Pocas horas antes de otro paro general y aun desde la coincidencia en el valor del diálogo como puente de superación de diferencias, el líder cegetista Juan Carlos Schmid y el senador nacional Esteban Bullrich(Cambiemos) protagonizaron ayer un tenso contrapunto durante la segunda jornada de la Semana Social.
El gremialista justificó la medida de fuerza a partir de decisiones tomadas por el Gobierno que perjudican a los trabajadores. "El Poder Ejecutivo es el principal agitador", acusó. Y el legislador aprovechó una ronda final de preguntas para retrucarle que "ni el presidente Macri , ninguno de los ministros, ni la gobernadora [ María Eugenia Vidal ], nadie quiere agitar". Y le remarcó: "No estamos acá para agitar".
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Pero a los aplausos que se ganó Bullrich con esa aclaración le siguieron varios chiflidos del auditorio, que leyó una chicana cuando, al igual que Schmid -aunque con otro sentido-, citó al senador estadounidense Robert Kennedy para recordar que trabajó junto a sindicalistas pero cuando le tocó ser fiscal "no tuvo dudas de enfrentar a uno de ellos, acusarlo de corrupto y usar la violencia: se llamaba Jimmy Hoffa y era el líder de los camioneros de Estados Unidos". Y apuntó que "el puente no se construye de un solo lado, se construye de los dos con verdad, libertad, justicia y amor", mientras el gremialista lo miraba, silla de por medio.
Estos chispazos llegaron sobre el cierre del panel vespertino titulado "¿Cuál es la deuda que la política tiene con los pobres?", que permitió algunos conceptos para contextualizar un paro nacional que mañana promete un alto acatamiento, con adhesión de la mayoría de los gremios. El miembro del triunvirato que conduce la CGT remarcó que nadie se siente feliz cuando tiene que declarar una medida de fuerza. "Es el fracaso de la política y el diálogo", dijo. Incluso, admitió que quizá no resuelva nada, ni tenga resultados inmediatos o desencadene una crisis social, pero recordó que "la rueda del avance social la han movido los paros y las luchas".
Esta edición de la Semana Social arrancó con un diagnóstico muy crítico de la Iglesia sobre la realidad social y la enumeración de problemas que el Gobierno no ha logrado resolver. Ya se prevé que los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas) cerrarán hoy el encuentro con un documento final de similar tenor. En ese contexto, ayer se volvió a revisar el escenario que plantea índices de pobreza muy altos, agravados por falta y pérdidas de empleos y flaquezas en la asistencia a los más necesitados.
Schmid y la diputada nacional Silvina Frana (PJ-Santa Fe), que completó el panel moderado por el obispo de Añatuya, monseñor Jorge Chávez, resaltaron la crisis social y coincidieron en apuntar sobre la desigualdad en la distribución de los recursos.
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