernesto Sanz -radical, mendocino y con pasado bancario- al margen de las decisiones de fondo, hoy el sindicalista no tiene con quién negociar. El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, no nació para eso y sólo los convoca para fundamentar decisiones que ya tomó. El sucesor de Melconian, Javier González Fraga, se presenta como impotente receptor de órdenes que le da Mario Quintana, pese a que también preside Abappra, la asociación que representa al 40% del sistema financiero. Sólo sobrevive Jorge Triaca, un ministro mutante que busca endurecerse en la ronda paritaria ante Macri después de tocar fondo en el caso Sandra Heredia.

Por ahora, la conducción del gremio sólo recibió lo que entienden como una represalia oficial: el Ministerio de Trabajo eliminó la “cuota solidaria” que había heredado de Zanola y representaba ingresos en torno a los 30 millones de pesos por mes.

Enarbolada durante años por la oposición interna, en tiempos del dominio del gremialista que estuvo dos años preso en la causa por la mafia de los medicamentos, la cláusula -que implica un aporte del 1% incluso de los bancarios no afiliados- fue barrida hace diez días en cuestión de horas después de que Palazzo compartiera un asado en Mar del Plata junto a Moyano y Luis Barrionuevo, en la primera postal opositora del sindicalismo. 

“Fue un apriete, que empezó con una presentación de la cámara empresaria una hora y media después del documento que difundimos en Mar del Plata y terminó en una resolución exprés del Director Nacional de Negociación Colectiva al otro día. Como no tienen carpetazo para tirarme, nos quieren chantajear con el descuento del 1%. Pero estoy dispuesto a discutirlo porque está reconocida por la OIT incluso. Si no sos afiliado, ¿por qué gozas de un convenio colectivo, de un acuerdo salarial, de todos los derechos de los afiliados?”, repite el sindicalista que se inició en política entusiasmado por el mensaje de Raúl Alfonsín.

En el gremio, afirman que la medida del Gobierno provocó un efecto inverso al buscado, una “lluvia de afiliaciones”, más de mil afiliados en apenas cuatro días.

 

 

ENTRE MOYANO Y LOS BANCOS. Con una paritaria de 2017 que incluía cláusula gatillo y llegó al 29 por ciento acumulado al final del año, Palazzo enfrenta en este 2018 una oferta patronal de aumentos en torno al 9%, en línea con el deseo de la Casa Rosada, que pretende cerrar en 15% las paritarias.

 “La dureza en la negociación se impone por el criterio de ABA (Asociación de Bancos de la Argentina), que le ha facilitado el financiamiento externo al Gobierno. HSBC es el principal colocador de deuda y el Santander cada tanto hace lo mismo. Las cámaras decidieron resignar su nivel de representación y solo dicen lo que les dice el Gobierno que digan”, afirma.

Fuera de la conducción de la CGT, pero siempre on line con el moyanismo más allá de las diferencias, el bancario radical tiene un diálogo permanente con Pablo Moyano y accede también al pensamiento íntimo de su padre. Hincha de Independiente y parte de la conducción del club desde noviembre -en lugar del macrista Cristian Ritondo-, Palazzo y Moyano se vieron por última vez el lunes pasado, en la amarga derrota ante Estudiantes en Avellaneda.

Las especulaciones sobre la posibilidad de una ruptura de la CGT (este sábado, el triunviro Daer reiteró que no apoya la marcha camionera y pidió un congreso para renovar la conducción) que termine en algún tipo de entendimiento entre el mendocino y el camionero nunca dejaron de circular y cobran ahora más fuerza que nunca en los últimos dos años. Palazzo podría ser un compañero de fórmula en una central confrontativa con el macrismo o quedar incluso al frente de una corriente que tenga por detrás el empuje de Camioneros. Algo de eso se verá, el miércoles próximo alrededor del mediodía en el sindicato de Moyano, cuando se reúnan para la foto las organizaciones y los gremios que participan de la primera marcha de 2018 contra el gobierno de Cambiemos.

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