Un comunicado de la Comisión Gremial Interna del Canal 7 aseguró que el ministro de Medios, Hernán Lombardi, desmintió la versión en una reunión mantenida con Arreceygor y luego públicamente, y señaló que trasladar un centro de producción integral y con capacidad para producir todo tipo de formato audiovisual de cualquier género implicaría "un gasto inexplicable, insensato e imposible de fundamentar".

Los trabajadores y el gremio rechazaron "la campaña mediática instalada por algunos medios, de la que se hicieron eco con aún menos seriedad algunos periodistas ante una clara operación política", y repudiaron a "los pseudo periodistas que se movieron detrás de intereses inmobiliarios (la venta de los terrenos limpios en una de las zonas más caras de Buenos Aires) o culturales (ampliación del espacio del Museo Nacional)".

"A ellos se sumaron falsas y malintencionadas informaciones sobre okupas y oficinas y baños tomados para presentar el Canal 7 en una situación de descontrol y justificar cualquier medida", indicaron.

También señalaron que "esas operaciones aviesas ya fueron vividas en los ’90, cuando se intentó privatizar el canal de bandera para achicarlo, desguazarlo y transformar un centro de producción audiovisual de última generación -con profesionales altamente capacitados- en una triste canaleta ineficiente y marginal que no moleste a los grandes monopolios y sea incapaz de mostrar con talento argentino la historia, el presente y la cultura propia".

"Cuando como en otras épocas aparece esa visión colonizada, conservadora y mediocre que sectores minoritarios procuran del canal de bandera, los trabajadores de la TV Pública lo defenderán de forma acérrima por ser un instrumento enorme al servicio de los argentinos, cuyo elevado potencial todavía no fue alcanzado desde el comienzo definitivo de la democracia hasta hoy", concluyeron.