Emilia Trabucco es psicóloga y analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLATE). En diálogo con Enfoque Sindical desmenuza, entre otros temas, las implicancias de lo que se aprobó con el paquete de la Ley Bases y el porqué de su baja difusión, a pesar de su severidad y retroceso respecto de las herramientas con las que los trabajadores contaban.
Por: Clarisa Busemi.
¿Qué hay detrás de la narrativa gubernamental de la administración de Javier Milei por la cual se enfatiza la idea de que la Reforma Laboral ya aprobada es moderna y con actualizaciones positivas para la clase trabajadora? "Modernización laboral" se denomina al capítulo que modifica 17 artículos de las leyes 20.744 de Contrato de Trabajo) y la 24.013 (Ley de Empleo). En torno al contenido de dichos cambios, Emilia Trabuco traza analogías con la época menemista por la similitud a la que se remonta ese título. “El término oculta una flexibilización laboral que nos remonta a los 90 pero parece ser más agresiva aún”, ya que “viene a agudizar un problema de Argentina de ocho años de pérdida del poder adquisitivo, frente al 50 por ciento de pérdida real del nivel adquisitivo de los ingresos más los miles de despidos que estamos sufriendo y la realidad de trabajadores formales que son pobres”.
Acerca de las reglas de contratación, la Coordinadora del Área de Universidad Género y Trabajo del Instituto de Estudios y Capacitación IEC-CONADU (Federación Nacional de Docentes Universitaries) sostiene que estas reformas “bajo la pantalla de querer generar mejores condiciones para el empleo formal vienen a hacer todo lo contrario”, ya que favorece al empleador por sobre los trabajadores.
¿Auto indemnización?
Los períodos de prueba, que anteriormente eran de tres meses, con la Reforma se legitiman a que puedan extenderse hasta incluso el plazo de un año. Eso redunda en: “mayor nivel de inestabilidad laboral, y menores condiciones para acceder al trabajo formal”, explica la analista. Además, “se establece un fondo de cese laboral optativo que, en pocas palabras significa que les trabajadores vamos a pagar nuestra propia indemnización en caso de ser despedides”. Dicho fondo consiste en una reemplazo de las indemnizaciones por despido por la constitución de un sistema de cese laboral. Además, los empleadores podrán optar por contratar un servicio privado de capitalización o “autoasegurarse”.
Otro punto crucial es la eliminación de las multas a aquellas empresas que no tengan trabajadores registrados, logrando impunidad para seguir teniendo trabajadores sin ninguna garantía de derechos laborales.
Sindicatos… ¡afuera!
El artículo 84 de la modificada Ley de Contrato de Trabajo excluye a las asociaciones sindicales como posibles denunciantes de la falta de registro de las relaciones laborales y limita el derecho a la acción colectiva, ¿con qué herramientas contará el trabajador frente a esta realidad? En torno a ello, la Magíster sostiene que “la agenda de los sindicatos está muy en relación a la lucha por los despidos tanto en el sector público con el privado”. Por tal motivo, añade que es necesario “profundizar la ofensiva desde nuestros sectores estableciendo grandes marcos de alianzas entre quienes estamos decididos a oponernos con fuerza a un proyecto que viene a destruir todos los derechos básicos de las grandes mayorías”.
“La posibilidad de diálogo no se está dando con buenos ojos por la postura de sentarse con un gobierno que no da muestras de querer ceder, y en un contexto económico que profundiza la recesión y la pérdida del poder adquisitivo”, indica. A eso se le suma “una segunda gran devaluación que el gobierno va a hacer, uno de los puntos dice salarios bajos en dólares, precarización y mano de obra barata”.
Tiempo de sacrificio
El blanqueo laboral también tiene su apartado con los artículos 76 y 81 que abordan la "Promoción del empleo registrado" y plantea una serie de beneficios para los empleadores en caso de regularizar a sus trabajadores. “Esta legislación que siempre va a favor del empleador y en detrimento de los derechos de les trabajadores en general, va a afectar de manera negativa las conquistas que venimos caminando hace mucho tiempo no en los niveles que nos gustaría, pero esta ley es un gran retroceso”, cuantifica Emilia.
En torno a la baja, fragmentada o atomizada difusión, Trabucco, que también forma parte de la Federación Nacional de Docentes Universitrios de la CONADU, sostiene que dicho proceder responde a “una estrategia sistemática que este gobierno instrumenta que es el bombardeo informativo y el uso de las redes sociales para generar un discurso que le ha permitido seguir teniendo márgenes de legitimidad en grandes sectores de la clase trabajadora”. Aspecto que es acentuado por “todas las causas del malestar que vienen de gobiernos anteriores”, y que por ende (el gobierno de Milei) “construye una esperanza basada en un bienestar que va a llegar después de atravesar un tiempo de sacrificio”.
“Esta Reforma laboral tiene que ver con destruir la lucha sindical y el derecho constitucional a la protesta”, concluye la analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
Mujeres sin derechos laborales
¿Cómo impacta esta Reforma laboral en las identidades feminizadas? Según la última Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (INDEC, 2021) las mujeres destinan en promedio 6 horas y 31 minutos al trabajo de cuidados no remunerado, mientras que los varones destinan un promedio de 3 horas y 40 minutos.
Si bien las estadísticas en clave de género son muy dificultosas, y en este contexto actualizarlas aún más, algunos números respaldan la disparidad entre varones por un lado y mujeres y disidencias sexuales por el otro. La brecha salarial de género según la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género (2023) es del 27.7% y según datos del 2022 del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación “el 98% de trabajadoras domésticas son mujeres mientras que el 75% no están registradas”.
Las mujeres son mayoría en los sectores de servicio doméstico (97,2%), salud (72,3%) y educación (71,5%), actividades que se encuentran socialmente asociadas a trabajos de cuidado.
“Las encuestas que miden el uso del tiempo demuestran que nosotras utilizamos más de tres horas y media o cuatro por día que los varones. Esto hace que interrumpamos nuestras trayectorias laborales y que accedamos a empleos más precarios porque nos cuesta conciliar la vida laboral-profesional con la familiar”, detalla la psicóloga. Y concluye: “en situaciones de crisis profundas las primeras que quedamos eyectadas somos nosotras”.
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